miércoles, 4 de junio de 2014

Las opciones del sumo poder Parece evidente que se ha buscado y elaborado un calendario que permita que el trámite sucesorio de don Juan Carlos a a Felipe VI sea rápido y breve. Parte de la consideración de que son mayoría los españoles que quieren mantener el régimen monárquico, por lo cual no se precisa hacer cambios constitucionales que conduzcan a la III República. Ayer, tanto Rajoy como Sáenz de Santamaría se ocuparon de explicar que claro que cabe la posibilidad de cambiar de Monarquía a República, pero que ello conlleva y exige la aprobación previa de una reforma constitucional, y que no parece que vaya a haber, en las cámaras legislaturas, apoyos suficientes. Ni mucho menos, ganas de hacerlo, aunque en la calle esté muy vivo el grito republicano y foros como el 15-M y muchos otros colectivos vienen abogando por ese cambio trascendente en la cúpula del Estado. Incluso en los mandos del PSOE hay voces favorables a ese cambio de régimen, a las que tanto Rubalcaba, como Felipe González y como Zapatero, han recordado que, en efecto, ene. PSOE hay una clara herencia republicana, pero qe, en el comienzo de la transición, el PSOE llegó a un consenso para apoyar la Monarquía de don Juan Carlos, y ahora, se proyecta seguir ofreciendo ese mismo apoyo a Felipe VI. De modo que tampoco por ese lado cabe la posibilidad de modificación de “la situación presente”, y lo que se busca es un procedimiento rápido, que ya tienen fechas probables: el once y el dieciocho del presente mes de junio quedará resuelta y decidida la cuestión, pese a las muchas voces republicanas que es posible escuchar en estos tiempos. La Sexta proponía un juego, anoche, a unos cuantos de sus jóvenes “televisionarios”: ¿Usted es republicanote verdad? ¿Y qué prefiere, a Felipe VI o a José María Aznar, éste segundo como presidente de la República que anhela? Hay que admitir que el nombre de Aznar no parece el más apetecible, pero era válido para el juego. Muchos de los encuestados optaban por el joven Felipe VI antes que decidirse con el marido de la señora Botella… Y es que, en efecto, no tenemos ni idea de quién podría ser el personaje alternativo al joven monarca –ya no tan joven, y sí muy preparado- , y tampoco parece haber tiempo suficiente como para plantear esa cuestión de promocionar a un “sabio de la tribu” que pudiera reunir en su persona las responsabilidades de la dirección de la nación. De manera que parece mucho más adecuado y conveniente empezar a “educar” “ciudadanamente” a don Felipe, por ejemplo, recordándole sus deberes de transparencia, de austeridad en la gobernación, de control de actuaciones… En suma, de hábitos que su padre no llegó a practicar a lo largo de casi cuatro décadas de ejercicio del poder. ¿Cómo será posible hacer eso? ¿Quién pondrá ese cascabel al gato? Tampoco se ha hablado mucho, en las últimas jornadas, de la Princesa y casi Reina doña Leticia, de quien muchos esperaron que empezara a modificar esos hábitos inadecuados de la Casa Real. La Reina se deshizo ayer en elogios sobre la valía de doña Leticia, a quien, por cierto, de manera sistemática socavó un profesional del periodismo, Jaime de Peñafiel. Cabe suponer que, en adelante, moderará sus opiniones y serán más razonables y meditadas. No parece que doña Leticia haya sido causa para una crítica tan acerba y desconsiderada. Como juego, pudo haber estado divertido, pero ya está a punto de ser la Reina de España… JOSÉ CAVERO

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