martes, 22 de abril de 2014

El gabinete incombustible de Rajoy Protesta la muy variada Oposición por el hecho de que Rajoy esté resultando tan lento, tan lento y tan premioso, a la hora de sustituir a Cañete en Agricultura y Medio Ambiente. Como si no quisiera hacerlo. Y a lo mejor es que no quiere hacerlo. Ni a él ni a Ana Mato, José Ignacio Wert, Alberto Ruiz Gallardón, Fátima Báñez, a todos los cuales, y pese a las notas “rastreras” que les damos los ciudadanos de a pie, Rajoy salva y elogia por su adecuada gestión. Cañete ha dejado en ridículo al Parlamento por no haber declarado la relación de su empresa petrolera con la Administración Pública. Como si no fuera ya un disparate que el ministro de Medio Ambiente sea propietario de una empresa petrolífera que surte de combustible a los barcos en el puerto de Ceuta… Pero es evidente que Rajoy siente simpatía por su Cañete del alma, a quien otorga mando en Estrasburgo para vencer a la roja Valenciano. Dice Jesús Posada, presidente del Congreso, que los 18 días que se tiran sin plenos los diputados no son vacaciones de Semana Santa. Ni los chavales escolares tienen tantas amabilidades y días de asueto como sus señorías. Pero esta es una vieja queja. Podrìan cerrar, por lo menos, una de las dos cámaras, y tardaríamos años en advertirlo. Por cierto, que en los planes para recomponer el Estado de las autonomías, algún “territorio” apunta la posibilidad de una tercera cámara territorial propia. Comiéramos pocos, parirá la abuela y dará a luz sextillizos. Por lo menos. La jueza Alaya tampoco cesa. Sus imputados por el casi de los ERE andaluces ascienden ya a166, y sigue adelante. Aun le queda tela que cortar, y presuntos corruptos que añadir a su causa quasi general. Alaya no quiere ser menos que Garzón, que Ruz o que Marlaska. Aventajará a todos sus colegas en el número de encausados, en el número de folios de su sumario y en el tiempo dedicado a cada asunto. Pero nadie se atreve a decirle “hasta aquí hemos llegado, señora vestal”. Ponga usted fecha y firma, como dicen los examinadores a los alumnos más rezagados. Y veremos lo que queda después de tanto ruido. Por cierto, que Elpidio Silva ha continuado reclamando atenciones, aunque el juez le permite pocas bromas. Ni prescindir de un abogado de apellidos tan ilustres como Conde Pumpido, hijo, naturalmente, del ilustre fiscal. Recuenta un diario que el patrimonio financiero de los españoles marca récord, y en otro leo que la riqueza de las familias vuelve a los niveles de 2006. ¿Será cierto que salimos de la crisis, de la recesión, de ese bache interminable que ha durado ya seis u ocho años? Eso es lo que nos vienen diciendo las estadísticas y los ministros. Los economistas no lo ven tan claro. Hay datos favorables, pero la inmensa mayoría de los ciudadanos, ni siquiera huelen aún esa primavera que le anuncia, ni el final de ese túnel que Rajoy, Montoro, Guindos y algún privilegiado vidente otro empiezan a adivinar en lontananza. O al alcance de una pedrada… Bárcenas ataca de nuevo, y resulta mortal de necesidad. Sostiene que un administrador no tiene poderes para hacer donaciones de dinero en negro si previamente no le da el visto bueno correspondiente el secretario general. O sea, Rajoy. También Cascos estaba perfectamente informados de lo que se repartía en Génova entre los más altos prebostes del partido. Y por si fuera poco, asegura Bárcenas que destruyó muchos “recibís” de quienes percibían esos taliones con dinero de la clase B. ¿Y los trajes de Rajoy? Pues, como los de Camps, a beneficio de inventario… JOSÉ CAVERO

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