POCOS INDIFERENTES ANTE LA VISITA DEL PAPA A ESPAÑA
De entrada, y a muy pocos días de que se produzca la visita del Papa a España, bien puede decirse que ya son pocos los ciudadanos indiferentes ante este evento, ante el que se muestran abiertamente beligerantes las grandes cadenas de radio, prensa y TV. De entrada, suscitan controversia los gastos que supondrá organizar los tres actos centrales de esta visita papal, se supone que pagada por los peregrinos, los voluntarios y empresas patrocinadoras, y cuyo coste total se estima en 12,5 millones de euros: Son la misa de la plaza de Cibeles, el Vía Crucis en Recoletos y la misa de clausura en Cuatro Vientos. Distintos medios han pormenorizado otros gastos: Los 4,8 millones de coste de las mochilas para los peregrinos, del presupuesto global de 50,5 millones. Los 7,3 millones de las instalaciones de carpas, confesionarios y adecuación de espacios. Los 1,3 millones en seguridad y acreditaciones, y 2,6 en promoción. Un programa cultural y guía del peregrino que suponen 4,1 millones. El gasto en oficinas y materiales, que supera los 5,5…Pero probablemente, el mayor desafío, y lo que algunos no dudan en calificar de provocación, lo plantean las autoridades de Madrid con su reorganización del tráfico, y por los cortes que han decidido en las principales arterias de la ciudad…
Al margen queda otra serie de actividades en torno a personalidades de la iglesia católica española que confía en ser la gran beneficiaria de “la movida”. Posiblemente no es casual que el viaje del Papa coincida con el 75 cumpleaños del cardenal Rouco Varela, una edad que en las instituciones eclesiásticas suele significar jubilación de toda responsabilidad. Rouco, que ha merecido la portada de ABC, acompañado de la baronesa Thyssen, organiza directamente la comida que el Papa Benedicto XVI tomará el día 20 de agosto en la residencia del cardenal y arzobispo de Madrid, y que según se ha sabido, estará compuesta por platos muy tradicionales, muchos típicos españoles, "nada demasiado especial", pese a coincidir con el mencionado cumpleaños de Rouco. Los creadores del menú son los alumnos y profesores de la Escuela de Hostelería del Centro Educativo Fuenllana, que servirán la comida. Será la única comida que el pontífice tomará fuera de la Nunciatura Apostólica durante su estancia en Madrid con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Además del Sumo Pontífice y del cardenal Rouco, a la comida asistirán unas 60 personas, entre cardenales, obispos y el séquito papal. Se ha aclarado que, en el menú, en el que no puede haber ni huesos ni espinas, se incluirán como entrantes aceitunas españolas, tostas de foie, una tabla de ibéricos, una tabla de quesos (todo ello acompañado con panes Brezel, pan negro, pan de nueces y pan de chapata) y unas cucharitas de corazón de alcachofa con una salsa holandesa. En cuanto a los platos principales, se servirán un salmorejo con huevo de codorniz cocido y jamón ibérico, y un solomillo con salsa al vino tinto. "Desde el Vaticano nos dijeron que no pusiéramos ajo en el salmorejo ni setas en el solomillo, porque al Papa no le sientan bien", ha contado la profesora del centro y una de las creadoras del menú, Lola Ferrer, que ha afirmado que para elaborar las comidas se pusieron de acuerdo con los cocineros de Benedicto XVI, con Rouco y con la persona que elaborará el resto de los alimentos que el Papa tomará en su estancia en Madrid. En el postre los comensales podrán degustar un helado de limón con gelatina de gin tonic y salsa de bayas de enebro, y productos típicos españoles, como rosquillas madrileñas, pestiños o tejas, así como chocolatinas con el logotipo de la JMJ acompañadas de cerezas bañadas en chocolate. La cocinera explicó que, además, darán a la comida "un toque alemán", en alusión a la procedencia del Papa, ya que elaborarán "unas gominolas de cerveza". En cuando a la bebida, los hosteleros han optado por vinos "españoles y muy representativos", uno para los entrantes, otro para los platos principales y otro para los postres, aunque "el Papa no bebe vino, y sólo tomará zumo de naranja".
Organizar la visita del Papa y del millón de personas que la jerarquía católica espera reunir en Madrid a un millón de personas. Según el director financiero de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), Fernando Giménez Barriocanal, con los 31,5 millones de las inscripciones de los 456.380 peregrinos y 30.000 voluntarios, los 16,5 millones de los patrocinios de grandes empresas españolas (que obtienen deducciones porque el Gobierno ha declarado el evento de "excepcional interés público") y los 2,5 millones de las donaciones individuales podrán gastar 50 millones, que es lo que han presupuestado. Giménez, que también gestiona los dineros de la Conferencia Episcopal y es consejero delegado de la Cope, repite que el encuentro de Benedicto XVI con los jóvenes católicos "no costará ni un euro al contribuyente". y que las Administraciones no les han otorgado subvenciones directas, aunque eso no significa que no exista gasto público. Por ejemplo, los inscritos disponen de un abono especial para el transporte público, (bus, metro y cercanías) que cuesta un 80% menos que el abono para turistas, lo que supone una merma de los ingresos a las arcas públicas de 20 millones de euros. Un agosto típico sólo se venden 700 abonos. La JMJ ha comprado 600.000 (y podrá devolver los que no use). En cuando al Metro, requerirá al menos un centenar de trabajadores extra diarios, según estimaciones sindicales, que cobrarán un plus de 100 euros al día por cabeza. Total: 60.000 euros más. Luego, otros gastos difíciles de cifrar como el agua, la luz y el mantenimiento de los 693 establecimientos públicos, (colegios, institutos, polideportivos), en los que pernoctarán los peregrinos (que pagan de 30 a 210 euros) y los voluntarios (que abonan de 30 a 90 euros). Suman 337.000 plazas. "Vamos a usar recursos públicos, como los usa todo el mundo, pero no vamos a consumir fondos públicos", recalca Barriocanal. Pero, sobre todo, se teme el impacto sobre el tráfico de Madrid: el centro, incluidas la Gran Vía o el paseo de Recoletos, se cerrará al tráfico durante los seis días de la visita. El presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, ha criticado "la mezcla de Iglesia y Estado" que supone la visita de Benedicto XVI a Madrid. Gracias a que el Gobierno declaró la JMJ (y otros 14 eventos este año) de interés público, las empresas donantes se pueden deducir el 15% del coste con el límite del 90% de lo aportado. Es decir, el Estado dejará de percibir "13-16 millones de euros", una fracción menor de los 263 millones de la merma recaudatoria que suponen los 15 eventos (como el Mundobasket o el 300º aniversario de la Biblioteca Nacional). El banco de Santander, por ejemplo, ha diseñado, y donado a la JMJ, el sistema informático con el que el casi medio millón de asistentes han tenido que usar para inscribirse por Internet.
Giménez Barriocanal sostiene que "los impuestos directos e indirectos" generados por esta visita del Papa aportarán "30-40 millones de euros" a las arcas públicas. El Ministerio de Economía no ha hecho ninguna estimación al respecto, según un portavoz. El responsable económico de la JMJ da otro dato que, asegura, "sirve para hacerse una primera idea" del impacto económico. "El año pasado España recibió 53 millones de turistas que dejaron 53.000 millones de euros. Y este año, el 1% de los turistas que viene a España lo hace por la JMJ". Es más, añade, "lejos de ser un coste para la sociedad, supondrá un beneficio". Los organizadores aseguran que la recepción a Benedicto XVI supondrá unos ingresos de más de 100 millones de euros. Defienden además que la visita, retransmitida por televisiones de todo el mundo (4.700 periodistas se han acreditado), supondrá "una importante proyección para la marca Madrid y la marca España". De todos modos, la JMJ ha contratado a la consultora PriceWaterhouseCoopers para auditar las cuentas del evento y medirá el impacto económico. Giménez espera tenerla para septiembre porque si tardara demasiado "perdería la gracia"
En todo caso, la resistencia y oposición al viaje son también notables. Ni siquiera faltan quienes opinan que “bien pudieran celebrarse estas jornadas papales en Somalia, para exponer “la Iglesia de los pobres” ante los más necesitados…
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