jueves, 27 de marzo de 2014

La tragedia de El Vendrell y otras tragedias En varias primeras páginas es el suceso del día. La muerte de cuatro niños, hermanos, en una casa de El Vendrell, Tarragona. Cuentan los diarios que la familia, marroquí, se había visto desahuciada de su casa y pudo regresar a ella el año pasado. Ahora, un incendio cuyas causas se están investigando, ha terminado con la vida de los cuatro de los seis niños del matrimonio. Los nombres de los fallecidos son bien expresivos de su origen: Mohammed, Ayoub, Thami y Osama. El fuego en la madrugada acabó con su vida de dificultades sin cuento. No es una tragedia cualquiera, es la de una familia de inmigrantes que se ha esforzado por hallar un lugar en la vida, y creía haberlo conseguido, finalmente. La inmigración tiene aún otra cara desapacible este día, con el anuncio-amenaza de la canciller alemana Merkel: Los inmigrantes que en unos meses no obtengan empleo en Alemania, serán devueltos a sus países de origen. Dicen los cronistas que se refiere, sobre todo, a rumanos y búlgaros, que han sido núcleos poblacionales que han llegado con asiduidad a tierras alemanas. Pero no es improbable que unos cuantos españoles se puedan ver amenazados por esta advertencia amenaza, porque se fueron de España en busca de mejores condiciones laborales y de vida que en su país de origen, y ahora están comprobando las dificultades para hallar acomodo en la que se les prometía tierra prometida para quien buscara trabajo… Finalmente, y como se venía sospechando, Ucrania se quedó sin la península de Crimea, y no han quedado más que algunas débiles protestas contra el arbitrismo y autoritarismo de Putin y de Rusia, con su política de “ahora te la doy, ahora te la quito”. Es verdad que la historia de Crimea es de ida y vuelta de la gran y despótica Rusia. Pero eso no es derecho internacional ni fronteras seguras y ciertas. El día que a Putin se la ocurra, contará que otras ciudades ucranianas le han pedido ayuda, y tendrá razones suficientes para invadirlas y ganárselas para su mapa incierto. Todo ha sido un espectáculo de oprobio y vergüenza ajena: la arbitrariedad del “gran líder” ruso y las nulas ganas de Occidente de meterse en más problemas y complicaciones. Bastantes tiene ya cada uno de los países como para pedirle esfuerzos especiales contra quien regala o secuestra territorios nacionales según le place. Ahora, Obama, Premio Nobel de la Paz, invita a los países de su bloque a dedicar más dinero a su propia seguridad, es decir, a la OTAN, que se supone que es una organización exclusivamente “para disuadir”, pero no para actuar, como esta vez se ha demostrado. Putin sabe bien que nadie quiere una guerra, ni en su zona de expansión ni en la contraria. Y que más vale esta precaria paz internacional y la guerra fría redescubierta… Artur Mas ha reaccionado como cabía esperar de él, tras la sentencia del tribunal Constitucional contraria a su consulta independentista. Dilemas que a cada nueva dificultad que surja, busca un nuevo procedimiento para saltársela y dejarla atrás. Y así llevamos ya algunos años, y cabe suponer que tendremos por delante unos cuantos meses más, en este pulso permanente entre el independentista Mas y las autoridades españolas, decididas a hacer cumplir la Constitución vigente. Ahora nos cuentan que Rajoy y Rubalcaba –para esta materia sí-, están, o siguen, perfectamente de acuerdo en los procedimientos para oponerse a los propósitos de Mas. Y mientras tanto, el TC y su doctrina dan que hablar a los juristas, por mantener y no negar el derecho constitucional a decidir “si se reforma la Constitución”.O sea, el planteamiento del PSC de reforma constitucional… Sigue también el culebrón del 22-M, o día de las manifestaciones por la Dignidad y sus correspondientes disturbios finales. El combate desigual de radicales y policías dejó muy poco felices a estos últimos, que reclaman “ceses o destituciones” a los jefes de los antidisturbios. Ahora es el momento del antes super locuaz parlamentario y hoy mudo director general de la policía Ignacio Cosidó, que debe completar un informe final en el que explique qué errores cometieron las fuerzas del orden, tan disconformes hoy con los resultados del pulso con los radicales en la calle. Por cierto, hay coincidencia en que los independentistas gallegos tuvieron un papel en esos desórdenes. Y se coincide también en advertir que, tras su participación en la calle, lograron escapar… JOSÉ CAVERO

No hay comentarios: