viernes, 13 de noviembre de 2009

CAMPS SE DISCULPA POR SUS ACUSACIONES A LA OPOSICIÓN SOCIALISTA, TAMBIÉN SE EXCUSA EL PRESIDENTE DEL TSJCV DE LA RÚA, IBEROA INICIA UN TIEMPO NUEVO

CAMPS PIDE DISCULPAS.- Según confesó Francesc Camps, en el calor del debate parlamentario, en la sesión de control de su Gobierno, en Las Cortes valencianas, fue más lejos de lo deseable, al imaginarse a su adversario político, el portavoz socialista, acudiendo a su casa en una camioneta en la esperanza de verlo muerto en la cuneta. Ciertamente, la imagen de expresaba Camps puso la piel de gallina a los propios como a los contrarios, y es expresivo del nivel de combate que se viene produciendo entre los parlamentarios valencianos por causa del Caso Gurtel y de las acusaciones de financiación ilegal que el PP valenciano habría tenido durante una serie de años por parte de empresas relacionadas con esa trama mafiosa. Camps, bien es cierto, lleva siendo víctima de críticas y ataques de sus adversarios socialistas desde que empezó a conocerse su historia sobre los trajes recibidos como regalo por parte de quienes se veían favorecidos por las atenciones a “el Bigotes” y sus empresas de Gurtel.
Desde entonces, la oposición a Camps ha venido reclamándole que se disculpe, que pida perdón, y que dimita de un cargo que no está en condiciones de ocupar. Camps, una y otra vez, arremete contra sus adversarios o reclama el final del gobierno de Zapatero... Esta vez, en efecto, unas diez horas después de acusar a sus enemigos políticos de desearle la muerte, se disculpaba, pero aprovechaba para reclamar que los socialistas también pidan perdón por el acoso del que es objeto permanente...

EL PERSONAJE DE LA RUA.- En los últimos días, y en relación con el mismo personaje que preside el Gobierno y el PP valencianos, se ha visto en la necesidad de opinar sobre su presunta “amistad íntima” al juez De la Rúa, parece que dentro de la campaña de éste por resultar reelegido para el cargo de viene ejerciendo, de presidente del tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. José Luis de la Rúa, por causa de esas declaraciones de grandísima amistad, y por razón de la su opinión, expresada en una controvertida sentencia, de que Camps y sus regalos de trajes no tenía que ver con los favores que Gurtel recibió de la Generalitar valenciana, se ha visto seriamente en entredicho entre sus propios colegas y en la opinión pública. De la Rúa, asimismo, rechazó considerar en el fallo de su tribunal el informe policial que veía claras relaciones del PP valenciano con la financiación irregular por parte de sociedades también relacionadas con Gurtel. Por todo ello, De la Rúa se ha visto en la necesidad de puntualizar que esa “amistad” con Camps no era otra cosa que “amistad protocolaria”, o institucional, y en razón del cargo que ambos han venido ocupando, pero que jamás había consistido en otro tipo de relación estrecha o sospechosa, como visitarse o almorzar en la casa del otro... Las disculpas de Camps y las explicaciones de De la Rúa pudieran estar señalando un cambio de actitud sobre lo que sucede en el PP valenciano, cuya imagen se viene deteriorando de manera sustancial por causa del escándalo de los comisionistas, y por la forma que las autoridades han tenido de hacerle frente. Camps, como De la Ría, Ricardo Costa y otros colaboradores, se han visto muy seriamente salpicados por el escándalo, y sospechan en la oposición más bien temprano que tarde, la dirección nacional del PP deberá proceder al cambio drástico de sus candidatos en las elecciones siguientes, tanto municipales como autonómicas. Esa situación de deterioro no aguanta mucho más...

QUÉ SERÁ LO QUE TIENE IBERIA.- Finalmente, lo que ya parecía improbable, y casi imposible, llega a su realización, y los iberos y los sajones se terminan casando. Parece ya definitivamente pactada la ecuación de canje, 44-55, y a muchos pudiera sorprender que se esté llegando al pacto final cuando se disponen a cambiar al presidente de la empresa propietaria, Caja Madrid. Después de esperar años y años, ¿por qué no esperar unos meses más, para que Rato dé el visto bueno final a la privatización que él mismo inició, en tiempos del presidente Aznar? Los mejor informados creen saber, o se imaginan, precisamente, lo contrario: que la inminente llegada de Rato al poder de la Caja propietaria ha espoleado los ánimos de los negociadores, conscientes de que don Rodrigo se labró buena fama de ralentizar, cuando no frenar, las operaciones de fusión entre empresas.

NACE UNA AROLÍNEA POTENTÍSIMA.- En todo caso, será preciso felicitarse de que,finalmente, dos grandes aerolíneas europeas se transformen en una mucho más potente y competitiva. Aunque muchos hubiera deseado otro noviazgo distinto: el de Iberia y Lufthansa, por ejemplo. Pero ya está hecho. Los iberos aportan el comercio latino y los sajones el de la vieja Conmonwealth. Resultan, más o menos, complementarios, y en tiempos de crisis no hay por qué esperar más ni confiar en lo tiempos mejores que alguna vez regresarán. Ambas compañías tienen repetidas experiencias de tiempos felices y también épocas de escasas atenciones a los viajeros frecuentes: la exuberancia o delgadez de los presupuestos es proverbial que los termine notando el pasajero, a quien en ocasiones “duras” no se da ni un café gratis. Ni una maleta... Iberia pasa página, y añade a su historia, de algunas tragedias, y de experimentos no siempre gloriosos, y a menudo carísimos -la compra de Aerolíneas, de Austral y de Viasa, por ejemplo, por empeño del Gobierno de turno-, este paso nuevo de caminar junto con la gran competidora que ha sido BA. No hay duda de que Iberia ha tenido siempre “un no sé qué” , una oculta razón para atraer atenciones y hasta pasiones. ¿Qué será lo que tiene Iberia? Para no pocos empleados, ejecutivos, incluso políticos, durante muchísimo tiempo ha tenido pasajes gratis. O sea, el mismísimo cielo...
JOSÉ CAVERO

José Cavero fue Director de Comunicación de Iberia con Miguel Aguiló como presidente, allá por 1993-4. Tiempos de crisis, en los que la dirección y los sindicatos llegaron al insólito acuerdo de rebajarse los salarios. Por una vez y sin que sirva de precedente.

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