domingo, 29 de abril de 2012
RAJOY QUISIERA SER EL PARTNER DE MERKEL
Planes para que Europa regrese a la senda del crecimiento
A medida que la candidatura de Holland como sucesor de Sarkozy ha avanzado en Francia, se ha ido reforzando la idea de que no hay otro remedio que relanzar las políticas de crecimiento en la Uníon Europea, tras el parón que ha impuesto del dúo “Merkozy”, Merkel y Sarkozy, por su política de austeridad y recorte de gastos. A una semana de que, según las encuestas, Holland consiga El Elíseo, se habla cada vez más de esa necesidad de una especie de “Plan Marshall”, como bautiza El País a ese propósito de mejorar con urgencia el estado de salud de la economía del continente. Hoy abundan los diarios en la idea: Merkel abre la puerta a estimular el crecimiento, asegura La Vanguardia, que anuncia que la canciller presentará medidas a la UE en junio un plan, añade, que será compatible con la austeridad. El País también asegura que Merkel da un giro al apoyar el crecimiento, y que Europa diseña un gran plan de inversión para salir de la crisis: una inyección de 200 mil millones en infraestructuras, energía y tecnología. Según ABC, Merkel prepara una agenda de crecimiento para Europa. Cree saber El Mundo que la UE suavizará el calendario para reducir el déficit al 3 por 100 y Merkel anuncia para junio una agenda europea de crecimiento. Y en El Periódico de Cataluña, las dos posturas complementarias de los dirigentes de Alemania y Francia: Merkel anuncia una agenda de crecimiento para Europa y Hollande asegura que Merkel cambiará su postura sobre el ajuste…
En ese trance, y esas expectativas nos encontramos, tras el nefasto parón del dúo Merkozy, que muchos empiezan a dar por liquidado y necesitado de replanteamiento urgente. Ya es novedad, y efecto de la presión de muchos millones de ciudadanos, que la UE se disponga a poner en marcha un proyecto para estimular el crecimiento en los países más castigados. Eso sí, se asegura que ese cambio de estrategia deberá suponer poco dinero, o al menos no demasiado. Un gran plan de inversión en infraestructuras, energía verde y tecnologías avanzadas, con participación del sector privado, explica El País, para conseguir políticas de crecimiento sin aumentar la deuda de los socios del euro. Se llamaría Pacto por el Crecimiento, o Agenda por el Crecimiento, como la llamó ayer la canciller Angela Merkel, que se apresura a sumarse a una de las ideas del candidato socialista a las presidenciales francesas, François Hollande: usar el Banco Europeo de Inversiones (BEI) como palanca para acometer inversiones, crear empleo, crecer. La Comisión presentará en junio, en una cumbre especial, un menú de opciones que pasa por capitalizar el BEI o recurrir a la ingeniería financiera para acometer proyectos por importe de los mencionados 200.000 millones a través de avales, eurobonos para financiar inversiones o todo tipo de vehículos financieros sofisticados, o incluso con la creación de una agencia europea de infraestructuras.
O bien, pidiendo dinero a los países, para inyectar 10.000 millones en el BEI, una institución, creada hace más de medio siglo para financiar proyectos europeos y está reduciendo sus préstamos o los otorga en duras condiciones. Eso permitiría poner en marcha inversiones europeas por importe de 180.000 millones.
De otro lado, Bruselas insistirá en utilizar los casi 12.000 millones de euros no utilizados del fondo de rescate financiado con el Presupuesto comunitario (los 60.000 millones del llamado EFSM: el resto está ya comprometido en las ayudas a Grecia, Irlanda y Portugal). Ese dinero atraería unos 200.000 millones en inversiones con el sector privado. La gran novedad es que Merkel se haya sumado a estas ideas y haya comenzado a “hablar un idioma parecido al de Hollande” con respecto al BEI y al uso más intensivo y ágil de los fondos europeos.
¿Y en España, qué podría suceder? Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba parecen esperar, aunque por razones diferentes, el mismo desenlace en las elecciones presidenciales francesas. La victoria de Hollande ofrece a ambos líderes la posibilidad de fortalecer sus posiciones nacionales. El socialista necesita de un referente europeo que avale su discurso económico, mientras que el presidente del Gobierno pretende ocupar buena parte del vacío que deje en Europa Nicolas Sarkozy. Hasta el punto de que, tras años de domino de la fórmula Merkozy, en Moncloa se sueña con acuñar el “tándem Merkajoy”, según asegura El Confidencial, que añade que, en Moncloa se sostiene que Rajoy debe aprovechar su mayoría absoluta para proyectar una imagen de fuerza de la que carecen otros ejecutivos comunitarios: Merkel depende de su coalición con los liberales, que se están hundiendo en las encuestas y ponen en peligro su reelección. David Cameron tampoco logró, pese al sistema mayoritario británico, gobernar en solitario; y la incertidumbre marca también la situación política en Países Bajo o Italia. En este marco, el objetivo de Rajoy es aparecer como un referente sólido, prácticamente el único que tiene asegurado una silla en el Consejo de Europa hasta finales de 2015. El presidente espera hacer valer su posición ante Berlín, por lo que sigue defendiendo el rigor para reducir el déficit, en contra de las crecientes voces que, como los socialistas, apuestan por flexibilizar el calendario y dedicar más recursos a la reactivación económica. Según el entorno de Rajoy, el Ejecutivo popular está cumpliendo a rajatabla el manual de reformas y recortes, de modo que “si fracasa, no habrá fracasado España, sino un modelo económico”, lo que aporta seguridad al presidente. En todo caso, habrá sido bienvenida la política del ajuste duro ahora en práctica, y que debe significar –un par de años de “pasada por la austeridad”- un recorte drástico a muchas políticas llevadas a cabo por tres y hasta cinco entes distintos: Gobierno central, autonomías, municipios, consejos comarcales, diputaciones provinciales…, y por una cantidad insoportable de entes inútiles, asesores, embajadas duplicadas, televisiones autonómicas superfluas…, que han hecho de España un país necesitado de un drástico recorte de gastos públicos… e incluso privados.
JOSÉ CAVERO
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