martes, 19 de agosto de 2014

La política en agosto Ya en los días finales del mes vacacional por excelencia, los asuntos políticos no se agotan. La fortuna oculta de Pujo, la financiación autonómica, la enfermedad del Ebola y cómo combatirla son algunas de las materias que han estado muy presentes este verano, y que amenazan con seguirlo estando en lo que queda de mes, casi tanto como la participación del Murcia en la Segunda División… Hoy se nos anuncia que el PSOE se propone llevar a la Diputación permanente del Congreso el caso de la fortuna de los Pujol, para que pueda ser discutido con amplitud y para que el ministro Montoro aclare si alguno de los miembros de este grupo familiar tuvo oportunidad de regularizar sus cuentas ante Hacienda, como se sospecha. La regularización fiscal que Montoro propició ha sido toda una irregularidad de principio a fin,, y quedó a las claras que había sido organizada para salvar la fortuna y el prestigio de unos pocos de los amigos del PP. ¿Los Pujol entre ellos? Sería lo que faltaba para tan intragable menú. Siempre se mantuvo la tesis de que ese tipo de regularizaciones no tienen cabida en una democracia sana y solvente, y que cualquier atajo en ese sentido era inconveniente y contraproducente… Algo parecido podría decirse del sistema de financiación, que el PP no se atreve a plantear abiertamente, contrariando sus propios compromisos adquiridos. Ahora mismo, con la cuestión catalana abierta sobre la mesa de negociaciones, mucho menos. De esa financiación rectificada y corregida confían los populares y los convergentes que pueda salir el acuerdo que haga olvidar la inclinación secesionista de Artur Mas y los suyos. Pero, claro, las restantes autonomías están lejos de fiarse de esos acuerdos, probablemente bajo mesa, que determinen Rajoy y Mas, y que ya se han venido produciendo en los dos últimos años con el Fondo de Liquidez Autonómica, en el que Cataluña ha venido resultando mucho más beneficiada que ningún otra región autonómica. Hasta la fecha, ha protestado de esa arbitrariedad manifiesta el gobierno de Madrid, pese a ser del PP. Y ahora acaba de participar en el mismo rechazo la comunidad andaluza, que también tiene mucho que decir sobre el particular. Cabe recordar el comienzo de esta controversia. La Cataluña de Mas (y Pujol) aspiran a una financiación singular, parecida a la vasca y navarra, de cupos o aportaciones anuales o revisables cada cierto número de años. Ni a Madrid ni a Andalucía le interesa esa política discriminatoria, que obligaría a participar en mayor medida que ya lo hacen a sus correspondientes gobiernos, para que los restantes no se vean menoscabados en sus intereses. Y ojo con Valencia, que también quiere tener voz y voto en estas decisiones, y que no tiene ya el favor mayoritario de los votantes del PP. Por todo ello, el PP quiere posponer esa decisión, aunque se sospecha que, bajo cuerda, estaría negociando con Cataluña para desactivar el soberanismo y el independentismo, de cara al nueve de noviembre… Desde luego, este gobierno tiene pendiente un a aclaración sobre la política que ha llevado a cabo acerca del tratamiento del ébola en el caso del sacerdote y misionero de San Juan de Dios, finalmente fallecido en el Hospital Carlos III. Desde luego, la transparencia no ha sido, ni mucho menos, la norma básica de actuación en un caso tan sensible. No han participado Rajoy o Sáenz de Santamaría, pero tampoco Ana Mato ha querido estar presente en las decisiones iniciales del caso, y sólo en los funerales finales. ¿A eso llaman transparencia del uso de fondos públicos, y de la política sanitaria nacional? Cabe tener que sí, que es representativo de lo que se pretende con la tal doctrina… JOSÉ CAVERO

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