El carcelero de Ortega Lara, a punto de ser liberado
Ha llegado a los primeros niveles de notoriedad el caso del etarra Uribetxeberría Bolinaga, mucho más conocido porque fue “el carcelero de Ortega Lara” en los interminables días de su insoportable retención por la banda terrorista. Tiene ese “supermérito” y el de haber causado la muerte a dos guardias civiles. Pese a o cual, y con toda probabilidad, se va a beneficiar ahora de las “ventajas del Estado de Derecho” contra el que tanto luchó, antes de su detención. Porque, ene efecto, según todos los indicios, dentro de unas pocas horas, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias decidirá finalmente, como parece, si concede el tercer grado al preso etarra enfermo de cáncer condenado por el secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, y que permanece ingresado en el Hospital Donostia de San Sebastián. En línea con esa probabilidad, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ya anunció el jueves que la Junta de Tratamiento de la cárcel de Zaballa (Álava) se reunirá este viernes para estudiar el caso de este recluso y emitirá un informe sobre la procedencia o no de otorgarle el tercer grado. A continuación, la Secretaría General resolverá sobre el mismo. La decisión se adopta un día después de que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, en sustitución del juez central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, pidiera a Prisiones que estudiara la posibilidad de conceder el tercer grado a Uribetxebarria mientras está a la espera de recibir informes médicos actualizados del Hospital Donostia. En el caso de que Instituciones Penitenciarias considere que se le puede aplicar el tercer grado, será "a los únicos efectos de un expediente de libertad condicional", el cual, según el ministro, llegará el lunes al Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, que tendrá la última palabra. También la Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó un informe forense en el que se detalle el estado de salud del recluso, y que determine si el cáncer que padece puede ser tratado "adecuadamente" por los servicios penitenciarios hospitalarios. El Ministerio Público quiere saber además la evolución de la enfermedad del preso, su pronóstico, el plazo y el lugar adecuado para el tratamiento de su dolencia. Según el comunicado emitido el jueves por el Servicio Vasco de Salud, Osakidetza, "los resultados de las pruebas diagnósticas realizadas hasta el día de hoy" indican que "la situación clínica del paciente" es "irreversible". Por todo ello, estamos en las horas decisivas, ya que el etarra está enfermo de cáncer y en huelga de hambre desde hace 10 días. Su pronóstico, según los médicos, es “muy grave”. “Si nos basamos en la literatura científica, con la máxima probabilidad el proceso es irreversible e incurable”, afirma el informe. “En esta situación clínica, más de la mitad de los pacientes fallecen antes de los nueve meses. Y la probabilidad de supervivencia a los 12 meses estaría en torno al 10%”. Es decir, el riesgo de que el preso muera antes de un año es altísimo, de un 90%. Padece “metástasis múltiples del carcinoma renal a nivel de sistema nervioso central” y un “nódulo pulmonar” que no se sabe si es otra metástasis del cáncer de riñón que sufrió en 2005 o un tumor “primitivo pulmonar”. Con este informe, Interior previsiblemente, concederá el tercer grado y recomendará la libertad condicional.
La probable liberación del etarra, sin embargo, sigue rodeada de protestas en las cárceles y convocatorias de manifestaciones por parte de familiares de reclusos y la izquierda abertzale. Recuerda El País que una circular de Prisiones del año 2000, cuando Jaime Mayor Oreja era ministro del Interior del Gobierno de José María Aznar y Ángel Yuste secretario general de Instituciones Penitenciarias, el mismo cargo que ocupa ahora, señalaba los criterios que deben aplicarse a los presos enfermos. El texto dice que se considerará que un interno padece una enfermedad “muy grave” cuando, entre otras posibilidades, su riesgo de muerte estimado sea superior al 10% en el plazo de un año, a pesar del tratamiento. Este requisito lo cumple con creces Uribetxeberria, a tenor del informe médico. El propio ministro del Interior, Jorge Fernández, ya anunció el jueves en TVE que se tomaría hoy la decisión. En un intento de calmar a los sectores que sabe que se opondrán a la previsible excarcelación de uno de los secuestradores de Ortega Lara, reconoció la especial repugnancia que provocaba el crimen de Uribetxeberria para después añadir que su obligación es aplicar la ley y hacerlo al margen de las huelgas de hambre emprendidas por dos centenares de presos de ETA la cárcel. Si Interior concede el tercer grado, el siguiente paso le corresponderá a la Audiencia Nacional. El magistrado Santiago Pedraz, en funciones de vigilancia penitenciaria, dictó el jueves una providencia en la que pedía a Prisiones los últimos partes médicos y que se pronuncie sobre la posible aplicación del artículo 104.4 del reglamento penitenciario, el que recoge la posibilidad de conceder el tercer grado a los presos gravemente enfermos. Con el dictamen de los forenses y previo informe del fiscal, el juez tendrá que decidir si valida la libertad condicional. Pedraz está de guardia sólo hasta el domingo, por lo que previsiblemente será su relevo quien tome la decisión.
Mientras tanto, la izquierda abertzale ha redoblado su presión. Cuanto más se acerca el día de la posible liberación, más esfuerzos dedica a que parezca que, si finalmente se lleva a cabo, será un éxito suyo. El colectivo de apoyo a los derechos de los reclusos de ETA, ha llamado a la ciudadanía a manifestarse este sábado en Bilbao para que “no se repita nunca más el terrible caso” de Uribetxeberria. A su vez, la candidata de Euskal Herria Bildu a lehendakari, Laura Mintegi, también urgió su puesta en libertad y acusó al Gobierno de no conocer lo que es el Estado de derecho y de aplicar “la ley del talión”. El recluso, por otra parte, llamó a la calma a los que le apoyan. “Salga como salga yo de aquí, que no se haga ninguna locura. En ningún sitio”, dijo Uribetxeberria. Sin embargo, hace 10 días, cuando ya preveía que iba a ser liberado, aunque aceptó hacerse las pruebas médicas que le pedía Prisiones para evaluar su estado de salud, decidió continuar una huelga de hambre que lo iba a debilitar extraordinariamente porque así se lo pidió el sector más duro del colectivo de presos y el entorno abertzale.
Pero esta película no terminará con Uribetxeberria. Hay otros 13 presos que están en la lista de reclusos enfermos, que incluye casos de muy distinta gravedad.
De nuevo se recordará que el Código Penal, la Ley General Penitenciaria y el Reglamento Penitenciario fijan reglas generales para la excarcelación de presos enfermos por razones humanitarias para quienes padezcan enfermedades “muy graves” e “incurables”.
En todo caso, el caso ha merecido muchas primeras páginas y amplias crónicas. El mundo de ETA se lo ha propuesto y lo ha conseguido ampliamente, como testimonian este viernes los diarios, con mayor o menor ecuanimidad: El estado terminar del etarra facilita su libertad, dice El País. Dice El Mundo que la Fiscalía plantea la posibilidad de que el etarra siga con el tratamiento en prisión. Según ABC, la justicia será compasiva con el asesino inmisericorde. Dice La Gaceta que el juez Pedraz intercede por el carcelero de Ortega Lara. Y destaca La Razón que el informe médico augura a Bolinaga nueve meses de vida…
Muchos ciudadanos desearían su muerte entre rejas, obviamente.
viernes, 17 de agosto de 2012
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