viernes, 12 de junio de 2015

La Infanta destituida y el coste del PP La noticia indudable del momento en la que proporcionaba anoche la Casa Real, al anunciar que quedaba sin vigor el título y la consideración de Duquesa de Palma a la Infanta Cristiana, y consiguientemente a su esposo consorte Ignacio de Urdangarín, Iñaki. Ambos habían sido requeridos desde hacía tiempo, y en repetidas ocasiones, para que dieran un paso atrás en sus relaciones con la Casa Real, por causa del Caso Noos, por el que ha venido juzgándose a la pareja, a causa de sus negocios sucios en provecho de sus condiciones particulares. Ahora, cuando ya estamos cerca de que la pareja se siente en el banquillo de los acusados, don Felipe hace uso de sus prerrogativas y se enfrenta abierta y públicamente a su hermana, a quien quita la condición que le dio su padre, don Juan Carlos. Cristina sigue la sexta en el lugar de preferencia de la sucesión a la Corona, pero acaba de darse un batacazo monumental y sin marcha atrás en su prestigio personal y familiar. Ahora sí que “ya no es nadie”, por causa de su mala cabeza y peores negocios, que en su momento le reportaron pingües beneficios, al lucrarse de dinero públicos solicitados por Urdangarín y de los que ella se benefició largamente. Ahora, al privarles de su condición de Duques de Palma, la pareja pasa a ser “un donnadie”, solo “agraciado” por la incuestionada atención que se les prestará cuando se sienten en el banquillo de los acusados por el Caso Noos. Don Felipe, definitiva y públicamente, rompe con su hermana y, sobre todo, con sus prácticas impresentables. No es improbable que la decisión haya sido recibida con dolor por la proia doña Sofía, siempre la más inclinada a entender a su hija Cristina. Perop a don Felipe le habrá valido, sin duda, un nuevo reconocimiento público de que no se saca ni con su hermana, a efectos de corrupciones y negocios turbios… Justo sucede esta decisión cuando se cumplir el primer año de reinado de Felipe VI, que ejerce digna y modélicamente. ¿En qué medida ha incluido en la decisión doña Letizia? Sin duda, la reina consorte tiene desde siempre unas ideas muy claras sobre el comportamiento de algunos elementos de la familia política a la que pertenece, y es del todo probable que no habrá sido indiferente a lo que haya sucedido en Palacio… Mientras tanto, en la política, se llega al momento de estrenar nuevas alcaldías, y por tato, de calibrar el deterioro que ha padecido el PP, hasta ahora gobernante, en los nuevos repartos del poder municipal y autonómico. Al PP lo derrumban de much0os centenares de ayuntamientos la voluntad de la mayoría de los vecinos y el decidido propósito de la mayor parte de los partidos de iniciar un tiempo nuevo y unas formas nuevas de gobernar a los ciudadanos. Al PP lo derribaron en las urnas la insatisfacción de los ciudadanos, la mala gestión y las corrupciones de muchos de sus dignatarios, y unas políticas que se ejercieron de manera totalitaria y contra la opinión de todos. Ahora, la situación se ha vuelto contra esos modos de hacer política, y todos los restantes partidos, o casi todos, han preferido unir sus fuerzas para desplazar a los populares, que han abusado de sus privilegios de mando en plaza… Se ha producido, bien es cierto, una especie de cordón sanitario contra los populares, y un rechazo a sus métodos dictatoriales. Ahora, veremos el comportamiento de quienes vienen a rectificar aquellos errores que levantaron en pie, aunque en vano, a muchos miles de ciudadanos en sus protestas y movilizaciones callejeras. Han tenido que esperara las elecciones para relevar, sustituir, modificar esos gobiernos autonómicos y municipales que actuaron contra el parecer y el interés general, y que defendieron, antes que a nadie y que nada, a los bancos y banqueros, los más protegidos y beneficiados por la política de recortes de dineros públicos. La corrupción ha sido, sin duda, razón de peso de importancia a la hora de buscar sustitutos y modos nuevos a los nuevos responsables. Empieza un nuevo tiempo, que ojalá que no sea repetición del anterior… JOSÉ CAVERO

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