domingo, 15 de julio de 2012

MIEDO A LOS ABUCHEOS EN EL PP


Rajoy da ánimos a los suyos, en medio del acoso

Las decisiones de las reformas-rebajas de Rajoy son duras, nadie lo discute. Algunos, incluso, las entienden y aplauden. Tampoco se discute demasiado la muy repetida argumentación de la herencia recibida que, hasta el momento, se ha empleado para justificarlo todo. Rajoy alegaba el pasado miércoles que de no haber sido por el dato de déficit de 2011, casi el nueve por ciento frente al seis comprometido, no hubieran sido necesarias estas medidas de ahora. ¿Es eso cierto? ¿Y qué porcentaje tienen, en la responsabilidad del déficit de 2011, las Comunidades del PP? ¿No es menos cierto que las exigencias de la Unión Europea se producen, sobre todo, por culpa del agujero negro de Bankia, el banco del PP? En esos dos casos, desmadre autonómico y agujero bancario, más que herencia del PSOE es herencia del propio PP, como parece que prefieren olvidar en el Gobierno y en Génova. En todo caso, nadie duda de que estamos en días complicados. Dice un diario de este domingo que hay entre los populares quien compara la presión que ahora mismo sufre el PP, con la que padeció en los agitados tiempos de la Guerra de Irak. Esa situación de acoso probablemente ha movido a Mariano Rajoy a exhortar a los suyos, en Granada, a "salir de con la cabeza bien alta" y a darles ánimos: "No tenéis nada de lo que avergonzaros y desde el Gobierno no tenemos nada de qué avergonzarnos. No estamos defendiendo los intereses de nadie, sino que trabajamos en beneficio de los españoles, de los que aplauden, de los que se callan y de los que protestan". Tampoco conviene pasar por alto que Rajoy adelantó la clausura del congreso del partido en Andalucía y habló un día antes de lo previsto para esquivar las protestas organizadas para este sábado por los sindicatos de funcionarios y multitud de indignados a las puertas del lugar. El PP sabe mucho de abucheos: la delegada Cristina Cifuentes, la diputada Andrea Fabra, la ministra Fátima Báñez, el periodista Somoano…, han podido comprobar, estos días, gestos y actitudes hostiles. Es evidente la disparidad de opiniones. Como ha señalado Victoria Prego en El Mundo, “la indignación de los españoles ahora mismo es infinita,  general y según va anunciando el Gobierno medidas que castigan a uno u otro sector de la vida nacional, va en aumento porque ya se ha instalado la convicción de que en esta crisis hay dos clases de españoles: Unos, los paganos, los ciudadanos de clases medias, los que declaran a Hacienda, los que pidieron una hipoteca para comprar su piso, los que no pueden pagarse una asistencia médica privada y necesitan de los servicios de la sanidad publica, los que están sufriendo en sus carnes los recortes sin que puedan rechistar. Y otros, muchos menos, los que cabalgan a lomos de los anteriores, que se libran de la presión de la crisis porque la sola idea de que puedan escapar junto con sus fortunas o sus empresas hacia países más seguros supone tal amenaza para el Fisco español que quedan exentos de presiones gubernamentales". Hay, indudablemente, cólera muy generalizada hacia las entidades financieras; los responsables de las instituciones de supervisión y control; los políticos de todos los niveles y de todos los partidos, y quienes viven en la tela de araña tejida por esos mismos políticos. En definitiva, se dirige hacia la clase dirigente en términos generales y sin distinción. Y la estimulan pifias y muestras de 'insensibilidad social' como la que protagonizó la diputada Fabra cuando Rajoy anunciaba recortes a los sufridos parados españoles. Tampoco hay un solo mensaje de esperanza por parte del Gobierno. Una pregunta muy extendida ahora mismo en España es: ¿Quién va a pagar aquí por lo que ha hecho?. Y en esto no hay distinción entre votantes de izquierdas o de derechas porque todos ellos se sienten víctimas. La única distinción está entre quienes cotizan y aguantan los hachazos y quienes se están librando de ellos.
Claro que aún se podría estar algo peor. El presidente del Bundesbank reclama que España, en su totalidad, sea rescatada por la UE. No sólo sus bancos ni su deuda. Que venga otro Monti y desaloje a Rajoy para, si cabe, ir más deprisa y con menos contemplaciones con los perezosos y dilapidadores españoles…

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