viernes, 24 de agosto de 2012

FERNANDEZ ARREMETE DURAMENTE CONTRA SU ANTECESOR EN EL CARGO


Mayor, con apoyo de Aguirre, vuelve a armarla por causa de ETA
Son conocidas las posiciones radicales que mantiene el ex ministro Jaime Mayor Oreja en relación con la política del Gobierno sobre ETA y sus actuaciones, que habitualmente le parecen insuficientes y tibias. Con el PSOE de Zapatero, antes, y con el PP de Jorge Fernández, ahora, Mayor mostró su abierta discrepancia y siempre se puso del lado de las asociaciones de víctimas del terrorismo, más exigentes que lo que ningún gobierno puede serlo. Ahora sucede lo mismo: el ministro del Interior, Jorge Fernández, respondió este jueves con extrema e insólita dureza a las críticas contra la decisión de excarcelar al etarra Iosu Uribetxeberria Bolinaga y, especialmente, contra Jaime Mayor Oreja, portavoz del PP en el Parlamento Europeo. Fernández, en  el tono vehemente que suele emplear, y dejando claro su malestar por las críticas del exministro del Interior, aseguró tajante que el Gobierno se limitó a cumplir la ley y que no actuar como lo hizo hubiera supuesto prevaricar, es decir, dictar resoluciones injustas a sabiendas de que lo son. Llegó a decir que esas críticas “sirven a ETA”. Señala El País que “no se recuerda un ministro del Interior contraponiendo su gestión con la de un antecesor en el cargo y menos siendo los dos del mismo partido”, pero recuerda que Mayor Oreja ha encabezado casi siempre, y también estos días, a un sector radical del PP y de medios afines que ha cuestionado la actuación del Gobierno y llegó a asegurar que las decisiones de Fernández Díaz favorecen a ETA. “el ministro del Interior se revuelve contra Mayor por el caso Bolinaga”, dice su titular de portada.  Y cuenta que Fernández respondió con extrema e insólita dureza a las críticas, especialmente las de Mayor Oreja, una posición ala que se sumó este jueves, tampoco sin excesiva sorpresa, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien aseguró que ella no hubiera tomado esa decisión y cuestionó el dictamen médico que asegura que el etarra tiene una enfermedad incurable y no le da más de un año de vida.  Cabe recordar que sobre esas críticas, el Gobierno y el PP han mostrado estos días su preocupación por el hecho de que puedan calar entre las bases del partido y por lo que suponen de anticipo de la posición del sector histórico de los populares y el vinculado a José María Aznar. Pues bien, el ministro Fernández, que se pronunciaba públicamente por primera vez sobre este caso, dejó de lado las críticas procedentes de las víctimas del terrorismo. Según dijo, entiende esas objeciones y comprende la sensibilidad de las víctimas, pero, explicó, el Gobierno “no actúa desde el sentimiento, sino sometido al imperio de la ley”. Al resto de críticas respondió con dureza, en particular a una pregunta que incluía expresamente la referencia a Jaime Mayor Oreja, su compañero de partido. Primero repitió que es una decisión “dolorosa” que hubiera preferido no tener que tomar, por los antecedentes del etarra, pero argumentó que, una vez recibida la petición del juez, no había más remedio que acceder al tercer grado previo a la libertad condicional. Explicó que no es una decisión discrecional, porque aunque el reglamento penitenciario usa el verbo “podrá”, los antecedentes van todos en esta dirección y la “discrecionalidad se convertiría en arbitrariedad”. Su respuesta estuvo plagada de referencias implícitas a lo que hizo Mayor como ministro del Interior, recordando que con este mismo procedimiento y la misma aplicación de la ley, distintos Gobiernos "han puesto en libertad a 23 etarras, 18 de ellos en la primera legislatura del PP". Esto es, cuando el máximo responsable de la política penitenciaria era Jaime Mayor Oreja, ahora una de las voces contrarias a la concesión de la semilibertad a Uribetxeberria. De las 23 libertades condicionales de presos enfermos concedidas, 18 de ellas lo fueron entre 1996 y 2000, cuando ocupaban el cargo Mayor Oreja, Mariano Rajoy y Ángel Acebes. Es decir, que el actual portavoz del PP en Estrasburgo tomó la misma decisión en situaciones similares. Fernández recordó también que desde que es ministro han sido detenidos 23 etarras, “más que durante la tregua trampa”, una expresión utilizada en su momento por Mayor Oreja para minimizar el alto el fuego temporal de 1997. En esa época acercaron al País Vasco a 135 presos etarras, mientras que Fernández Díaz aseguró que, desde que es ministro, sólo se ha trasladado a cárceles vascas a dos presos y otros 37 han sido dispersados. También recordó Fernández que el reglamento aplicado es del año 2000, precisamente cuando el ahora portavoz del PP en el Parlamento Europeo era ministro del Interior, y que ese reglamento define lo que debe entenderse por enfermedad terminal. “Eso solo se puede decir desde la mala fe o el desconocimiento”, aseguró el ministro del Interior sin abandonar en ningún momento el tono vehemente que le es propio. “El Gobierno no actúa en función de la estrategia de ETA o porque los presos hayan teatralizado una huelga de hambre o un ayuno, y que se diga que hemos cedido al chantaje es ofensivo, supone manipular la realidad y seguir su estrategia”, replicó el ministro con dureza. Y reclamó que no se entre en la campaña de ETA y su entorno, esforzándose en dejar al margen de sus palabras a las víctimas del terrorismo.
El diario El Mundo destaca este asunto como el de mayor relieve del momento: Fernández cice que serí un delito no liberar a Bolinaga”, es su titular, sin hacer referencia a Mayor Oreja, anque wsí Aguirre: Esperanza Aguirre se suma a los críticos (Mayor Oreja) y dice que ellano le habría excarcelado.
En el diario La Razón, habitual portavoz del Gobierno pero que suele amparar las posiciones más radicales del PP, se destaca este viernes la frase del ministro que «Es doloroso tener que aplicar la Ley a un etarra tan sanguinario que no ha pedido perdón por los delitos que cometió». Y asegura que el titular de Interior mostró su absoluta comprensión tanto a la sociedad en general, como al colectivo de víctimas del terrorismo, al que el Gobierno «tiene total respeto y entendimiento» y al que dijo haber comunicado dos días antes su decisión, pero afirmó que el objetivo principal es «vivir sin ETA y no contra ETA», para lo que utilizarán todos los elementos posibles que estén en el marco de la legalidad, hasta conseguir su total desaparición. Y expresó el malestar que le produce tomar esta decisión, pero también afirmó que el deber de su departamento es cumplir la Ley para «no desnaturalizar el Estado de Derecho», aunque, en ocasiones, se pueda discrepar. «No gobernamos con los sentimientos, gobernamos con la ley» manifestó. La decisión de proponer el tercer grado se fundamenta en dos pilares, el primero de ellos es una iniciativa judicial que insta al Ministerio de Interior a tomar esta decisión, y la segunda lo conforma un informe del Hospital Donostia de San Sebastián en el que está ingresado el etarra, que determina la situación extremadamente grave y por la que los médicos han diagnosticado que tiene que ser tratado fuera de la enfermería penitenciaria al tener una esperanza de vida no superior a los 12 meses.  «Estamos todos sometidos al imperio de la ley, aunque discrepemos» afirmó el ministro. Lo cierto es que estas leyes también son conocidas por la izquierda abertzale y, a juicio del titular de la cartera de Interior, no cabe la menor duda de que «pretenden hacer campaña de ello, mostrándolo como un éxito propio», cuando la realidad es que se está cumpliendo escrupulosamente la normativa.
Recoge también la controversia el diario La Vanguardia, que cuenta que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha calificado de "ofensivo" pensar que el Gobierno haya podido ceder al chantaje de ETA al conceder Instituciones Penitenciarias el tercer grado al preso etarra Iosu Uribetxeberria Bolinaga. El titular de Interior se defendía, de este modo, de las críticas al Gobierno vertidas especialmente desde la Asociación de Víctimas del Terrorismo y otros indicaba que al Gobierno "le ha dolido mucho" tenerlo que hacer, y en este sentido, ha dicho comprender el sentir de las víctimas. Sin embargo, ha señalado que el Gobierno no ha podido hacer nada más al respecto porque, de lo contrario, hubiera incurrido en un delito de prevaricación. "Podemos discrepar, pero todos estamos sometidos al imperio de la ley", dijo. "No gobernamos con los sentimientos, gobernamos con la ley", afirmó el ministro. "Y si no nos gusta, que se cambie la ley", añadió el titular de Interior, que ha mostrado su respeto y comprensión hacia las víctimas del terrorista, a las que había informado con anterioridad de la decisión de Prisiones. Jorge Fernández, además, se mostró muy duro con la izquierda abertzale a quien ha acusado de hacer campaña electoral con este asunto. 
En cuanto a ABC, destaca en recuadro la frase de Aguirre: El tercer grado a Bolinaga es legal, pero yo no se le hubiera dado”, dijo la presidenta. Y señala ABC que no es nuevo que ETA recurra al victimismo como estrategia para lograr fines políticos. Si el aún lendakari Patxi López apuntó allá por abril la importancia de una política penitenciaria «inteligente» hacia los presos de ETA para «evitar» que la banda y su entorno se presentasen como «víctimas», el líder del PP vasco Antonio Basagoiti le advertía que la izquierda abertzale «crece cuando se le dan razones con sus presos». «La izquierda abertzale sabe cómo capitalizar cualquier oportunidad que se le brinde de reforzar su imagen de víctima de una persecución del Estado español», dice el corresponsal del diario británico The Guardian en España, Giles Tremlett, en un libro en el que retrata, entre otros asuntos, el problema de ETA. En fin, La Gaceta también presta atención a la controversia en el seno del PP: Fernández Díaz recrimina a Mayor Oreja que él también liberó a terroristas de ETA, cuenta en su portada…
A  lo mejor esta vez Fernández tiene la virtud de acallar a Mayor y Aguirre, a un tiempo…

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