viernes, 28 de noviembre de 2014

El debate de Rajoy Lo aprecie o no, el presidente Rajoy pudo y debió haber comprobado en el debate de este jueves, en el Congreso de los Diputados, que se encuentra solo ante todos los restantes grupos, y que su posición, particularmente en lo que se refiere a la lucha contra la corrupción, es de ruidosa y muy incómoda soledad. No tiene ya el menor crédito en la materia, después de haberse visto rodeado, sistemáticamente, por corruptos, y después de haberse comprometido en distintas ocasiones con los mismos propósitos de regeneración democrática…, que siempre se quedaron en nada. Rajoy, lo escuchó desde su banco azul, disminuido y raquítico, tras la marcha de Cañete, Gallardón y de Mato, y lo escuchó en todos los tonos, desde el más agradable al más vociferante y odioso. Ya acabaron las amabilidades con el presidente que se ha venido negando por sistema a hacer frente al gran problema de la corrupción, y que insiste en que este fenómeno no está generalizado en España, ni mucho menos. Y que tampoco es cosa exclusiva de los políticos, y mucho menos del PP gobernante… Pero Rajoy tiene que advertirlo en carne propia, que muchos de sus hombres de confianza le han traicionado y no son fiables, por más que les haya trasladado la confianza que sigue teniendo en ellos. Cada uno de ellos ha hecho un extraordinario daño a este gobierno y a este PP gobernante. Y, por supuesto, al propio Rajoy, que en cualquier momento podría verse alcanzado por las investigaciones del juez Ruz, por causa de los papeles y contabilidad secreta de Bárcenas. Por cierto, que la permanencia de Ruz en sus tareas de instructor del Caso Gurtel llega a ser, ahora mismo, crítica y decisiva. Sobre Ruz se ha instalado y en él descansa la fiabilidad del Gobierno, nada menos. Y resulta queso permanencia en el cargo, en la Audiencia Nacional, sigue siendo precario e inestable. ¿Se podría dar otro Caso Garzón, de expulsión de la carrera judicial y descalificación social general? Escuchar ahora a Rajoy, en vídeo viejo, hablar de un juez que no era imparcial, refiriéndose a Garzón, abre las carnes… ¿Lo dirá algún día de Ruz, ahora mismo por encima del bien y del mal, pero que está diseccionando las carnes putrefactas del PP? Lo malo de este Rajoy quemado, desprestigiado, vapuleado es que deteriora y pudre todo cuanto toca o roza, como por ejemplo, el asunto catalán. En esta materia, su quietismo, su inacción se puede medir y contabilizar en nuevos separatistas. No ha sabido, querido o siquiera intentado actuar contra las sucesivas iniciativas de Artur Mas, y se ha ido quedando rezagado de los acontecimientos que el catalanista inventa continuamente. Al Estado han venido a salvarlo, también esta navidad, las posibilidades de boicot a productos catalanes, y en concreto, la invitación de Freixenet a permanecer cien años más juntos…, que parece haber molestado vivamente a la Generalitat de Cataluña. Freixenet es representativo de una porción muy amplia, probablemente mayoritaria, de empresarios catalanes, que están viendo con desazón el separatismo creciente de la pareja Mas-ERC, y que aún se fían mínimamente de la capacidad de resistencia y razón de Durán i Lleida. ¿Hay más problemas en perspectiva? Además de la corrupción y de Cataluña, preocupa a la ciudadanía el progresivo deterioro de su nivel de vida, y que, contrariamente a lo que asegura el gobierno, no se advierte una mejoría económica que venga a ayudar las economías de cada ciudadano. De ahí que las esperanzas sigan puestas en una alternativa llamada Podemos, que finalmente ha comenzado a plasmar, negro sobre blanco, su programa económico. No se encuentran en él milagrosas fórmulas, aunque algunos economistas hayan quedado “transpuestos” por las novedades divulgadas por los economistas del grupo de Pablo Iglesias. ¿Renta básica? Para algunos, nada más, claro. No se podía soñar otra cosa distinta. ¿Y deuda nacional? A pagarla poco a poco, y sin quitas. Tampoco hay milagros por esta parte… JOSÉ CAVERO

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