San Antón, municipios renovados Tal vez hayan dejado para última hora su constitución algunos de los ocho mil y pico municipios del país, pero en su mayor parte, ya han quedado constituidos, algunos no sin dolor y demostraciones de angustia. En otros casos, no ha sucedido otra cosa que dar realidad a lo que ya se vislumbró en las horas siguientes al escrutinio del 24-M, cuando ya empezaron a aflorar mayorías e incluso empezó a celebrarse el cambio drástico que se avecinaba. Precisamente, las mayores capitales de la nación, Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla…, están pasando por esa novedad de renovar a sus cuadros dirigentes y de incorporarles iniciativas nuevas. Con toda seguridad, el frutote esos nuevos pactos constituidos en tono a Podemos, Ciudadanos y el PSOE darán la demostración de validez del sistema que se pretende establecer, de una vez por todas, en las elecciones generales de novie3mbre, cuando habrá acabo casi plenamente el proceso de renovación de altos cargos en Ayuntamientos, Comunidades, Congreso, Senado, Diputaciones,, y otra serie de canonjías y responsabilidades nacionales, autonómicas y locales. Una proporción nunca producida antes, en los tiempos democráticos, viene a sustituir a la anterior y a demostrar que sus procedimientos son más recomendables, más valiosos y aportan más a la ciudadanía. Resulta curioso conocer que el primer compromiso del nuevo ayuntamiento de Madrid para por abrir comedores escolares a los niños y niñas que ahora mismo arriesgan su propio crecimiento por faltarles en su hogar los mínimo imprescindible para la supervivencia y el crecimiento de las edades más cruciales y determinantes en la vida de una persona. Eso fue inimaginable hasta ahora, cuando el anterior presidente de la Comunidad, Ignacio González, rechazó reiteradamente la propuesta de la oposición para mantener abiertos esos servicios de comedor durante los meses veraniegos… Algo parecido abre la nueva etapa en Barcelona, donde Ada Colau ha querido dar satisfacción a todos los ciudadanos decididos a contemplar en primera línea la toma de posesión de los nuevos cargos y sus primeros compromisos. La nacimiento de la nueva alcaldía valenciana ha sido objeto de muy duros combates entre los aspirantes, incluida Rita Barberá, que se resistió hasta el último momento para ceder el bastón de mando a su sucesor. N algunos casos, al relevo se ha llegado ya con fuertes sentimientos de resentimiento y ganas de echar a la calle al hasta ahora titular… Y de todos los casos, se espera ahora ese tiempo nuevo, esos nuevos modos, esas atenciones distintas a las que eran prioritarias y esenciales en la etapa anterior. Todo ello, como no ha podido ser de otro modo, en medio del lamento y de los gritos de pavor que algunos dirigentes de los que han perdido el poder, o una buena parte del poder, han seguido expresando de manera inmisericorde. Como si ese trozo de poder hubiera pasado a su propiedad y usufructo vitalicio… Y en cuanto a las alarmas y advertencias tan serias y reiteradas que hemos comprobado, cabe decir que ninguna estructura temblará más de lo que ya lo han hecho en la anterior etapa, -recuérdese la actitud de Mas, consentida por Rajoy y los suyos- y que la ciudadanía tendrá, con seguridad, mejores atenciones de las que tuvo. Algo ha tenido también de “desalojo” la decisión del Rey don Felipe de expulsar a su mismísima hermana Cristina del olimpo ce los ducados y altísimos títulos nobiliarios. Es evidente que el matrimonio del que Cristina forma parte no ha sido todo lo modélico que cabía esperar, y que la mayor parte de la población reclamaba esa y otras medidas punitivas contra la insigne pareja de aprovechados del dinero público. Cristina e Iñaki han sido expulsados de ese paraíso de los distinguidos con derecho a palacete veraniego en las islas Baleares. Se acabaron los privilegios regios para estos individuos, que dejan sus distinciones y honores en medio del aplauso general. Acabaron los tratos privilegiados, las atenciones de “personas importantes! a quienes no hicieron mérito alguno para obtenerlas y mantenerlas. El ridículo espectáculo posterior de Cristina de alardear de que ella fue la primera en tomar la iniciativa y de “dimitir primero”, antes que la echaran del selecto club, durante años al lado el despreciable ciudadano que es Iñaki Urdargarín, no añade mérito alguno a su comportamiento, sino todo lo contrario. Demasiado se ha tardado en echarlos del paraíso que nunca merecieron… JOSÉ CAVERO