lunes, 18 de junio de 2012


¿Espera la UE que España pida ser intervenida?

 

Parece que en ese punto estamos: a la espera de que el Gobierno español arroje la toalla y España pida “ser rescatada” con dinero comunitario y del FMI. Pero el Gobierno español insiste en que puede salir del bache de la deuda por sus propias fuerzas, sin recurrir a nadie…. Lo ha explicado un análisis de El País: que la mezcla letal de una recesión que promete alargarse con la enorme factura que ha dejado el agujero de la banca, empuja a España, cada vez más cerca de Grecia, Irlanda o Portugal. Según esta información, es difícil encontrar estos días en Bruselas un alto funcionario o un responsable político que no dé por hecho que España acabará pidiendo ayuda externa para no caer en la insolvencia. “Basta con hacer números. ¿De dónde van a llegar las decenas de miles de millones que necesita el sistema financiero español para recapitalizarse? Las actuales condiciones del mercado hacen que sea prácticamente imposible obtenerlos allí”, señalan fuentes comunitarias. Y reproduce la historia que este sábado dio a conocer el semanario Der Spiegel, según la cual, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, presionó a su homólogo Luis de Guindos para que España recurra al fondo de rescate europeo. Según la revista, el Gobierno alemán, que estima las necesidades de capital de la banca española entre 50.000 y 90.000 millones, se decidió por esta opción a principios de semana. Schäuble se lo planteó al ministro español el miércoles en Berlín, siempre según la versión de la revista. Sin embargo, fuentes del Gobierno español afirman que la conversación entre ambos ministros en Berlin giró en torno a la unión bancaria europea. Fuentes del Gobierno alemán señalaron en las últimas horas que “sólo España podrá decidir si pide un rescate. Nadie más”. Y ante ello, ¿cómo actúa el Gobierno español? Las palabras de Rajoy, este domingo, en Barcelona, merecen la atención general: “España no está al borde de ningún precipicio”, es la frase que destaca, en boca de Rajoy, el gran titular de la portada de La Vanguardia. O en la de El Periódico de Cataluña: Rajoy:  España saldrá de la tormenta con esfuerzos propios y el apoyo de los socios comunitarios. El presidente del Gobierno defiende una autoridad fiscal europea y descarta que el país esté "al borde de ningún precipicio. Una frase que se repite en otras cuantas portadas: Rajoy matiza el mensaje del miedo: No estamos en el precipicio. El presidente intenta ahuyentar el temor  a una intervención, cuenta El País. El Mundo va más lejos y dice que Rajoy propone que la política económica la imponga la UE y defiende ceder soberanía a cambio de una autoridad fiscal europea que permita el control centralizado de las finanzas y gestione la deuda. Rajoy pide calma, dice ABC: “España no está al borde de ningún precipicio”. En La Razón: Rajoy afirma que saldremos de la tormenta y `pide una autoridad fiscal europea para apuntalar el euro. O en La Gaceta: Rajoy pide calma: No estamos al borde del precipicio… No estamos al borde del precipicio, pero da la impresión de que en Bruselas, en Berlín y hasta en Washington nos consideran desahuciados, y entienden que la acumulación de tanta deuda no es posible  que pueda ser afrontada y resuelta, en solitario, por España. Por si faltaba algo, la recapitalización de Bankia parece el último fardo añadido a una carga ya descomunal e insoportable. Por otra parte, Bruselas es consciente del potencial destructivo que podría tener un rescate español. Por ello preferiría que la recapitalización se hiciera a través de los inversores privados o de la deuda pública. Pero estas opciones parecen poco factibles, por lo que las instituciones europeas señalan que existe el dinero y los mecanismos necesarios para evitar una quiebra de la banca española. Para sortear la catástrofe sólo queda confiar en Mario Draghi, que no parece precisamente favorable a las posiciones españolas. Tal vez cambie de opinión si Rajoy decide designar a González Páramo presidente del Banco de España, en sustitución de Fernández Ordóñez.  Aún resuena la severísima crítica de Draghi a Rajoy, cuando dijo que  el trabajo del presidente del Banco Central Europeo no es “llenar el vacío que deja la inacción de los Gobiernos”. 

De todo lo cual, se deduce que las cosas parecen habérseles idote las mano a Rajoy y a De Guindos. Quedaría por ver si el país se verá sometido a una intervención con todas las consecuencias, al estilo de las tres que ya han protagonizado Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si el préstamo va a las entidades financieras, España retendría algún margen de maniobra. Nadie sabe a cuánto ascenderá la factura que los contribuyentes acabarán pagando por los excesos de las cajas durante los “años locos del ladrillo”, pero se estima entre 50 y 100 mil  millones… Habrá que esperar a finales de mes, cuando las consultoras Roland Berger y Oliver Wyman, publiquen su análisis del sector.  Pero a esas cuentas hay que añadir que el Estado y las comunidades autónomas tienen este año otras necesidades de financiación (vencimientos de deuda, déficit público e inyección de capital en Bankia) de por lo menos 250.000 millones. Con la prima de riesgo en torno a 540 puntos es imposible emitir este volumen de deuda. De ahí que no parece que haya más opción que buscar ayuda exterior, según señala muchos expertos.  Y en ese contexto se entendería la reciente frase del ministro de Economía, Luis de Guindos, cuando dijo que el futuro del euro se jugará en España e Italia en las próximas semanas.
De ahí que la cuestión concreta y de ahora mismo sea si la banca puede recibir directamente fondos, o si éstos deben “apuntarse” en el debe del Gobierno de la Nación. Habría que cambiar las reglas para que el fondo de rescate europeo pueda dirigir toda su potencia directamente en los bancos, sin pasar por el Estado. Pero, como recordó el comisario Olli Rehn, las normas actuales lo impiden… Y sólo un acuerdo de los líderes europeos que se verán en Bruselas el próximo 28 y 29 de junio, permitiría aflojar un poco la soga que aprieta cada vez más a España. “Parece difícil modificar tan rápido las normas, pero esta crisis ya nos ha acostumbrando a que en el último momento se tomen decisiones que muchos creían imposibles”, comentan fuentes de la Comisión que se citan en El País.

Y mientras tanto, y mientras “hace tiempo”, Rajoy se mantiene firme en que España no precisará ningún tipo de rescate. “No se acerca el Apocalipsis. No vamos a naufragar”, dijo. ¿Y qué opina Angela Merkel, sobre el particular? La canciller ha dejado claro que rechaza un rescate que no vaya directamente a un Gobierno. Y ésa sigue siendo “opinión trascendente”, incluso para su buen amigo Mariano…
Pero todavía hay más caras en este poliedro: La caída de España podría ser solo una pieza más en el dominó de la eurozona. Los mercados apuntarían en seguida a Italia; y más tarde a Francia y Bélgica. De ahí que Bruselas exija a España que ponga cuanto antes las cartas sobre la mesa.
Por más que Rajoy no parezca inquieto, lo está, y mucho…
JOSÉ CAVERO

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