viernes, 7 de septiembre de 2012

RAJOY DEBE MEDITAR SI ESPAÑA PEDIRÁ AYUDA AL BCE

Un día decisivo, una visita trascendental, un día decisivo para Europa...



Como mera previsible, y avanzábamos ayer, todas las miradas estuvieron puestas en Draghi y Merkel y en sus referencias a las reformas españolas y a los planes de ajuste de la economía española que se encarga de aplicar el presidente Rajoy. Los diarios de hoy no defraudan,: muchos no tienen otro asunto en sus portadas, o casi ninguna. Y todos dedican atenciones abundantísimas a las dos crónicas “obligatorias”, fechadas en la sede del Banco Central Europeo de Francfurt, y en el Palacio de la Moncloa de Madrid. Eso sí, cada diario proporciona sus correspondientyes puntos de vista desde sus principales titulares: Titula El País El BCE levanta un cortafuegos. Y habla de un salvavidas diseñado por el Europbanco, que impone estrictas condiciones. El mecanismo permite la compra ilimitada de bonos, y el Bundesbank rechaza de plano la propuesta. Con la foto del saludo de Merkel y Sajoy. En El Mundo, se asegura que el BCE sólo comprará deuda si Rajoy pide ayuda bajo estrictas condiciones. Draghi fija la única ruta para la adquisición ilimitada de bonos españoles a corto plazo. Merkel insta a hacer los deberes políticos para que las reformas sean creíbles. Y la euforia en los mercados, mientras Rajoy gana tiempo, y dice: Cuando tenga novedades, las contaré. También la foto de Rajoy y Merkel. En ABC, el anuncio de que el BCE comprará deuda si España lo pide y con condiciones. La reacción de la Bolsa y la prima de riesgo, y la afirmación de Merkel: Estoy impresionada con las medidas que está tomando Rajoy. También la foto del encuentro Rajoy-Merkel a las puertas de la Moncloa. Asegura el gran titular de La Vanguardia que el BCE anuncia compras ilimitadas de deuda. Draghi condiciona el plan a que España e Italia hagan más ajustes y piden la ayuda. La prima de riesgo cae 46 puntos y la bolsa sube un 5 por 100. La misma foto que los restantes diarios, o una secuencia del mismo saludo, y la frase de Merkel: No vengo a decir qué hay que hacer, Confío en Rajoy. Y que Rajoy aleja por ahora la posibilidad de pedir el rescate. Titula El Periódico de Cataluña: Esperando a Rajoy. Draghi reitera que la ayuda se dará bajo estrictas condiciones. Titula La Razón: Euroforia. El Banco Central Europeo confirmará que comprará deuda con condiciones y rebaja la presión sobre España. La frase de Rajoy, que negociará el plan de compras de bonos del BCE, y de Merkel, que dice que el Gobierno ha tomado las medidas necesarias. La misma foto que los restantes diarios, la aproximación de rostros de los dos políticos a las puertas de la Moncloa. Titula La Voz de Galicia: El BCE decide comprar deuda española a cambio de condiciones más duras. ¿Es esto un rescate suave?, le preguntaron y respondió: No, para nada. Y que Rajoy asegura que no tiene intención de tomas las pensiones en este momento, y Merkel que dice que España debe acometer las reformas de manera creíble. En La Gaceta:, España, condenada al rescate. Draghi y Merkel se reparten los papeles para marcar los nuevos ajustes a Rajoy. El BCE supedita la compra de ayuda a estrictas condiciones y a los ajustes pactados con la UE.Y la euforia en la Bolsa. Y en los diarios de economía, también es el asunto estrella: Respiro para España,. Titula Expansión, que cuenta que el BCE comprará deuda si España pide el rescate y cumple condiciones estrictas y que Merkel alaba las medidas tomadas, pero avisa a Rajoy de que hay que hacer los deberes. Dice Cinco Días que Draghi desata la euforia, que el BCE condiciona su ayuda a que España la pida formalmente, la caída de la prima de riesgo, Merkel avala los ajustes de Rajoy y le insta a acelerar las reformas. Y en El Economista: El rescate para España, sólo pendiente de Rajoy. El BCE aprueba la compra ilimitada de deuda y abre la vía a un rescate blando, Merkel bendice las reformas y Rajoy descarta tocas las pensiones en este momento, la prima de riesgo y la bolsa, y los empresarios, que piden una hoja de ruta clara y compromiso político a Merkel y Rajoy.

Todo eso en las primeras página. Luego, en el interior, decenas de páginas con el desarrollo de los tres eventos del día: Draghi comparece ante un número récord de periodistas, Merkel habla y almuerza con Rajoy en la Moncloa, y la cumbre de empresarios hispanos y alemanes, un centenar, aproximadamente, que intercambiaron ideas y opiniones en mesas de trabajo... Todo lo cual, impulsa a que los diarios traten los hechos bajo un epígrafe grandilocuente: Un día decisivo, dice La Gaceta.- Una visita trascendental, dice El País. En El Mundo se habla de emergencia económica. En ABC, de primer plano. Y en La Razón, de día decisivo para Europa. También cada diario hace sus correspondientes editoriales sobre la jornada: para El País fue una jornada clarificadora. Le corresponde ahora a Rajoy solicitar un segundo rescate y negociar las condiciones. Dice El Mundo que Rajoy se ve obligado a tomar una decisión que será difícil. ABC llega a la conclusión de que fue un buen día para España. Y en la misma onda se mueve el comentario editorial de La Razón: Buen día para España y Europa, reitera. La Gaceta tiene su propia conclusión: Sin rescate no hay futuro. Y parecida conclusión refiere Cinco Días: Draghi señala el camino del rescate blando. También El Economista: Habló Dragi, ahora Rajoy tiene la palabra... De modo que algunos medios aventuran que habrá rescate suave..., cuando Rajoy estudie la letra pequeña de Draghi y las estrictas condiciones que le impone para pedir ayuda económica para pagar la deuda. Y, en segundo lugar, que las reformas-ajustes de Rajoy deberán continuar, según le reclamó la todopoderosa canciller: Angela Merkel, hizo un llamamiento a España y a otros países a "hacer los deberes" tras el anuncio del Banco Central Europeo de su disposición a prestar apoyo en los mercados a los socios del euro más vulnerables, como interpreta El Mundo. Resalta que Mariano Rajoy se ha comprometido ante la canciller alemana a "continuar por la senda reformista". "Los esfuerzos de este Gobierno continuarán, no les quepa la menor duda", ha proclamado en la rueda de prensa que ha compartido con Merkel tras su reunión en La Moncloa. Ésta ha sido la primera vez que Rajoy y Merkel se ven a solas desde el pasado mayo, cuando navegaron durante algo más de hora y media por el río Chicago a bordo de un barco, aprovechando una jornada previa de la cumbre de la OTAN que se celebró en esa ciudad estadounidense. Tras aquel encuentro, en el que Rajoy aseguró contar con el apoyo de Merkel y recalcó la auditoría de los bancos españoles como un ejemplo para toda la UE, ha habido otros, pero no a solas, como la del pasado junio de la que salió bastante satisfecho Rajoy y no tanto Merkel, y que concluyó con el compromiso para impulsar un plan de estímulo de 130.000 millones de euros y una apuesta por estabilizar la moneda única.



Indica El País que el aura pseudorreligiosa de los bancos centrales brota de su capacidad mágica para fabricar dinero de la nada. Esa, una vez más, es la forma elegida por el Banco Central Europeo (BCE) para deshacer el nudo gordiano en el que se ha convertido la crisis: su presidente, Mario Draghi, anunció ayer en Fráncfort un nuevo programa destinado a la compra ilimitada de deuda pública de los países con más problemas en los mercados. Compras ilimitadas, tal y como se esperaba, aunque con una dedicatoria temible para España e Italia. “Con estrictas condiciones”, según dijo Draghi en una rueda de prensa multitudinaria. España se ve así abocada a solicitar un segundo rescate, y a negociar las temibles condiciones con sus socios y con el BCE antes de hacerse acreedora de la magia de Draghi en el mercado de deuda. Queda saber solo cuándo. Y cómo. Casi todo lo demás parece atado y bien atado, según las fuentes consultadas. Tras el paso de ayer, el BCE y los socios europeos invitan a España a solicitar esa segunda ayuda con la promesa de que no habrá nuevos recortes sustanciales, más allá de explicitar las condiciones ya conocidas en el primer rescate, y de añadir un estricto calendario. Se trata de un rescate sin dinero: no hay inyección de fondos para el Reino de España, sino compras de bonos españoles en los mercados por parte del mecanismo europeo de rescate temporal o el permanente (FEEF o Mede), y posteriormente del BCE. Además, el bazuca es doble: el fondo europeo compra en el mercado primario (en las emisiones del Tesoro) y después el BCE en el de segunda mano, con la ventaja de que España no pierde de esa manera el acceso a los mercados. Las incógnitas son, al menos, dos, sigue analizando El País: El cuándo: la visita de la canciller Merkel a España y la próxima reunión del Eurogrupo en Nicosia (Chipre) serán claves para desvelar la fecha de la petición, que diversas fuentes sitúan entre primeros de octubre y a lo largo del mes de noviembre, aunque hay también analistas que aseguran que podría llegar antes, este mismo septiembre. Todo eso está en función de calendarios electorales, de la crisis griega, del temido Constitucional alemán, de los próximos sustos que depare un mercado caprichoso que no volverá a la normalidad hasta que no detecte por dónde demonios llega el crecimiento económico. La segunda clave es el cómo: una vez se haya solicitado el programa, probablemente una línea de crédito de precaución; no un programa completo, los socios europeos enviarán una misión a España para ver cómo se cumple el primer rescate, y en función de eso fijarán las condiciones. Y las cosas irán previsiblemente mal: España está tratando de cumplir las condiciones de la eurozona, pero es prácticamente imposible que alcance las metas de déficit y que elimine la desconfianza que suscitan en Europa las cuentas de sus bancos y de algunas comunidades autónomas. Ahí se comprobará si de veras hay nuevas peticiones, o si basta con las actuales y con ese calendario de cumplimiento. La nueva piedra filosofal del BCE se llama plan de Transacciones Monetarias Directas (OTM, por sus siglas en inglés). Si hay que hacer caso de las palabras de Draghi, el OTM supone para el BCE entrar en una nueva dimensión, a un paso de la ventanilla de último recurso para los países, y ya no solo para la banca. Aunque en realidad ese plan no es tan nuevo: el BCE ya ha usado dos programas similares, siempre en pequeñas cantidades (y a regañadientes, por la oposición del Bundesbank alemán, como ayer) a lo largo de esta crisis.



En ABC se asegura que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la canciller alemana, Angela Merkel, han decidido mantener el secreto de sumario y no desvelar -ni siquiera valorar- si España va a solicitar la compra de deuda soberana. Tras un intenso "y corto" -según Merkel- almuerzo de trabajo en La Moncloa con la canciller alemana, Angela Merkel, el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ambos, de acuerdo o no, esquivaron las preguntas. Merkel dijo que el asunto no le compete. Rajoy, que aún no ha tomado una decisión porque aún no conoce el comunidado de la institución. "Cuando tenga una novedad se la contaré", ha respondido a las preguntas de la prensa. Su comparecencia coincidía en el tiempo con la del presidente del BCE, Mario Draghi. Donde claramente quisieron aunar apoyos fue respecto al euro. Merkel aseguró que ambos están comprometidos "con la defensa del euro" y con "disipar cualquier duda que rodee a la moneda única", mostrando además su firme convicción de que el reto es difícil pero superable. En cuanto a las posibles condiciones a las que se ha vinculado la compra de deuda, hizo referencia Mario Draghi, el jefe del Ejecutivo no quiso desvelar si está dispuesto a asumir nuevas exigencias y en qué grado. Fuentes de La Moncloa explicaron después que el presidente y su equipo económico tienen que analizar "con calma" la oferta del BCE y conocer cuáles son las condiciones antes de tomar una decisión. La resolución, señalan, será "la mejor para España y para el euro". La Moncloa va a esperar, como mínimo, a conocer la sentencia del Tribunal Constitucional alemán la próxima semana sobre si los nuevos mecanismos de rescate respetan el derecho alemán. Además, faltan los informes de las auditoras contratadas por el Gobierno para acotar las necesidades del sistema financiero español y acotar la petición de ayuda de forma definitiva. Hasta entonces, no habrá novedades...



En el diario La Razón se explican las condiciones de la ayuda del BCE: El BCE supedita su intervención en el mercado secundario, en el que se compra deuda ya emitida, a que los estados cumplan unas «estrictas condiciones», supervisadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Además,  los países interesados deberán pedir o bien un rescate completo   como el de Grecia, Irlanda y Portugal, o bien un programa preventivo que incluya al menos la compra de bonos en el mercado primario, es decir, directamente en las emisiones del Tesoro, por parte de los fondos de rescate europeos. Para no ahuyentar a los potenciales inversores, el eurobanco renunciará a su condición de acreedor preferente y aceptará «el mismo tratamiento que los acreedores privados» en caso de reestructuración de la nueva deuda   adquirida en el mercado. El anuncio levantó ayer el optimismo de las bolsas y de los responsables europeos. El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn, afirmó que espera que sirva para «restaurar la confianza de los inversores», mientras los estados «vulnerables» siguen aplicando reformas. En cambio, el BCE no contentó a todos. En contra de lo que reclamaba el mercado, el eurobanco decidió mantener ayer el precio del dinero en el 0,75%, al tiempo que revisaba a la baja los pronósticos de crecimiento para la zona del euro en 2012 y 2013. Sus previsiones apuntan ahora a que la economía del área de la moneda única se contraerá una media del 0,4% este año, en vez del 0,1% previsto en junio. Según manifestó el presidente del eurobanco, los indicadores económicos apuntan una actividad económica débil continuada en lo que queda de 2012, en un entorno de elevada incertidumbre. A ello se suma que existen riesgos a la baja para el crecimiento económico que están relacionados con «las tensiones en algunos mercados financieros de la zona del euro y su contagio potencial a la economía real del área». Con todo, el dictamen del banco emisor es que la economía de la zona del euro se recuperará «sólo muy gradualmente» y que el crecimiento será débil por «el necesario proceso de ajuste de balances en los sectores financiero y no financiero, la existencia de un elevado desempleo y una recuperación global desigual». «Estos riesgos deberían contenerse si los políticos de la zona del euro llevan a cabo una acción efectiva», apostilló Draghi, convencido de que ahora que ha hecho lo que se le reclamaba toca que los demás cumplan con sus compromisos.



En El Confidencial, la crónica corresponde a Carlos Sánchez. Explica, primero, que la arquitectura institucional diseñada en los dos últimos años por la Unión Europea para afrontar la crisis de deuda soberana, comienza a dar sus frutos. A cambio de una condicionalidad “estricta y efectiva”, en palabras de Mario Draghi, el BCE comprará deuda pública de forma ilimitada. Y lo que es también relevante: sin conservar el estatus de acreedor preferente frente a los inversores privados. Lo que no se sabe es a partir de cuándo comenzará a adquirir títulos gubernamentales. Ni qué entiende el BCE por condiciones estrictas y efectivas. Ni siquiera si España tendrá que negociar un nuevo Memorado de Entendimiento (MoU) o valdrá el actual con adendas. Ni, por supuesto, en qué nivel tiene que encontrarse la prima de riesgo para justificar una intervención de los banqueros de Fráncfort. El BCE podría haber anunciado un determinado diferencial -como hizo el Banco de Suiza para defender el franco de su imparable apreciación- pero no lo ha hecho. Lo que sí está claro es que el Banco Central Europeo inicia una nueva era -en la que se juega su credibilidad- que le implica directamente en la financiación de los Estados, algo que está fuera de su mandato y que prohíben taxativamente sus estatutos. Pero el BCE lo salva con un argumento de peso: la transmisión de la política monetaria se ha roto (los bajos tipos de interés no llegan a los agentes económicos) y su obligación es restaurarla. “No es normal”, asegura una fuente oficiosa del Banco de España, “que unos países se financien al 1,5% y otros al 6%”, y por eso está decidido a intervenir, aunque siempre en el mercado secundario, nunca comprando directamente las emisiones a los tesoros nacionales, algo que si podrá hacer el futuro Mecanismo de Estabilidad (Mede). El cuándo se concretarán esas compras es la gran pregunta que se hacen los mercados, y hoy por hoy lo que se descuenta es que hay por delante varias semanas de tregua. Nadie apuesta contra la deuda de los países periféricos cuando el BCE anuncia que sacará su artillería para aumentar los precios y bajar la rentabilidad, que operan en sentido inverso. Sin embargo, el dinero es ilimitado, pero la tregua no, y como sostiene el responsable de un importante servicio de estudios, lo que parece fuera de toda duda es que España -se trata de  un requisito indispensable para que actúen los instrumentos de ayuda financiera- no lo pedirá hasta que pasen las elecciones vascas y gallegas del 21 de octubre. Y habla luego de “líneas rojas”: Todo dependerá en última instancia del grado de cumplimiento de los objetivos de déficit, que es la condición número uno de las que exige la UE: la auténtica línea roja. Si España no cumple con el déficit, el BCE se abstendrá de intervenir y dejará al Tesoro a merced de los mercados. En cambio, si cumple, el Gobierno podrá sacudirse las presiones de los países del norte, que quieren que España (e Italia) pidan lo antes posible la nueva asistencia financiera. Sobre todo a la vista del enfriamiento de sus economías derivada de la crisis financiera, como ayer puso de relieve Eurostat. La economía del área euro cae ya un 0,5% en términos anuales y un 0,2% trimestralmente. La fórmula utilizada para resolver la crisis de deuda soberana no supone un rescate formal, ni siquiera convencional, de la economía española a la manera de lo que se hizo con Grecia, Portugal o Irlanda. Entre otras cosas porque el Consejo de Gobierno del BCE precisa que se podrá utilizar una línea de crédito denominada Línea de Crédito con Condicionalidad Reforzada (ECCL en siglas en inglés) para intervenir en los mercados. Esta línea está ya operativa y puede activarse de forma casi automática una vez que lo apruebe el Eurogrupo, aunque el primer  requisito continúa siendo que lo pida el Gobierno español. Lo mismo ocurre con el Fondo de Estabilidad Financiera, FEEF, o el Mecanismo de Estabilidad (Mede), aunque con una sustancial diferencia. La línea de crédito, en la que participa el FMI, tiene menos condicionalidad que el Mede, que exigiría, con toda probabilidad, un nuevo Memorando. Como dice un economista, la línea de crédito es ‘soft’, mientras que el mecanismo de rescate sería más exigente. En ambos casos, sin embargo, los enviados de la ‘troika’ -los célebres hombres de negro- vigilarían de manera todavía más estrecha la economía española. En palabras del BCE, "se requerirá la participación del FMI en el diseño de la condicionalidad específica para el país y en el seguimiento del programa”. Mientras tanto, seguirá siendo el BCE quien preste dinero a la banca, cuya apelación al Banco Central Europeo para resolver sus problemas de liquidez alcanza ya los 375.500 millones, dinero que se ha prestado sin condiciones, al contrario que en el futuro más inmediato.



Tendremos que esperara las decisiones que adoptarán Rajoy y sus asesores, ahora mismo ya centrados en leer la letra pequeña, para que no haya sorpresas. Tal vez la euforia no será tanta...

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