martes, 13 de octubre de 2009

EL DÍA DEL ENCUENTRO DE ZAPATERO CON OBAMA, Y EL DÍA EN QUE SE RECLAMARÁ EL CESE DE RICARDO COSTA EN EL PP VALENCINO. LOS ABUCHEOS A ZAPATERO

EL DÍA DE OBAMA Y DE COSTA.- Las atenciones políticas deberán repartirse hoy entre varios asuntos programados para esta jornada del martes y trece: encuentro de Zapatero con Obama en la Casa Blanca, cese-destitución de Ricardo Costa como secretario general del PP valenciano, comienzo de la tramitación de os presupuestos en el Congreso y toma en consideración del blindaje para el Concierto Económico vasco... Algunos de estos acontecimientos ya anunciados, tenían prólogo en la celebración de la Fiesta nacional desarrollada este lunes con ocasión del Desfile militar y de la recepción que le siguió en el Palacio Real: Por ejemplo, los abucheos a Zapatero, encajados por el jefe del gobierno como algo ya tradicional, y que parecen responder a la movilización que hacen algunos grupos de opositores radicales y ruidosos. Curiosamente, al lado de Zapatero en esos momentos de las protestas de unos cuantos ciudadanos se hallaba el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, quien no entendía que un acto de Estado se aprovechara para manifestar el rechazo al Gobierno... Otro ejemplo, las manifestaciones de Mariano Rajoy también durante la recepción, y en las que el presidente del PP recordaba que hizo el servicio militar en Valencia, donde le correspondió realizar tareas de limpieza... Probablemente fueron anticipación de las tareas de limpieza que hoy le corresponde hacer en el PP valenciano, con el cese del muy controvertido personaje llamado Ricardo Costa.

ZAPATERO CON OBAMA.- Por lo demás, este martes y trece quedará para la historia como la fecha del encuentro del jefe del gobierno español con el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en la Casa Blanca. Se habrá cerrado un paréntesis de relaciones complicadas entre los respectivos gobiernos, caracterizadas, sobre todo, por la protesta del gobierno de Zapatero originada por la invasión de Irak, con apoyo, en aquella ocasión, del entonces jefe del gobierno español José María Aznar. Frente a aquellas discrepancias, la colaboración actual en otros conflictos, como el de Afganistán o el de Guantánamo...

LA CRISIS DEL PP VALENCIANO.- En cuanto a la crisis del PP valenciano, señalan los observadores que ahora deberá ser el presidente Camps quien aplaque a Costa para evitar que cuente quién le daba las órdenes. Es decir, para que el conflicto no llegue a la cabeza del máximo dirigente del PP valenciano. ¿Desplazar a Costa de la secretaría general acabará con los problemas del PP valenciano? Se sospecha que no será suficiente, y que el conflicto deberá depurar otras responsabilidades, sin descartar las del propio Camps, que parecía haber estado perfectamente informado de cada uno de los pasos que se desarrollaban con las empresas de Francisco Correa y Álvaro Pérez “El Bigotes”, “su amigo del alma”. De antemano es conocida la actitud de Costa, resistente a dejar su cargo, por entender que no tienen por qué recaer exclusivamente en él las responsabilidades de todo el Caso Gurtel en la Comunidad Valenciana. Y es conocida también la relativa solidaridad de Camps con su hasta ahora colaborador. Costa ha indicado repetidamente, por sí mismo y en boca de su hermano Joan Costa, que en todo momento se limitó a seguir las instrucciones de Camps y de Rajoy.

MIEDO A LA REACCIÓN DE COSTA.- No ha duda de que en el PP valenciano y en el PP nacional se teme ahora la reacción que pueda ofrece Costa antes de su silenciamiento... Pero no ha quedado otro remedio, y Camps acatará la orden del líder del PP de aparcar a Costa, aunque le expresará su compromiso a recuperarlo en la primera ocasión posible, una vez que se haya superado la actual “tormenta política”. De hecho, la fórmula de compromiso puede consistir en la no sustitución de Costa para subrayar la tnmporalidad de su cesde, y el total respaldo al hasta ahora secretario general del partido. El número dos del PP valenciano podría incluso conservar su cargo de portavoz del grupo parlamentario, algo que a muchos de sus propios correligionarios repugna. Pero entienden que todo forma parte de esa búsqueda del chivo expiatorio al que han forzado las informaciones divulgadas sobre las relaciones de la trama Gurtel con el Partido valenciano.

ABUCHEOS A ZAPATERO.- Habría sido un desfile militar, y por tanto una celebración del Día de la Fiesta Nacional y de la Hispanidad, sin ninguna anormalidad ni hecho diferencial a señalar de no haber sido por los abucheos que. Este año como los dos anteriores, se han producido contra el presidente Zapatero. En efecto, Zapatero, se ha visto forzado a escuchar abucheos, silbidos y gritos como "Zapatero, dimisión" o "fuera, fuera" a su llegada y al terminar el desfile militar. En años precedentes también hubo reproches contra el jefe del Ejecutivo al inicio del acto, pero en esta ocasión los gritos se han escuchado con más fuerza, y pese al gesto de insatisfacción que ofrecía el Rey don Juan Carlos. También la vicepresidenta primera María Teresa Fernández de la Vega, que llegó al desfile antes que Zapatero, fue recibida con silbidos y abucheos procedentes de las dos gradas de público situadas en las inmediaciones de las tribunas de autoridades e invitados. Por lo demás, y junto con esas demostraciones de desaprobación al jefe del gobierno, y acaso a la política que ejecuta su gobierno, la asistencia de autoridades fue la habitual en estos casos: Los Reyes, los Príncipes de Asturias, la infanta Elena y los Duques de Palma, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero; la ministra de Defensa, Carme Chacón; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, entre otros. Con alguna novedad de relieve, como el consejero vasco y la presidenta del parlamento vasco, ausentes en los años en que el PNV gobernaba en Euskadi.

UN DESFILE BRILLANTE.- En el desfile, que se desarrolló en otro punto del Paseo de la Castellana distinto al que es habitual, participaron 4.207 militares de los tres ejércitos y la Guardia Civil -400 menos que en la edición anterior-, 209 vehículos y 58 aeronaves. Este año se dedicó a la conmemoración de los 20 años de participación española en misiones internacionales y por ello desfilaron de manera destacada las banderas de las tres organizaciones internacionales bajo las que están desplegadas las tropas españolas en Afganistán, Líbano, aguas de Somalia..., como son la ONU, la UE y la OTAN. Antes de la parada propiamente dicha, pero ya como parte de la ceremonia de cada doce de octubre, se procedió al izado de la bandera nacional, que llegó al escenario principal de la mano de un paracaidista que se había lanzado desde un avión. Después, el rey Don Juan Carlos y el presidente del Gobierno rindieron homenaje a los caídos en acto de servicio. Durante este oficio sonó la letra de 'La muerte no es el final' y se cerró con la pasada aérea de la Patrulla Águila dibujando la bandera de España en el cielo de Madrid. Al margen de quienes pitaron y abuchearon a Zapatero, el público presente, sobre todo los familiares instalados en la tribuna de autoridades, no pararon de aplaudir a los militares que desfilaban. Los efectivos de la Guardia Civil, legionarios y regulares fueron los que más vítores merecieron. Y la cabra de la Legión, que este año se llamaba “golfa”...
JOSÉ CAVERO

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