LA ESTRATEGIA QUE LOS SOCIALISTAS DEBEN DECIDIR
Incluso un medio informativo, La Razón, llega a hablar de guerra civil en el PSOE, al señalar la abierta discrepancia que se viene produciendo sobre qué salida dar, a continuación, a los pésimos resultados electorales del domingo. ¿Elecciones primarias para elegir al candidato a la presidencia, o congreso extraordinario en el que se elegiría a un nuevo secretario general que emprenda una fase nueva para el partido, con un nuevo programa de actuación? La pelea se ha abierto en vísperas del comité federal anunciado para este sábado, y hemos tenido oportunidad de comprobar que hay “dos PSOES”, los partidarios de una solución o de la otra. El sábado, con bastante probabilidad, podremos comprobar si prospera una de las dos opciones, o si la controversia se mantiene, cosa que no complacería a nadie. Antes de esa reunión del sábado, este mismo viernes, el presidente Zapatero se reunirá con los secretarios regionales del partido para convencerles de la conveniencia de su estrategia -las primarias-, frente a la alternativa, del congreso extraordinario. Se supone que Zapatero insistirá en la necesidad de terminar las reformas en marcha, apurando hasta el fin al los nueve meses que restan de la actual legislatura. Sin esas reformas aún pendientes, -la negociación colectiva, la reforma financiera de las Cajas de ahorros, por ejemplo-, nuestro país seguiría expuesto al riesgo de un rescate... No tiene dudas Zapatero de que logrará convencer a los más reticentes, y que se atendrán a proceder a las primarias, a ser posible con un solo candidato Rubalcaba, antes que “meterse en el fregado” de un Congreso extraordinario, para el que no hay excesivo tiempo... Desde luego, a esa situación se ha llegado por virtud de los nada gratos resultados de las urnas del domingo, así como ante el temor y la sospecha de que la derrota de las municipales y autonómicas deja las cosas en las peores perspectivas para añadir una tercera derrota en las generales de marzo próximo, o antes, si se procediera a anticipar esos comicios, cosa que pretende el PP y a la que se resiste el PSOE.
Las distintas opciones que se producen en el PSOE han tenido la virtud de situar a cada cual en su sitio: con Zapatero los de las elecciones primarias, o con Rubalcaba, según se interpreta el origen de la iniciativa alternativa, que se ocupó de lanzar el lendakari Patxi López. Con Rubalcaba estarían integrándose todos los “viejos barones socialistas”, lo que podríamos llamados “núcleo felipista”. Y con Zapatero, estarían los más jóvenes del partido, promovidos o promocionados durante las dos últimas legislaturas por el propio dirigente socialista actual, Zapatero. Los “viejos enemigos”, tipo Leguina, o quienes ahora reclaman responsabilidades por los malos resultados electorales, se suman para terminar cuanto antes con “el período Zapatero”, y la frase de Leguina, en ese sentido, es muy expresiva: “La gente normal, dice el expresidente madrileño, quiere que Zapatero y sus viudas se vayan a casa”. Es probable que Leguina entienda por “las viudas de Zapatero” a las ministras Pajín, Chacón, Jiménez, Salgado, Rosa...
El “elemento de la discordia”, en esta controversia interna, ha sido el lendakari Lòpez, lo que ha servido para relanzar dos tipos de sospecha: primera, que actuaba “de parte de Rubalcaba”. Y segunda, que él mismo pudiera ser “candidato oculto” a la sucesión de Zapatero como candidato a la presidencia de la Nación, tras haber sido, en esta etapa reciente, un singular elemento de conciliación entre PP y PSOE en Euskadi, y tras hacer de Euskadi “una isla” en el panorama mucho más problemático de una España de cinco millones de parados: Euskadi ha salido adelante con la recuperación y niveles de paro de aproximadamente la mitad de los del Estado, en un momento en el que la legalización de Bildu ha tranquilizado muchos ánimos y favorece las inversiones en la región...
Desde luego, si prosperara la idea del congreso extraordinario, sería preciso señalar las fechas más convenientes: mientars para las primarias se habla de junio, para un eventual congreso se especula ya con “el otoño”, es decir, en octubre o noviembre. ¿Y las dos cosas, sucesivamente?
Lo que suceda en esas dos reuniones de Zapatero -con sus “barones” regionales, el viernes, y con toda la Ejecutiva federal el sábado-, determinarán el calendario, las preferencias y las ventajas e inconvenientes de cada opción... Tendremos oportunidad de comprobar la capacidad de Zapatero por convencer a sus críticos y desesperanzados compañeros...
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