TOMÁS GÓMEZ SE IMPUSO A TRINIDAD JIMÉNEZ.- Lo que muchos habían predicho, se cumplía en la noche del domingo, a medida que se realizaba el escrutinio de los votos de la militancia de base del Partido Socialista de Madrid. Finalmente, Tomás Gómez aceptaba su propia victoria frente a una Trinidad Jiménez llorosa , que a su vez, felicitaba al vencedor en las primarias madrileñas. En apariencia, todo se ha producido según los manuales: dos candidatos, de los que uno de ellos se impone al otro. Todo un ejemplo de democracia interna. Otra cosa es lo que late en el fondo de esta pelea interna en el Partido Socialista de Madrid: la sublevación del funcionario gris y desconocido contra los designios del secretario general del partido, y presidente del gobierno, y además “líder carismático”, que se ha empeñado en situar en el puesto que ese funcionario ha tratado de ganarse durante tres años. Tomás Gómez conseguía el 52 por 100 de los votos emitidos, y elogiaba la calidad de su contrincante interna, en unas elecciones en las que participaba el 80 por 100 del censo, y con ello, servía en bandeja argumentos y razones a los contrarios al presidente. De hecho, son varios los análisis que este lunes hablan de “comienzo del poszapaterismo”, o lo que es lo mismo, la victoria de Tomás Gómez, y los gritos de “presidente, presidente” que la acompañó, ponía también de manifiesto un clima evidente de hostilidad a un presidente cuya imagen pública hace aguas de manera escandalosa. A la hora en la que los militantes socialistas madrileños acudían a votar, el diario El País reflejaba los datos de una encuesta, según la cual, nada menos que la diferencia entre el PP y le PSOE llega a ser ya de 14,5 puntos superior. Efectivamente, la crisis económica y la manera de afrontarla está costando una elevadísima factura al presidente Zapatero, también entre los suyos. Particularmente, en vísperas de que se conociera el dato del paro registrado en el mes de septiembre, que nos sitúa nuevamente en un número de parados superior a los cuatro millones.
Había notable expectación, seguidamente, sobre lo que diría Tomás Gómez apenas confirmado en su posición victoriosa. Muchos elogios a Trinidad y ni una sola mención a Zapatero. Ni a quienes acompañaron a Zapatero, José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba, en el propósito de descabalgar al propio Gómez de la candidatura. Lamentablemente, no se podrá comprobar el final de lo que pudiera ser un experimento político: ¿Tomás Gómez o Trinidad Jiménez podrán imponerse a Esperanza Aguirre? ¿Quién de los dos tendría mayores posibilidades de triunfo y de éxito frente a la veterana “lideresa” del PP? En todo caso, es evidente que el partido y sus ramificaciones de poder logró imponerse a la voluntad del “aparato” nacional del partido, suponiendo que este segundo aparato lo controle y ejerza Zapatero. Las bases se rebelaron contra la imposición del “líder supremo” e hicieron valer sus propios derechos: los de un líder modesto y de tercera, pero constante, persistente, entregado a la causa.
Por lo demás, nadie dudará que la campaña de las primarias ha ayudado de manera importante al conocimiento popular de Tomás Gómez. Ninguna otra campaña pudo haberle ayudado tanto en dar a conocer su nombre y capacidades de líder infatigable...
TOMAS GÓMEZ TIENDE PUENTES.- Inmediatamente después de haber sido elegido candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid por la militancia y bases del Partido Socialista de Madrid, Tomás Gómez ha comenzado ya a tender puentes con los derrotados del proceso de primarias que concluyó con su victoria por poco menos de cuatro puntos (600 votos) frente a trinidad Jiménez, la candidata del aparato federal y del líder del partido, el presidente el presidente del Gobierno, José Luiz Rodríguez Zapatero. En sus primeras comparecencias públicas de la mañana, Gómez ha ofrecido a Jiménez un puesto en la lista que presentará el PSOE en las elecciones autonómicas del próximo mes de mayo. Aunque ha reconocido en una entrevista en Telemadrid que "es muy pronto para hablar de estas cosas", el secretario general del PSM ha asegurado que la ministra de Sanidad sería un gran activo en su candidatura, aunque ha reconocido que la decisión es suya. "Yo le voy a ofrecer un puesto", ha declarado. Gómez ha tenido también palabras amables y conciliatorias con aquellos que se pronunciaron públicamente no sólo en contra de su candidatura, sino del propio proceso de primarias. "Los socialistas madrileños le dijimos a Zapatero que queríamos decidir", ha asegurado en la televisión pública madrileña, para rematar: "Pensar que la democracia puede debilitar al presidente es no conocerle". Tomás Gómez ha aprovechado su propia experiencia para dar ánimos a Zapatero, tras la encuesta del domingo en El País: "Tras las encuestas de ayer", ha asegurado Gómez, "tiene mi apoyo más que nunca. Las encuestas están para superarlas". También ha tenido palabras amables para dos de los pesos pesados del PSOE que se han posicionado más claramente contra él: el vicesecretario general, José Blanco, y el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Gómez ha zanjado las preguntas sobre la supuesta enemistad entre ellos: "Los que se oponían a las primarias lo hacían por un objetivo noble: ganar Madrid". El líder del PSM ha defendido igualmente al candidato de su partido a la Alcaldía de Madrid, el aún secretario de Estado Jaime Lissavetzky, y ha aprovechado para mandar un recado a sus rivales. "Pensar que Jaime y yo vamos a acabar como Gallardón y Aguirre es no conocernos a Jaime ni a mí".
Y tras la confrontación, la conciliación. Como ha señalado El Mundo, más de 7.000 votantes han apoyado a cada uno de los candidatos, 545 papeletas más recibió Tomás Gómez que la ministra de Sanidad y hoy está obligado a entenderse con quienes hasta hace 24 horas lo despreciaban, un 48,2% de los afiliados. Fuentes próximas al líder regional insisten en la vía de integración como solución de futuro. Una salida que, además, ha facilitado la propia Trinidad Jiménez, reconociendo que Gómsz es su candidato y el de todos los socialistas. Pero ¿cabe creer las buenas formas?"De cara a la galería hay buenas palabras, pero lo que nos tememos es que en las agrupaciones vaya 'cargándose' uno a uno a la gente que ha apoyado a Trini. Ya lo ha estado haciendo durante tres años, ¿por qué no lo iba a hacer ahora?", aseguran desde el otro lado. Anoche, muchos de los que se agolpaban en el 'hall' del Hotel Meliá Princesa ya tenían claro que su futuro próximo pasaba del rojo al negro en cuestión de segundos. "Estamos virtualmente muertos. A ver cómo llegamos mañana a la agrupación. ¡Qué horror!". Y ni hablar de listas electorales futuras en las que todos tienen claro que no va haber integración de ningún tipo. "Supongo que la única integradora será la de Lissavetzky". Precisamente el secretario de Deportes es de los que tiene un 'papelón' después de acompañar a Trinidad Jiménez hasta el último minuto en ese tándem ganador que ahora tendrá que habilitar para el secretario regional. Sus únicos roces serán a la hora de hacer su lista pero nadie cree que vaya a tener problemas con Tomás por eso. En cuanto al futuro de la ministra de Sanidad, pese a la difícil situación en la que le ha dejado este resultado, este lunes ha regresado al Ministerio, como ha venido haciendo todos los días en los últimos meses, por más que sus palabras levantaran ciertas suspicacias: "Voy a estar aquí trabajando como la primera y como la última desde el primer día". Muchos piensan que Zapatero tiene que compensarle de alguna forma por el revés personal que le ha obligado a pasar presentándose a estas primarias. Otros dudan de que Zapatero vaya a seguir teniendo mucha más capacidad de decisión. Pero lo que todos tienen claro es que Trinidad Jiménez no puede integrarse en ninguna lista de número 2 con Tomás Gómez. "Es imposible, no hay color", auguran algunos de sus más próximos. Al margen del futuro político de los cargos públicos, el principal problema que se respira en el día después de las primarias, es un divorcio de las bases del Partido Socialista de Madrid. No se trata de guerristas o renovadores, ni de nacionalistas o centristas, se trata de dos formas de entener la política y sobre todo, de dos formas de llevarla a cabo.
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