jueves, 24 de julio de 2014

Pon fin, hay nuevo empleo neto… Por fin, parece que las noticias de creación de empleo son ciertas, comprobadas y verificables. Hasta ahora, los sucesivos recuentos venían con cal y arenas. Ya no hay medias tintas: Se crea empleo neto como en tiempos de prosperidad, o casi. Y será por lo que dice Fátima Báñez, su reforma laboral, por lo que dice Rajoy, hemos salido de la crisis, o por lo que estima Montoro, que pronto seremos el país europeo que arrastre a los demás por sus buenas condiciones para crecer y crecer… Es posible que sea un empleo más precario que en otros tiempos, pero, ¿a quién amargará el dulce de tener un puesto de trabajo después de larguísimas esperadas en el paro? No es menos cierto que el camino de los seis, cinco, cuatro millones de parados que quieren dejar de serlo de una vez, es y será largo, muy largo, todavía. Pero apuntan maneras, finalmente. Lo dicen la EPA y el INEM, por igual y a todos voces, junto con muchas otras instituciones internacionales de toda especie. Está feo colgarse medallas, pero algún mérito tiene la prensa que, en su momento, urgió al Gobierno a evitar lo que parecía un vicio indecoroso, y afeó su conducta de dar indultos a diestro y siniestro. Más bien, a diestro y diestro, a los propios colegas, y sin suficientes razones. Después de afear aquella conducta, y de recordarle al Gobierno que su prerrogativa venía a negar la autoridad de los jueces y tribunales, parece que Gallardón y sus amigos se han refrenado un poco, y han dejado de cometer aquella clase de tropelías, generalmente, repito, a favor de los propios. De manera que ahora tenemos en la cárcel a Bárcenas, del PP, y a punto de entrar en sus correspondientes celdas a Fabra y a Matas, otros dos ilustres peperos, de los que en su día recibieron muy notables felicitaciones y aplausos por parte de la dirección del PP. Y aún quedan muchos otros que bien merecerían trato parecido por parte de sus señorías los jueces… Parece improbable que Fabra y Matas vayan a ser indultados, aunque no se resignan a ser simples mortales y ciudadanos reos de la Justicia. Bastantes contemplaciones llevan ya en su haber, el uno y el otro, que debían estar hace tiempo entre rejas, pero han ido buscando excusas para seguir disfrutando de sus envidiables condiciones personales y vitales. ¿A qué se espera, después de tan largas peripecias judiciales, para hacer efectivas las penas privativas de libertad, y aplicarles la ley y las muy largamente esperadas órdenes judiciales? En cambio, sigue cumpliendo la pena dictada el exbatasuno Arnaldo Otegui, pese a la resistencia y los argumentos contrarios de no pocos magistrados del mismísimo Constitucional que ha revisado su caso. ¿Tan peligroso es don Arnaldo? Para muchos jueces y fiscales, se está produciendo en su situación una clarísima injusticia, y más temprano que tarde lo hará reconocer de este modo alguna instancia europea, un poco más ecuánime que alguna juzgadora… Incluso el fiscal Martín Pallín no ha tenido inconveniente en proclamar públicamente esas incoherencias de determinados magistrados españoles con el líder batasuno, que, asimismo, ha merecido atenciones muy favorables en columnas de prensa. ¿Quién teme al lobo feroz Arnaldo Otegui? Estamos recordando estos días que se ha cumplido un año desde el pavoroso accidente del tren Alvia, en Angrois. Aquellas víctimas de santiago que ensombrecieron a Galicia , a España y a las técnicas de seguridad en los trenes más modernos. No están aún, ni mucho menos, resueltas todas las dudas sobre las torpezas de la construcción de ese tren que pretendía pasar por AVE sin tener todas sus exigencias de seguridad. Jueces y fiscales parece que discrepan en la búsqueda de responsables últimos, por la sencilla razón de que algunos responsables quisieron apuntarse más medallas de las que les correspondían. Y los ciudadanos viajeros pagaron aquel atrevimiento con sus vidas… JOSÉ CAVERO

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