miércoles, 10 de agosto de 2011

PSOE Y PP SE ENZARZAN POR CULPA DE LA BANDA

LAS DUDAS DE ETA PARA ANUNCIAR SU FINAL
Algunas recientes informaciones sugieren que el final de ETA podría haberse dejado ya en manos de los etarras presos, ni más ni menos. Y esa sería la razón de que se esté haciendo tan larga la espera del comunicado de la banda en el que se espera que anunciará el final definitivo a medio siglo de actuaciones terroristas y a casi novecientas víctimas mortales de la banda. Eso, y la situación política, en vísperas ya de unas elecciones cuyos resultados tampoco a ETA le resultarán indiferentes… Por lo demás, y entre tanto, el terrorismo entra y sale, a menudo, en la campaña electoral. En las últimas horas han intervenido tanto el PSOE como el PP, ante la perspectiva de un final próximo de la banda terrorista y ante la probable irrupción de Bildu en el Congreso de los Diputados, en las elecciones de noviembre. De un lado, Javier Arenas, vicesecretario general del PP, llegaba a acusar a Alfredo Pérez Rubalcaba de no haber querido nunca “al cien por cien la derrota de ETA”, y de haber dejado siempre “un margen para el diálogo y la negociación”. “Las políticas de paños calientes, de medias tintas y de medias verdades siempre han favorecido a los terroristas”, opina Arenas. El PP no quiere, y sí teme, que el candidato socialista rentabilice su anterior condición de ministro del Interior y, al mismo tiempo, pretende imputar políticamente a Rubalcaba el hecho de que Bildu esté en las instituciones vascas y pueda acudir a las elecciones generales. Aunque la legalización de Bildu sea decisión del Tribunal Constitucional, el PP intenta que el PSOE pague precio electoral por la incómoda presencia de los abertzales en las instituciones. Arenas ha ido más allá, al reclamar al Gobierno que actúe para impedir que Bildu pueda estar presente en las generales del 20-N. Arenas se sumaba a la tesis del sector más radical de su partido, que encabeza Jaime Mayor Oreja, y utilizaba como argumento político la supuesta intención de Rubalcaba de abrir un proceso de diálogo con ETA y descartar, por eso, su “derrota total”. Aseguró que tampoco está totalmente con el pacto antiterrorista, a pesar de que fue el redactor del texto. A Arenas le respondió el vicecoordinador del comité electoral del PSOE, Antonio Hernando, asegurando que “lo que le pasa a Arenas es que le molesta que ETA esté en las últimas gracias a la política y a la acción de Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del Ministerio del Interior”. Hernando cree que Arenas ha cometido “la primera gran vileza de esta campaña”. Y añadió que el PP “nunca ha querido que Rubalcaba y el Gobierno socialista acabasen con ETA”. “Los asesinos le han servido al PP para tener un elemento más de campaña y de oposición al Gobierno socialista”. Por su parte, el candidato socialista, Rubalcaba, ha calificado de “peticiones oportunistas” las voces que reclaman esa ilegalización, porque, según dijo, no depende de los gobiernos, sino de los tribunales. El ex ministro del Interior calificó de “disparatado” que desde el PP se tache al Constitucional de tribunal político, en referencia implícita a las recientes declaraciones de Esteban González Pons.
Por lo que se refiere a Bildu, se coincide en que pudiera estar en condiciones de lograr los mejores resultados de la historia de la izquierda abertzale en unas generales. Si se extrapolan los resultados de las municipales del País Vasco y Navarra del pasado 22 de mayo, la coalición podría lograr, con sus 313.231 votos, hasta siete diputados, los mismos que ahora mismo tiene el PNV. Recordemos que esa misma izquierda abertzale logró tres diputados en las generales de 2003. Siete escaños le permitirían tener grupo parlamentario propio, y poder registrar gran número de iniciativas, tener tiempos amplios en los debates y posibilidades para interpelar al presidente del Gobierno en las sesiones de control de los miércoles. Es decir, observa El País, que si se cumplen los pronósticos de las encuestas, sería frecuente el debate en pleno entre el que fuera portavoz de Bildu y Mariano Rajoy, si es que éste gana las elecciones… Es ésta una escena la quiere evitar el PP, y para ello debería instar la ilegalización previa de la coalición. Algo que, según el Gobierno, es muy complicado jurídicamente, porque el Constitucional, última instancia de los procesos de ilegalización, ya entendió que Bildu debe ser legal.
En cuanto a Rubalcaba, mantuvo la presión sobre Bildu al asegurar que “ha habido un retroceso” en la formación, por haber pasado de “un discurso relativamente enérgico contra ETA a ser más complaciente con la banda”. Dos años después del último atentado de ETA en España, dijo Rubalcaba que “estamos recorriendo los últimos metros hacia el final de la banda terrorista, y no hay que meter la pata”. Añadió que “la actividad de ETA se ha parado, pero sigue viva. Y, mientras siga viva, las cosas hay que tomarlas con cautela”. A la presión sobre Bildu se ha sumado también el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, al acusar a la coalición de explotar el victimismo y, por eso, -argumenta Urkullu-, “seguro que más de uno y más de dos dirigentes de ese mundo desean que el PP gane las próximas elecciones generales y gobierne en España”
No hay duda de que la banda, incluso desde su actual inactividad, es materia inevitable en cualquier campaña, incluida ésta, que puede resultar tan ventajosa para Bildu…

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