lunes, 9 de junio de 2014
Durán y el delicado equilibrio catalán
Durán i Lleida, catalán de Huesca, es una magnífica prueba del equilibrio al que ha venido forzando la voluntad separatista de Artur Mas y de Convergencia Democrática de Cataluña. Durán es la otra parte de esa fuerza política, Unió Democrática, y le gusta poco jugar al juego de Mas, y mucho menos, al que parece que comanda Ezquerra, en los últimos tiempos, y por derecho de conquista de espacio electoral, el socio preferente de Mas. Así las cosas, Durán se está pensando, o ha pensado mucho en los últimos tiempos, su continuidad en la portavocía del grupo catalán en el Congreso. Se lo piensa él y se lo piensan sus socios convergentes, que incluso llegan a advertir que, antes de que dimita de sus cargos, podrían retirarle sus competencias. Ya fue problemático que Durán mantuviera la presidencia de la Comisión de Exteriores del Congreso cuando se ve forzado a secundar a Mas en sus anhelos separatistas. Ahora, empieza a ver el resto de sus incongruencias e incoherencias, y está pensando en abandonar totalmente esa dirección en la que, a menudo, se ve forzado a hacer cosas que no quiere hacer. Por ejemplo, abstenerse en la votación de la abdicación del Rey en su hijo Felipe. Por su cuenta, Durán anticipó que votaría favorablemente. Luego, por indicación o presión de Mas y de Junqueras, ha puesto en entredicho su anuncio, y posiblemente pase a formar parte del grupo de partidos, con el PNV, que se abstengan… Pero a Durán esa clase de juegos no le gustan nada. Y está pensando en abandonarlos, todos en su conjunto, y a mas y Junqueras también, para que jueguen juntos sin terceros socios ni terceras vías… Precisamente, es sorprendente que Durán, con Rubalcaba, sea un abanderado de la tercera vía de la reforma constitucional para dar lugar a una Cataluña más cómoda en España. Podrían coincidir las marchas de Rubalcaba y de Durán, dos políticos que a menudo se han entendido bien… Durán ha venido siendo un punto de equilibrio, una figura irreemplazable en todos los debates del Congreso. Ahora, está pensando en abandonar esas tareas que ha ejercido brillantemente durante años.
En el Gobierno, hay un ministro, llamado Gallardón, que produce a menudo cataclismos. Lo producen sus reformas o propósitos de tales, como ahora está sucediendo con la Ley Orgánica del Poder Judicial, con la que Gallardón pretende poner profundamente a revisión toda la Administración de Justicia en España. Los jueces están reaccionando con alegaciones masivas y otras formas de protesta que llegan a la presidencia del Gobierno. La ley de Gallardón aspira a eliminar los 431 partidos judiciales, los 7.683 juzgados de paz y las 55 audiencias provinciales, en favor de nuevos tribunales provinciales de instancia y el reforzamiento de los tribunales superiores de justicia. Todo de golpe, en una reforma histórica que apadrina el problemático Gallardón. Eso, y la nueva ley del divorcio, y la Justicia Universal…
Nadal, una vez más, ha conseguido un título deportivo, la novena copa de Roland Garros, y lo que es igual de cierto, ha conseguido el favor y el fervor de millones de españoles que vivieron con él la incertidumbre de un partido a cara de perro con su adversario serbio Novak Djokovic. Vence y convence, cada vez que sale a la pista, y es un muy serio adversario de cualquiera de sus contrincantes. Sólo Roger Federer tiene algunas ventajas en el número de los grandes títulos de Grand Slan cosechados sobre el deportista de Manacor. Un hombre que se emociona recordando sus propias hazañas en tierra batida o sobre césped, y que se emociona cuando escucha el himno nacional con que se premian esos triunfos deportivos por doquier…
JOSÉ CAVERO
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