sábado, 7 de junio de 2014

La protección jurídica del Rey Es curioso y sorprendente que, a estas horas del partido, cuando se juega el relevo del Rey Juan Carlos por el futuro Rey Felipe VI se haya presentado como un dato de primera importancia el aforamiento del ex rey. Incluso se ha discutido, según parece, sobre el tiempo que transcurra desde la abdicación hasta que disponga que fuero y aforamiento nuevo, como si en ese tiempo, que puede ser e varios meses, alguien pudiera aprovechar para llevar a los tribunales y querellarse contra el Rey por algunas de sus actuaciones antiones, del tiempo en que ejerció, inviolablemente, el reinado. El País nos asegura este sábado que el Rey se quedará sin protección jurídica durante unos meses, y Santamaría alega que el Rey no pierde la inviolabilidad sobre los 39años de reinado. Es posible que algunos juristas entiendan lo contrario: que se va a crear un espacio en el que el Rey pasa a ser un ciudadano como cualquier otro, y por tanto, atacable y censurable por actuaciones del pasado. Que es un temor o una sospecha que no deja de ser un reconocimiento de que algunas acciones del Rey en algún momento de su trayectoria de casi cuatro décadas –los negocios de o con Javier de la Rosa, con el famoso manco, con la cortesana Corina, acaso con algún jeque árabe- pudieran ser revisados a la luz de un hombre con largo y ajetreado pasado, que ya pasa a ser violable jurídicamente, siquiera por algún tiempo… ¿Lo han meditado bien Santamaría y otros “hombres de Estado” que tienen que dejar atado y bien atado los viejos tiempos y los nuevos, por igual? Posiblemente en los mismos temores y sospechas políticas cabe inscribir la torpe valoración que ha hecho el portavoz de Artur Mas, Francesc Homs, para quien la abdicación “sólo busca mantener el negocio familiar”. Cabe recordar queel negociando número uno de la familia real, Iñaki Urdangarín, está a punto de recibir una de las sanciones penales más severas que se conozcan por sus negocios nada santos, realizados a la sombra del Monarca, y aseguran que alegando que él no hacía otra cosa que imitar las actuaciones del Monarca… Desde luego, somos muchos quienes entendemos que el comienzo del nuevo reinado de don Felipe debe constituir un borrón y cuenta nueva sobre hábitos anteriores. Es posible que ya se hayan establecido algunos de esos hábitos nuevos y mucho más recomendables, pero deben hacerse públicos y notorios. Don Felipe y doña Letizia no pueden ser, en absoluto, puros apéndices y prolongadores automáticos de la vieja situación. En sus presencias-ausencias, en sus intervenciones públicas, en su forma de entender la actividad regia deben darnos un modo diferente de ser y de estar. Por ejemplo, se lee en un diario de este sábado que el futuro nuevo Rey Felipe VI rechaza misa y pompa. Es decir, que no habrá Tarancón o Rouco que le dé las pertinentes o impertinentes bendiciones y augurios para el nuevo Reinado, y que empezaremos a ejercer, finalmente, un tiempo constitucional laico, en el que no caminen juntos, inevitablemente, Monarquía e Iglesia Católica. Hace tiempo que debió haberse cortado aquella herencia franquista, de cuando los curas bendecían las inauguraciones de pantanos y colegios. Todo permite suponer que se está buscando en el seno del PSOE que el próximo Congreso extraordinario dé a luz el nacimiento de una nueva estrella, con forma de secretaria general, que se llamaría Susana Díaz. Llega de Andalucía, llega victoriosa, sin tacha original, y se aspira a que empezará a ser la gran jefa del socialismo para los nuevos tiempos, después de un pasado discutido y discutible que protagonizaron Zapatero y Rubalcaba. Susana Díaz,y no Eduardo Madina, o Carme Chacón o cualquier otro, será quien aglutine fuerzas y agrupe líderes locales para empezar una etapa nueva. Estos tiempos nuevos van de hábitos nuevos, personajes nuevos, actuaciones también nuevas… JOSÉ CAVERO

No hay comentarios: