miércoles, 3 de septiembre de 2014

El caso Pujol como el caso Bárcenas Hay coincidencia en los cronistas que acudieron ayer a contemplar la comparecencia del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sobre el caso de las probables violaciones de la norma tributaria del expresidente de Cataluña, Jordi Pujol, durante más de treinta años continuadamente, con una abultada cuenta en el paraíso fiscal de Andorra. Montoro no se anduvo por las ramas, a la hora de descalificar la actuación de Pujol, coincidiendo en eso con la mayor parte de los grupos parlamentarios de la Cámara. Otra cosa distinta es lo que hoy le reprochan todos: que ha estado muy lejos de e mplear la misma vara de medir para opinar de su excorreligionario. Ex administrador del PP Luis Bárcenas. Si con Pujol el ministro Montoro aseguró que llegaría hasta el final para ajustarle las cuentas fiscales, nadie recuerda que se comportara con parecida severidad con el colega Bárcenas. Es evidente que Montoro, y el PP en general, están mucho más cómodos en la consideración del caso Pujol que en la del exsenador Bárcenas, uno y otro sometidos a la misma consideración por haber conculcado la legalidad vigente en materia tributaria. Por si fuera poco, a los nacionalistas molestó particularmente la mención que Montoro hizo del nacionalismo catalán, una circunstancia posiblemente agravante en las actuales circunstancias, cuando se recuerda a menudo el patrocinio y apadrinamiento que Pujol ejerció sobre Artur Mas y sus propósitos independentistas. Otro detalle más: el “respeto” que se tiene a Jordi Pujol, todavía, como se comprueba, en condiciones de poner condiciones a sus explicaciones en Cámara parlamentaria o ante la Agencia tributaria. Pujol quiere que su comparecencia tenga lugar después del día 22, cuando él calcula que habrán concluido los acontecimientos “de alta tensión” que se anuncian en la Cataluña independentista de Mas… Montoro promete llegar hasta el final en la aclaración del caso Pujol, pero le faltó la mención al caso similar desarrollado vergonzantemente en su propio partido, y no menos grave que aquel… Las naciones occidentales siguen atónitas la sucesión de ejecuciones realizadas por el Estado Islámico de Irak y Siria contra dos reporteros norteamericanos capturados en zona de combate. No saben bien qué hacer, en Occidente, para frenar esa actuación de los fanáticos islamistas. Obama, el ministro alemán de Exteriores, todos coinciden en que es preciso hacer algo para evitar esa clase de desafíos de los fanáticos, pero no se sabe bien por dónde empezar y cómo resolver una papeleta tan complicada- Ese es, precisamente, el titular de unas consideraciones que firma en El País el ministro alemán de Exteriores: Qué podemos y qué debemos hacer contra el radicalismo islámico. La pregunta es la misma que se planteó en todos los despachos una vez que se produjo el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, cuando hubo coincidencia en apreciar que esos mismos fanáticos islamistas se habían pasado todas las barreras morales posibles. Ahora, las ejecuciones son de uno en uno-reporteros norteamericanos- pero obtienen resultados parecidos a la hecatombe de los aviones que se hicieron estrellar contra dos torres habitadas por tres mil personas en la ciudad americana. En el caso de las Torres Gemelas, el Gobierno norteamericano se juró perseguir a Bin Laden hasta su muerte, y tardó una década en cumplir su amenaza. Y no parece que se haya avanzado en los métodos para afrontar otro reto parecido… Algo parecido sucede con el matonismo de Putin. Su Rusia sigue mofándose de las normas internacionales en lo que se refiere a Ucrania y sus derechos como país soberano. Las reacciones “de Occidente” parecen darle risa al soberano Putin, Ahora, La comisión Europea endurece las sanciones económicas, restringe el comercio de armas y tecnología y boicotea actos culturales y deportivos como la Copa del mundo de 2018. Pero, de momento, a la Rusia de Putin parecen preocuparle poco o nada las reacciones de sus competidores. Y los agricultores españoles se lamentan de ser “paganos directos” del conflicto ucranio… JOSÉ CAVERO

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