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recortes para garantizar el déficit de 2012.
Aunque
parezca mentira, sólo hace una semana que los presupuestos de 2012 entraron en
vigor, como ha recordado este domingo el diario El País. La negativa del PSOE a
dejar hecho un borrador o una adecuación de los presupuestos de 2011 para el
presente año, y la resistencia de Rajoy a elaborar una nueva versión en poco
tiempo –recuérdese que se obstinó en no presentar el proyecto hasta después de
las elecciones andaluzas-, produjo,
incluso, el enfado en la Comisión Europea. Ahora se comprueba ya que esos
presupuestos 2012vigentes, y de tan controvertida elaboración, necesitan muchos
ajustes, o sea, más recortes de los que ya tienen. Se estima que, para que, en
diciembre próximo, el conjunto del Estado logre un déficit del 5,3% del PIB,
serán precisos aún más recortes del gasto. El Ministerio de Hacienda es
consciente de esto. Sabe que el sistema de pensiones puede acabar con un
desfase muy importante, que las cuentas de las comunidades despiertan dudas
pese a su compromiso de recortar hasta 18.000 millones de euros y que los
ingresos están muy por debajo de lo que espera. De ahí que, como ha señalado el
catedrático de Hacienda Pública Juan José Rubio, autoridad que cita El País,
haya que revisar los Presupuestos de este año con recortes de sueldos a
funcionarios, despidos de empleados públicos, aumento de impuestos indirectos,
eliminación de empresas autonómicas, reforma de la Administración, lucha contra
el fraude... Y ésta es, precisamente, la tarea que ahora mismo tiene ante sí el
Gobierno, cuya vicepresidenta recurre, una vez más a la herencia recibida: Dice
este mismo domingo a ABC que “cuanto llegamos encontré un descontrol general en
las cuentas públicas, y que “es el momento de poner a punto el Estado de las
autonomías”. Los nuevos ajustes los anunciará el Gobierno en “próximas fechas”,
según proclamó este viernes el
presidente Rajoy. Con los nuevos ajustes que están a punto de divulgarse, se
corregirán los errores de los presupuestos vigentes, con gastos infravalorados
e ingresos sobre estimados. No habrá más remedio que reducir pensiones, la protección
por desempleo y los sueldos públicos, nada menos. Ya se ha comprobado que la
Seguridad Social, con el sistema de pensiones, el seguro de desempleo y el Fogasa,
es un gran talón de Aquiles. Hasta junio, la cuenta de las pensiones crece a un
ritmo del 4,4%, cuando el vaticinio oficial era que apenas subiera un 0,9%. En
las cotizaciones, también hay una seria diferencia: casi tres puntos
porcentuales entre la realidad y lo previsto. La desviación en diciembre estará
en torno a un 0,7% del PIB, es decir, unos 7.000 millones. En fin, el aumento
del paro eleva el desequilibrio: se esperaban gastar 28.503 millones, en 2012,
en prestaciones y subsidios, un 3,7% menos Pero hasta mayo (último mes con
datos disponibles) ya ha crecido un 4,4%.
Desde
luego, el Gobierno de Rajoy no quiere que las autoridades comunitarias le
vuelvan a sacar los colores, y aspira a cumplir, a rajatabla, las previsiones
de déficit pactadas. ¿El 5,3 por 100, a final de año? Ahora mismo, parece del
todo imposible… salvo los nuevos ajustes a punto de ser anunciados. En esos
cuatro capítulos ya reseñados: pensiones, salarios de funcionarios, protección
de desempleo…, y reducción de funcionarios. Cada uno de ellos es sumamente
difícil de determinar. Pero el de las pensiones es probablemente el más
conflictivo, porque choca con las promesas y compromisos reiteradamente
anunciados desde el Gobierno. Con otro agravante: los gastos son insoportables,
pero tampoco los ingresos ponen fácil contener el
déficit, por la sencilla razón de que la recaudación se ha derrumbado. Según
datos que este mismo domingo ha facilitado El País, la caída del consumo está
provocando hasta mayo el hundimiento de la recaudación por IVA del -10,1%. Hacienda ingresa un 8% menos por
el impuesto de sociedades. El aumento del IRPF es insuficiente para elevar los
ingresos. Por si fuera poco, el Gobierno
se ve urgido a subir el IVA para enmendar el desfase, lo que aún situará
algunas áreas de actividad en mayor crisis, como ya anuncia alarmado el
turismo. Tampoco parece que la llamada “amnistía fiscal” vaya a facilitar los
fondos que estimó Montoro, ni mucho menos. La lucha contra la economía
sumergida no se cree que vaya a dar frutos “extraordinarios”… Entre otras
cosas, porque apenas se han puesto medios extraordinarios para aumentar su
eficacia., como reclamaban los inspectores fiscales.
No
cabe otra vía que una nueva utilización de la tijera de los recortes profundos…
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