viernes, 8 de octubre de 2010

TAMBIÉN EL PNV PEDIRÁ QUE SE RETIRE LA CONGELACIÓN DE PENSIONES. LA SALIDA DEL TIESTO DE BARREDA

TAMBIÉN EL PNV PEDIRÁ QUE SE RETIRE LA CONGELACIÓN DE PENSIONES.- Nos ha anunciado el diario en la Red Libertad Digital que “al Gobierno se le abre un nuevo frente económico. Y no, precisamente, en la dirección que más le gusta”. Y explica que todos los grupos parlamentarios -incluido el PNV- están negociando una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado de 2011 destinada a tumbar la congelación de las pensiones. La enmienda, según esta información, se presentará en el momento en que se abra el plazo –la última semana de octubre- pero, hoy por hoy, todos los grupos están de acuerdo en echar por tierra la congelación de la pensiones contributiva que el Gobierno aprobó por real decreto ley en los momentos más duros de la crisis financiera. De esta manera salvó su tramitación. Desde entonces, y según Tomás Burgos, portavoz del PP en la comisión del Pacto de Toledo, tanto el congreso como el senado, han aprobado hasta 12 votaciones contra la congelación de las pensiones.  Y todas han sido respaldadas por el PNV, que es quien ha garantizado al Gobierno de Zapatero que el proyecto de ley de presupuestos seguirá adelante. En este punto de la pensiones, sin embargo, las cosas son muy distintas a tenor de lo que ha expresado en la comisión del pacto de Toledo, el portavoz del PNV, Emilio Lavarria, que se ha sumado a la ofensiva de todos los grupos contra la congelación. Ni que decir tiene que el PNV teme el alto coste que tendría respaldar con sus votos un asunto de tanto impacto social como es que el año que viene suban las pensiones.
Añade El Confidencial que esta ofensiva ha provocado que, hasta en tres ocasiones, el grupo socialista se haya visto obligado a vetar otras tantas iniciativas parlamentarias. Y que se trata de un asunto tan delicado que ha acabado por contaminar el desarrollo de los trabajos para la renovación del Pacto de Toledo, que este jueves se cerró sin ningún tipo de acuerdo. Tampoco había posibilidad real de que lo hubiera habido, teniendo en cuenta de que en los últimos cinco meses el Gobierno no ha movido ficha, lo que impide avanzar en la reforma de las pensiones. Por su parte, según el diputado de CIU, Carlos Campuzano, la comisión trabaja –en su opinión- con el horizonte de que las discusiones se cierren en diciembre. A partir de ahí, el Gobierno tiene la última palabra y será entonces cuando deba decidir si lo negocia con sindicatos y patronal, lo que retrasaría la puesta en marcha de la reforma. O por el contrario, lo aprueba el Parlamento tras unas consultas de carácter formal con los agentes sociales.

LA SALIDA DEL TIESTO DE BARREDA.- En medio de la llamada a ser una piña, que se ha hecho desde la dirección del PSOE tras las primarias madrileñas y el intento de situar la controversia sobre el post-zapaterismo, han llamado poderosamente la atención las opiniones de dos “prohombres” o barones del partido, Guerra y Barreda. El primero, cuando enumeró “los perdedores de las primarias”: La señorita Trini, dijo, y quienes la apoyaron, Zapatero, Rubalcaba y Blanco. El segundo, al hablar, abierta y directamente, de la conveniencia o necesidad de cambiar de rumbo en la dirección del partido, parece que en abierta referencia a la sustitución de Rodríguez Zapatero como candidato a las elecciones presidenciales de 2012. La cuestión de Guerra se ha resuelto porque las féminas del partido le hicieron saber que había sido políticamente incorrecto al hablar de “la señorita Trini”, de manera que el resto del mensaje -perdedores o no- quedó ya caduco e inactivado. En el caso de Barrera, está resultando más difícil la explicación o justificación, salvo oponiendo sus opiniones a las de Leire Pajín, que no tiene inconveniente en proclamar que el apoyo a zapatero es general y muy extendido en el partido. ¿Qué ha dicho el presidente castellano manchego? El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, ha dicho que o el Gobierno "cambia de rumbo y toma medidas contundentes", o su partido acabará en el "camino" al que se dirige, que es una "catástrofe electoral". En declaraciones a Onda Cero, Barreda ha señalado que más que el fondo de algunas decisiones, critica las formas y la ausencia de pedagogía política. "Creo que estamos fallando estrepitosamente", ha agregado. Ha pedido a su partido que no se resigne ni se conforme y que pase a la "ofensiva" porque todavía, dijo, "hay mucho margen de actuación". "Espero señales claras de querer ganar", ha proseguido Barreda, quien al ser preguntado por si una de ellas sería que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, revelara sus intenciones sobre si será el candidato del PSOE para 2012, ha afirmado que "desde luego, lo que haga o deje de hacer o diga o deje de decir es muy importante". El presidente de Castilla-La Mancha ha añadido que está seguro de que el jefe del Ejecutivo es consciente de la dimensión histórica de un proyecto que ya existía y existirá cuando deje de ser presidente. Y preguntado por si opina que Rodríguez Zapatero debe repetir como candidato, ha indicado que es partidario de la limitación de mandatos, que en Castilla-La Mancha han fijado en ocho años, ha recordado. Se ha referido además a las próximas elecciones autonómicas y, al ser preguntado por si reclamará la presencia de algún dirigente de su partido en la campaña, ha señalado que no necesita a ningún líder nacional porque quiere que las elecciones regionales sean regionales y en ellas se debata sobre Castilla-La Mancha. Cuestionado sobre si votarle a él es votar a Rodríguez Zapatero, ha respondido: "Yo me llamo José María Barreda". Ha afirmado, además, que en su partido hay mucha gente que es muy autocrítica y eso es "muy saludable", antes de afirmar que está "mucho más en sintonía con los militantes de Castilla-La Mancha que con muchos dirigentes de la calle Ferraz", aunque no ha querido desvelar a quién se refería. Preguntado acerca de si en la próxima reunión del Comité Federal del PSOE se abrirá un debate sobre los aspectos que ha comentado, ha recordado que hace unos meses, cuando dijo que sería bueno un cambio de Gobierno, tuvo un desencuentro con algunos de sus compañeros y entonces insistió en que la lealtad implica decir lo que se piensa. "Esos pelotas que le dicen sistemáticamente amén al jefe, lo único que hacen es estrellarle", ha apostillado.
¿Por qué estas declaraciones, que a muchos parecerán un desmarque y hasta una salida de tono, del sucesor de Bono en Castilla la Mancha? Cada cual va sabiendo ya que si no hace alguna declaración “extemporánea”, no termina de existir, no tiene cabida en la arena política. ¿Quién es Barreda para opinar en una emisora de radio, si lo puede hacer en la Ejecutiva Federal del partido?, se han preguntado muchos. Ahí es donde debe llevar sus dudas, vacilaciones y temores. Desde luego, después de que alguien le dé un nuevo tirón de orejas, porque ha vuelto a salirse del tiesto manchego...
LA CONTRADICCIÓN IDEOLÓGICA DE ZAPATERO.- Señala una crónica política del diario El Mundo que “más de un año le costó a Zapatero admitir la realidad de la crisis, y casi tres le ha costado admitir sus contradicciones ideológicas, aunque, eso sí, justificadas por el sentido común”. En otra crónica política, en El Periódico de Cataluña, se destaca también que Zapatero admitió este jueves que el plan de ajuste aprobado el mayo, que incluyó la congelación de las pensiones y el recorte del sueldo de los funcionarios, supone una contradicción ideológica para un político de izquierdas. Y destaca, asimismo, de esas declaraciones del presidente del gobierno, que afirmó que el excesivo déficit obliga a seguir el sentido común, y que sostiene que la respuesta internacional a la recesión está siendo progresista. En efecto, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, negó este jueves que la reducción del déficit público sea un asunto ideológico, sino de "sentido común", y ha subrayado que la respuesta a la crisis económica está siendo progresista, aunque no se podrá comprobar hasta dentro de unos años Zapatero se expresaba en estos términos durante su participación en el foro 'Ágora. América Latina 2010', organizado por la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), que se ha desarrollado este jueves y viernes en Madrid. El presidente ha defendido la reducción del déficit público, que en España ha obligado a poner en marcha unas severas medidas de ajuste, y ha negado que sea una cuestión de ideología. "Es una cuestión de sentido común", ha zanjado. Asimismo, ha recordado que sólo hay dos formas de conseguir el dinero necesario para pagar prestaciones o construir institutos: o pedir prestado o pedírselo a los ciudadanos con los impuestos. Pero lo que ha querido dejar claro el jefe del Ejecutivo es que la salida de la crisis actual, en sus grandes principios, es progresista. "Hoy no lo vemos porque es muy pronto; tardaremos años en verlo", pero la respuesta a la crisis económica y financiera está siendo progresista, ha insistido. Según su criterio, esta respuesta la lidera la Unión Europea, que es quien está siendo más activa, firme y exigente. Por ejemplo, ha citado la propuesta de algunos países del continente, entre ellos España, para establecer una tasa que grave las transacciones financieras internacionales, y ha puesto el acento en las reticencias que han mostrado los países emergentes.
A menudo se le reprochó, particularmente desde los sindicatos, pero también desde el P, que quien había dado todas las garantías de que no procedería a recortar el estado del bienestar, y las subvenciones a los menos pudientes, decidiera recortes tan sustanciales para pensionistas y funcionarios públicos.. Ahora lo admite, reconoce, explica y justifica.

EL PROYECTO DE REFORMA DE LAS PENSIONES.- Después de dos días de debate, en la semana que termina, en el seno del Pacto de Toledo, en los que han quedado apreciables las coincidencias y discrepancias entre los grupos parlamentarios, la cuestión de las pensiones se pospone una semana más. El diario 20 Minutos ha sintetizado los objetivos y propósitos que contiene esta reforma de las pensiones que ahora mismo debaten los diputados del Pacto de Toledo, y sitúa la cuestión entre las que merecen la atención prioritaria del gobierno. Entre otras cosas, porque es materia que impulsan las instituciones comunitarias o el FMI dentro de las grandes reformas que es imprescindible que haga España. Precisamente, empieza recordando el diario que las pensiones no eran en agosto una prioridad inminente para el Gobierno español, aunque sí un eje "fundamental" para el pretendido vuelco económico que tiene como objetivo paliar los efectos de la crisis. Hoy, sólo mes y medio después de aquella reunión de la Comisión delegada para Asuntos Económicos, el delicado panorama social y político derivado, entre otras cosas, de una huelga general, el fracaso del diálogo con los sindicatos y la reciente reforma laboral, ponen en la picota la propuesta que el pasado mes de enero aprobó el Consejo de Ministros.
La Comisión Permanente del Pacto de Toledo constituida en el Congreso de los Diputados debate estos días el asunto de la reforma de las pensiones para elaborar un informe de recomendaciones, una opinión con la que Zapatero quiere contar "en todo caso", y con la que busca el consenso general. El punto caliente es el retraso de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, pero no parece, según los grupos, que vaya a haber acuerdo de momento, lo que pone en duda, tal y como se pretende, que el proyecto de ley llegue a la Cámara Baja antes de que termine el año.
¿Por qué se quieren reformar las pensiones? La población española está sufriendo cambios. La esperanza de vida crece y, por tanto, el número de pensionistas sube. Por otro lado, al baby boom de los 60 y que duró unos 20 años, le siguió una bajada espectacular de nacimientos, que duró otras dos décadas: los nacidos entre 1980 y 2000 son los que pagarán, con sus cotizaciones, las pensiones de la generación anterior. Los jóvenes, además, consiguen un trabajo cada vez más tarde, aunque el número de afiliados a la Seguridad Social aumenta.
¿Cuántos pensionistas hay? De aquí a 30 años el Gobierno calcula que se pagarán casi el doble de pensiones: de 8,6 a 15,3 millones, y argumenta que es inviable. Y eso que asume que se abusa menos de las prejubilaciones, que se conceden menos pensiones de incapacidad, que las carreras de cotización son más largas y que se producen menos despidos al final de la vida laboral. De hecho, estos últimos años suelen ser, normalmente, los mejor pagados.  
Por eso, el Ejecutivo quiere, entre otras cosas, aumentar la base de cálculo de las pensiones contributivas de 15 a 20 años y retrasar la edad de jubilación, de forma progresiva desde 2013 y hasta 2025, de los 65 años actuales hasta los 67. El método será incrementar cada año la edad en dos meses: es decir, en 2013 se jubilarán aquellos que tengan 65 años y dos meses, y así sucesivamente. No obstante, según algunos medios, el Gobierno estaría pensando, a día de hoy, en echarse atrás y plantear alternativas como limitar las jubilaciones anticipadas o incentivar la permanencia en el mercado laboral, por ejemplo.
¿Qué hace falta para cobrar una pensión? El mínimo de cotización que requiere una persona –que tenga cumplidos los 65 años- para cobrar una pensión contributiva por jubilación es de 15 años. De ellos, al menos dos deben estar comprendidos en los últimos 15 inmediatamente anteriores a la fecha de dicha jubilación.  Pero si quiere cobrar el equivalente al sueldo íntegro se tiene que haber cotizado 35 años o más. Si se cotiza durante menos de 15 años, la pensión que se percibe es no contributiva. Por otro lado, para calcular la base reguladora de la pensión, se toman en cuenta las bases de cotización, mes a mes, de los 15 años anteriores a la jubilación, sin incluir las pagas extra. La cuantía será más alta en función del sueldo.
¿Qué pasa en el resto de Europa? Muchos países de Europa están llevando a cabo, como España, ajustes en el apartado de las pensiones. Por ejemplo, Francia planteó que la edad de jubilación pase de los 60 a los 62 años, lo que le ha costado numerosas protestas contra el Gobierno en la calle; Grecia ha aumentado el número de años de contribución de 35-37 a 40; el Reino Unido quiere limitar el gasto en pensiones y aumentar la edad de jubilación a los 66 años; a Rumanía, además, el FMI le ha exigido una reducción del 15% en esta partida.
¿Cuáles son los ejes de la reforma en España? Un paquete de medidas que, según el Ejecutivo, busca a medio y largo plazo la sostenibilidad del sistema con un gasto social asumible. Y todo para los próximos 30 años. Además de la edad de jubilación, están sobre la mesa el aumento a 20 años del periodo de cálculo de las pensiones contributivas, mejorar las prestaciones de incapacidad, disminuir los costes burocráticos, fomentar la igualdad y la protección de colectivos especiales y de la viudedad y la orfandad, impulsar los planes de pensiones privados, como complemento al sistema público, etc.
¿Cuáles son los principales escollos? El Gobierno decidió en mayo, de forma unilateral, que el año que viene se congelarán las pensiones por primera vez en 25 años. Quedarán fuera las no contributivas y las mínimas y, previsiblemente, la Seguridad Social se ahorrará 1.500 millones de euros. Esto no ha gustado nada a sindicatos y oposición: el PP ya ha anunciado que todos los partidos  van a presentar una enmienda conjunta a los PGE 2011 por este motivo.
Por otro lado, la transferencia de competencias a Euskadi de las políticas activas de empleo acordada en septiembre supone, para algunos, una "ruptura de la caja única" de la Seguridad Social, que es donde van a parar todas las cuotas mensuales que pagan las empresas y trabajadores. Con el dinero que allí se guarda, se paga -aplicando un principio de solidaridad entre comunidades autónomas- el subsidio de desempleo y las pensiones públicas.
Eso en cuanto a factores externos. Sobre la propuesta del Gobierno, el retraso en la edad de jubilación es el principal problema. Según IU, "el peor momento y en el peor ambiente para llegar a un acuerdo"; CC OO ya ha dicho que no aceptarán esta medida "se pongan como se pongan". El grupo popular, por su parte, lo considera "un elemento contraproducente"; de hecho, acusa al Gobierno de estar extrayendo "cantidades ingentes" de la Seguridad Social "para financiar otros objetivos", incumpliendo así uno de los principios del Pacto de Toledo.
¿Cuáles son los plazos? El Gobierno quiere que antes de fin de año el proyecto de ley se debata en el Congreso. Antes, en cualquier caso, quiere tener el informe de recomendaciones de la Comisión no permanente del Pacto de Toledo en el Congreso, que se redactará si se llega a un acuerdo mayoritario (PSOE y CiU-PNV; o con el PP); el grupo que no esté de acuerdo podrá  emitir un voto particular. El Ejecutivo hablará después con sindicatos y con la patronal y, si lo cree conveniente, recopiladas todas las opiniones, hará los cambios pertinentes en el texto.
Tanto la vicepresidenta De la Vega como el ministro de Fomento, José Blanco, han expresado esta semana la voluntad del Ejecutivo de "dialogar" con los sindicatos para alcanzar un pacto, una responsabilidad que recaerá sobre el sustituto de Corbacho en el ministerio de Trabajo.
En el debate del Congreso posterior, se discutirán las enmiendas de todos los grupos y se votarán; después, si sale adelante, el proyecto de ley pasará al Senado, que debe ratificar o no su aprobación. El papel previo de la Comisión no permanente del Pacto de Toledo, firmado en 1995 con el objetivo de supervisar la estabilidad y las reformas en el sistema de la Seguridad Social, sobre todo en las pensiones, es fundamental, ya que supone, si da su visto bueno, un aval político de consenso a las propuestas del Gobierno de turno.
¿Y la entrada en vigor? Si llega a aprobarse por las Cortes, sería inmediata, pero no afectaría a los pensionistas actuales y "sólo moderadamente" a los trabajadores más veteranos. Estamos hablando de 2011 y, en cualquier caso, según los deseos del Gobierno, de esta legislatura, que termina en 2012, año en el que se celebrarán elecciones generales.

HOMENAJE NACIONAL A VARGAS LLOSA.- Desde que, al mediodía de este jueves, se dio a conocer la decisión de la Academia Sueca, que ha otorgado el Premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa, escritor peruano-español, los medios informativos españoles no han cesado de tributarle el homenaje que este renombrado y prolífico escritor venía mereciendo. De hecho, ésa es la primera coincidencia en casi todos quienes comentan y elogian la decisión sueca: se ha hecho esperar, después de muchos años de quinielas... Ahora, este Vargas Llosa ya no es el jovenzuelo de La Ciudad y los Perros: Su cabello es blanco, aunque su fama de galán no le haya abandonado nunca. Ni tampoco la rumología sobre sus éxitos en el arte de la seducción y la conquista. Otra característica del personaje: ha conseguido el aplauso general: desde el Rey Juan Carlos, con quien se le ha visto asistiendo a corridas de toros, y que no ha tenido inconveniente en proclamar que “lo quiero mucho”, hasta Zapatero, Rajoy, Esperanza Aguirre... La derecha del PP lo ve como algo propio: Rajoy, Aznar y Aguirre han destacado que es “un liberal, defensor de los valores de los que estamos tan faltos en nuestro tiempo”... Sin duda, se recuerda que Vargas Llosa a menudo se ha alineado contra determinados dictadores de la América Latina de la que procede: Los Castro, Chávez, Evo Morales... No hay que olvidar que Vargas Llosa peleó en la campaña electoral por la presidencia de su país, y que aquella derrota es posible que le haya dejado marca. El mismo suele recordar que se vino definitivamente a España cuando su pueblo peruano optó por un inmigrante de origen japonés, nefasto personaje llamado Fujimori. Aunque, eso sí, hemos ganado todos al situarlo para siempre en la literatura, y entre sus firmas más señaladas y preferidas de los lectores. Cada nueva novela de Vargas Llosa es un acontecimiento que se espera y se disfruta. A él le sucede otro tanto, según cuenta: Escribir es para él la razón de su existencia, ni más ni menos, y un goce natural y permanente. “Es servidumbre y gozo”, proclama. Nos ha podido sorprende, a medias, la noticia que él mismo nos daba: cuando le llamaron por teléfono, desde Estocolmo, para anunciarle la concesión del Nobel, eran las cinco y media de la mañana en Manhattan, y a esa hora, releía a su antiguo amigo Julio Cortázar, a quien, por cierto, aconseja...
De manera que los diarios de este viernes son todo un homenaje nacional al escritor peruano-español: sus obras, sus opiniones, su biografía, las consideraciones a ilustres personajes de las letras españolas, ocupan decenas y decenas de páginas. Vargas Llosa “no puede caer mal” en modo alguno: Se deshace en elogios a la España que lo ha acogido como ciudadano propio, y al español que él cultiva como pocos. Ha dicho la Academia Sueca que Vargas Llosa, el jovencito periodista Zavalita, de Conversaciones en la Catedral, ha destacado por su retrato del poder y de la resistencia individual. No hay duda de que son dos características bien reconocibles en su obra, como en su propia trayectoria personal. “Mi obra habla de la resistencia del individuo ante el poder”. Tanto como su “amistad-enemistad” con su colega también Nobel García Márquez. Las posiciones políticas de cada uno los han distanciado progresivamente. Con Gabo, sin embargo, tiene muchas más coincidencias de las que posiblemente ambos quieren admitir. Los dos pueden decir lo que proclama Vargas: Que el periodismo les ha enseñado lo importante que es la perseverancia. Ambos han tenido, durante oda su vida, relaciones muy abundantes con la prensa escrita. Ambos, asimismo, han sido y son escritores comprometidos en su tiempo y sus circunstancias. Pero este día “toca” referirse al Vargas entregado a la literatura como pasión insaciable y permanente, que nos ha proporcionado tantas horas de excelente compañía. Al Vargas que cuando escribe, y según confiesa, deja en segundo plano la ideología. Y en unas cuentas ocasiones, nos ha dado también la ocasión de escuchar una voz bien timbrada, llena de matices, densa, firme... que da gusto paladear.

AGUIRRE, LLAMADA AL ORDEN POR CAUSA DE CASCOS.- Como era perfectamente previsible, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha vuelto a merecer l desaprobación de sus “jefes” de la Calle Génova por haberse alineado con Cascos y contra los militantes asturianos que no quieren que el hombre fuerte de Aznar vuelva a la política como candidato a presidente de la comunidad astur. Al parecer, una vez más, la presidenta Aguirre, no se dio por aludida cuando su jefe de filas hizo un llamamiento a no alimentar el debate sobre el candidato para las autónomicas en Asturias. Por ello, este jueves contribuyó un poco más a mantener vivo el culebrón sobre el cabeza de lista de los conservadores para el Principado. Y lo hizo redoblando su apuesta por el ex ministro Francisco Álvarez-Cascos. Para la presidenta del Ejecutivo madrileño, el ex dirigente conservador es un político que "tiene cualidades" y que "suma" al proyecto del PP. "Este verano he estado en Asturias y le puedo asegurar que la inmensa mayoría de los ciudadanos militantes del PP y ciudadanos votantes piensan que Cascos podría hacer mucho por Asturias", consideró en una entrevista concedida a la Cadena Ser. Además de no ocultar sus preferencias, la líder de los conservadores madrileños fue más allá y sugirió la que, a su entender, sería la mejor fórmula para acabar con el enfrentamiento interno del PP asturiano, fuertemente dividido entre los partidarios del ex ministro de José María Aznar y los que optan por la vía de Isabel Pérez-Espinosa, concejal ovetense que es la propuesta de la dirección de los conservadores asturianos. Alineándose con las tesis del sector que respalda a Francisco Álvarez-Cascos, la presidenta madrileña hizo hincapié en la posibilidad de que el candidato del PP para el Principado de Asturias surja en el seno de la celebración de un congreso extraordinario. "Podría haber un congreso regional en Asturias. Lo ha habido en Baleares, ha habido dos candidatos, han votado todos los militantes de Baleares y el PP ha salido reforzado. Hoy el PP de Baleares está trabajando de una manera extraordinaria", señaló en declaraciones a la citada emisora.
Sin embargo, en el partido recuerdan que, en función de los estatutos, habrá un cónclave en 2011, pero no porque lo diga Aguirre... La presidenta del PP de Madrid señaló que en la formación política a la que pertenece "no habrá primarias" porque los estatutos del PP no contemplan esa posibilidad, pero sí la opción de la celebración de este tipo de cónclaves extraordinarios. Pero el escenario planteado por Esperanza Aguirre no entra en los planes de la dirección nacional del PP, que este jueves se apresuró a descartar la posibilidad de un congreso extraordinario.
Fuentes del partido consultadas por el diario Público aseguraron que el congreso regional del PP asturiano se celebrará en función de los estatutos. Y que el artículo 26 de estos recoge que los congresos se celebran cada tres años. Teniendo en cuenta que el último cónclave en el Principado se celebró el 29 de noviembre de 2008, no está prevista la convocatoria de una cita de este tipo hasta "finales de 2011", insisten las mencionadas fuentes. Es decir, que no habrá congreso en el PP asturiano hasta después de las elecciones autonómicas. "No está previsto ningún congreso ordinario ni extraordinario porque ni toca ni Asturias lo ha pedido", aseguraron. Además, en el partido recuerdan que la situación en Baleares no es extrapolable a la del Principado. En este sentido, aclaran que el congreso celebrado en Baleares fue necesario puesto que había que escoger al sucesor de Rosa Estarás al frente del PP de las islas después de que esta renunciara a la presidencia de la formación para ocupar su escaño en el Parlamento Europeo. Las palabras de la presidenta escocieron en algunos sectores del PP asturiano que reclaman su derecho a llevar a cabo el proceso sin injerencias, máxime en un asunto que el propio Mariano Rajoy considera que "va para largo". No es la primera vez que la dirigente madrileña muestra en público sus preferencias por Francisco Álvarez-Cascos, uno de los duros del PP, aznarista como ella misma. "España en estos momentos no está para desechar a personas muy válidas", dijo hace un mes al ser preguntada.

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