sábado, 8 de marzo de 2014

Aviones deteriorados y gastos autonómicos Muchos nos hemos despertado este sábado con la noticia de un avión que iba camino de Pekín y que desapareció probablemente en aguas de Malasia, con 240 viajeros a bordo. Lo más probable es que los tiburones y otros peces del lugar hayan tenido comida suficiente, y también es probable que sigamos ahora la historia de la caja negra y de las causas probables del accidente. Y el avión malasio nos conducirá inevitablemente a recordar los aviones Falcon del Ejército español, que en los últimos tiempos fallan en exceso. Primero fueron dos que tenían que trasladar al Príncipe don Felipe, y este viernes sucedió otro tanto con el que tenía que traer a Rajoy desde Dublín, después de haber asistido a la cumbre de los democristianos europeos. Algunos entienden que el avión no pudo con un Rajoy que venía con sobrecarga evidente: La había demostrados ante sus colegas europeos, con quienes compartió un optimismo desmesurado y a todas luces excesivo. Menos mal que le echó una mano Bono, el de U2, para recordar los severos problemas que plantea España como enfermo de Europa: Paro juvenil, bajísimo consumo, y la necesidad de que el resto de Europa coopere en sacarnos de un agujero demasiado profundo en el que ni la euforia desmedida y las ansias electoralistas de Rajoy serán capaz de sacarnos. Bueno, volviendo al Falcon: No son aviones nuevos, pero si la conservación y revisiones se atienen a lo establecido, tienen muchas horas de vuelo por delante para seguir transportando a altezas y excelentísimos señores. Pero es evidente que algo o alguien falla en las estructuras básicas del Estado. Como siguen fallando las cuentas del Estado a la hora de dar satisfacción a las necesidades de cada autonomía. ¿Cuál de ellas está contenta con la suerte que les ha correspondiendo en el reparto? Posiblemente Murcia, Rioja, y las del cupo de ventaja. Euskadi y Navarra. Protestan, con mayor o menor griterío Cataluña, Madrid, Baleares, Extremadura, Andalucía, Valencia, Canarias… Y ante tal grado de disensión, el Gobierno procura posponer el momento de abrir el debate, entre otras cosas, porque ya supone lo que cada una argumentará y llegará a la conclusión de que no se pueden satisfacer, ni mucho menos, todos los argumentos. Y muchos menos, los de las autonomías “propias”, las de Gobiernos del PP. De entrada, ¿habrá alguien que levante la bandera de “cupo para todos”, o el equivalente, “fuera los cupos vigentes”? Ahí empieza, en los derechos históricos, la primera y grave discriminación, pero que nadie osará afrontar y resolver. Pero acabamos de ver en qué medida los fueros navarros son ocasión para abusos y corrupciones en las autoridades locales. Basta que se queje el administrador de la Universidad de Navarra ala correspondiente directora general de tribunos de la comunidad foral, para que ésta “se muestre sensible” y rebaje la presión fiscal… O cualquier empresa con amistad con un alto cargo. Pero nadie se atreverá a terminar con ese abuso manifiesto y escandaloso de los fueros “históricos”. Históricos ya somos todos…, pero no para abusar de los demás. Y ahí tenemos la mezcla de dos clases de procesos: el proceso de financiación, de un lado, y el de gasto de esos dineros públicos. Si se mezclan o confunden ambos capítulos, el asunto ya se convierte en intocable: Las embajadas catalanas, los ere andaluces, la Gurtel valenciana o madrileña, los subvencionados y ruinosos bancos gallegos, y hasta las cigüeñas negras extremeñas aparecerán en esos recuentos victimistas de quién es el que más abusa y el que menos controla. Loa democristianos españoles han votaron a favor de Juncker para presidir el la Comisión Europea que alga elegida de las urnas de mayo. Rajoy se alineó con Merkel para lograr réditos y poder colocar a alguno de sus leales en altos puestos de la Unión. Cañete y De Guindos parece que son los mejor situados para “colocarse” en la dirección dela Unión, con permiso de doña Angela Merkel, y si Rajoy así lo solicitara. Luego, falta por ver cómo se reparten el futuro nuevo parlamento democristianos y socialdemócratas. Y cómo se reparten este pastel aún, escandalosamente, sin recortar… JOSÉ CAVERO

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