EL PP VALENCIANO, DESPUÉS DE LA BATALLA.- Es seguro que quedarán rescoldos de la batalla que se ha desarrollado en las últimas semanas, y sobre todo en los últimos días, en la dirección del PP valenciano., Finalmente, Ricardo Costa se rindió y cedió todos sus cargos a su jefe Camps. Pero no es el único derrotado. El propio Camps tampoco sale muy bien parado de esos pulsos y tensiones. Señalan algunos observadores que sus sucesivos y continuos engaños han motivado muchas críticas de sus propios .correligionarios, y que su figura polémica ha terminado por tambalearse seriamente. Camps duró y vaciló antes de cesar a Costa, y sólo las presiones de Rajoy, y sobre todo de Cospedal le forzaron a dar el paso final. Y contrariamente a lo inicialmente previsto, la retirada de Costa de sus cargos de secretario general y de portavoz en las Cortes valencianas, o será temporal sino definitiva. La propia Cospedal, convertida en este asunto en “la mujer fuerte” y resolutiva, ha expresado su opinión de que es imposible restituir al ex número dos valenciano, sustituido por dos veteranos del PP valenciano.
EL BORRÓN DEL SUCESOR.- Por cierto, que al nuevo número dos del partido valenciano, César Augusto Asencio, ya se le ha descubierto un borrón biográfico: Hace una veintena de años, se apuntaba a la “secta de los negacionistas”, y negaba la existencia del holocausto de judíos en la Alemania nazi. Ahora ha pedido disculpas por aquellos planteamientos “de juventud”... En las últimas horas se han revelado detalles más precisos sobre esos pulsos, presiones y mentiras que se produjeron en “la tragedia valenciana”. Camps llegó a garantizar a su colaborador Costa que si se iba del caro, le acompañaría él mismo. También se sabe que Fabra y Camps llegaron a un acuerdo que apenas duró unas horas. De manera que después de haber cedido al chantaje de Costa, fue desautorizado por la dirección nacional del PP. Por todo lo cual, llega a plantearse con toda crudeza la oportunidad y conveniencia de que Camps haya podido llegar al final de su carrera política, como sucesor de Zaplana. Y como su antecesor, el final ha podido resultar abrupto... Porque, al mismo tiempo de sus propias maniobras, se le ve criticado por haber cedido ante una destitución injustificada y posiblemente injusta de quien fue su seguro y leal servidor. De esas culpas tampoco se libran Rajoy y Cospedal, que estuvieron moviendo los hilos del drama de manera permanente. Y si por encima de todo, Ricardo Costa se esforzó por dejar a buen recaudo su propia honorabilidad y honradez, la propia Cospedal se ha encargado de poner seriamente en duda esas virtudes: De Cospedal asegura que el comportamiento de Costa, por razón de sus conversaciones, sus compañías y amistades poco edificantes, no ha estado a la altura de las circunstancias...
OTROS TROPIEZOS EN EL PP.- Pero sin haber terminado todavía de linar los escombros de la demolición de Camps, el PP se ha visto con otras dos difíciles papeletas, que ponen severamente en tela de juicio su funcionamiento normal. En primer lugar, el abandono de la votación en el Congreso de los tres diputados vascos que hubieran querido votar a favor del blindaje del Concierto Económico vasco, tal y como habían hecho en el parlamento vasco. Pero también en esta materia, se plantó Dolores de Cospedal y negó esa actitud de coherencia a sus compañeros vascos. Si tenemos en cuenta que Ni Rajoy ni Cospedal olvidan “las injurias”, será preciso temer alguna reacción contra Basagoiti y sus leales...
Y finalmente, llega a los tribunales el expresidente balear Jaume Matas por presunta corrupción. El juez le imputa con relación al Caso Palma Arena, el velódromo que terminó costando más del doble de lo inicialmente previsto y presupuestado, y con relación a la compra y decoración de su casa-palacio en palma de Mallorca, de 625 metros cuadrados. Sospechan la Fiscalía y Hacienda que Matas y su esposa, junto con algún otro familiar, habrían podido incurrir en un enriquecimiento patromonial irregular. El precio de esa vivienda es de casi dos millones y medio de euros, y el expresidente pagó menos de un millón...
COSPEDAL SE IMPUSO A COSTA.- Pero, regresando al ya llamado Caso Costa, de destitución del secretario general del PP valenciano, se ha tenido la oportunidad de comprobar algunos papeles clave: primero, el del propio Ricardo Costa, que se ha defendido contra viento y marea y contra el aparato de Madrid. En segundo lugar, el de Francisco Camps, que, desde una cierta ambigüedad, se ha esforzado por no romper con su segundo, de quien ha sido colaborador indispensable. Camps quería, a un tiempo, satisfacer a Rajoy y a Costa, y ha podido comprobar que no era posible servir a dos señores. Finalmente, entre la defensa del propio o la entrega a “la autoridad de Madrid”; no tuvo más remedio que entregar la cabeza de Costa, aunque con evidente miedo de que el ya exsecretario general cante, o siga contando las verdades del barquero. En tercer lugar, Mariano Rajoy, que tampoco ha querido pasar por ser el malo de la película ni romper su fructífera amistad con Camps. Y finalmente, Dolores de Cospedal, que ella sí, se ha esforzado por cumplir sus primeros compromisos de actuación rápida y contundente. De manera que, a la postre, han dado la impresión de que Cospedal se batía e imponía contra Costa, la secretaria general universal contra el secretario general local.
SE HA IMPUESTO MADRID.- Por resistente que haya sido Costa, bien pudo apostarse por su segura derrota. Pero con ese temor de que puede seguir tirando de la manta y molestar durante un tiempo largo a sus jefes Camps y Rajoy. Se ha impuesto Madrid, y Valencia no ha tenido más remedio que rendirse, pero ese tipo de batallas, antes o después, pasan factura. ¿Son tan ambiguos y dubitativos como han parecido Rajoy y Camps? ¿Es tan resolutiva y “mujer fuerte” doña Dolores, o solamente le ha correspondido ese papelón de “Cruelia de Vil” y mantenedora del orden y la disciplina de partido? Los demás -González Pons, por ejemplo- son personajes secundarios y escasamente relevantes en esta comedia o tragedia valenciana con muchos fuegos de artificio, algunos desplantes e indudables sorpresas. Por ejemplo, la inefable exculpación de Costa sobre el precio de su reloj, regalo de un gran amigo ex alcalde de Alicante. Resulta que no costó 20 mil euros, sino “sólo” seis mil. ¿Saben bien nuestros políticos lo que son seis mil euros en un reloj, un millón de pesetas de las de antes, colgadas de la muñeca por virtud de un buen amigo? Han perdido “el oremus” y los criterios de funcionamiento de los ciudadanos corrientes, anonadados por las versiones contradictorias, por la tardanza en resolver, por la confusión sostenida...
LOS VASCOS RESISTENTES.- Al episodio valenciano hay que añadir, en las últimas horas, otra historia poco edificantes de los diputados del PP vascos, que decidieron abandonar el hemiciclo del Congreso para no votar en contra de los diputados de todo el PP en materia de “blindaje” del concierto económico vasco. También en esta materia, se impuso la “doctrina Cospedal”, contraria, ni más ni menos, a un acuerdo que su propio partido ya había votado en el Parlamento vasco y que pretendía que desdijera en Madrid. En esta historia, Antonio Basagoiti ha sido quien ha echado el pulso a la dirección nacional, y ha preferido que sus leales se ausentasen, antes de votar contra el parecer de los restantes “populares del Estado”. Pero la idea de desmadre interior es bien visible. A doña Dolores, y por supuesto, a don Mariano, les crecen los enanos...
Y Jaume Matas y familia. Por fin llega a los juzgados su consideración de imputado por enriquecimiento eventualmente ilícito y por gastos injustificados en la construcción del velódromo Palma Arena. Varios colaboradores de Matas pasaron antes por el juzgado como próximamente hará el expresidente, ahora residente en los Estados Unidos. Pero no deja de ser un nuevo traspiés en la desventurada historia reciente del PP.
JOSÉ CAVERO
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