miércoles, 5 de noviembre de 2014

Las severas tensiones de ahora mismo Quedan muy pocos días para el 9 de noviembre, pero está claro que serán tensos hasta el final, el propio día 9 y los días sucesivos. La tensión viene servida porque ninguno de los dos gallitos, y sus correspondientes acólitos, cede un ápice,. Ni se muestra favorable a sentarse, dialogar y acaso pactar. Artur Mas tiene a quien lo apriete y empuje, y no le deja recular, y Rajoy está dispuesto a imponerse con la fuerza del Tribunal Constitucional. La discusión de fondo hace tiempo que se olvidó, así como las eventuales terceras vías. No hay más enfrentamiento que los discursos de Mas, de una parte, y los de Rajoy y sus fieles, más el TC, de la otra. ¿Adónde llegaremos? Pues, como decía un viejo dicho, “a dar con la cabeza en un pesebre”. Porque es evidente que nadie busca soluciones, sino imponer su santa, sagrada e intocable voluntad. Y todo esto se produce mientras el Estado se preocupa por algunas otras materias, como la pestilencia que dejan tras de sí los muchos casos de corrupción conocidos y divulgados en los últimos tiempos, también necesitados de quien, con autoridad suficiente, los censure y sancione. Y con la amenaza de que caminamos hacia unas urnas que podrían cambiar muchísimas cosas. Pero tampoco tiene por qué ser un caos: Los norteamericanos acaban de determinar que las dos Cámaras legislativas ya están en poder de la oposición a Obama, y será Obama y los suyos quienes deberán reaccionar ante el desastre electoral de este primer lunes de noviembre. En los últimos meses, la popularidad del presidente negro había tenido muy serios tropiezos, que finalmente, se han computado en las urnas. Así suele suceder: las quiebras son anteriores, y se pagan en votos. Por más que algunos intenten hacer creer que las batallas no van con ellos, o que las superarán como hicieron con las anteriores. Rajoy, cuentan, se propone esta vez salir al paso a los rumores sobre su debilidad interior haciéndose una fotografía con todos sus barones regionales, en Cáceres. ¿Y eso resolverá los numerosos y gravísimos casos de corrupción detectados en su propio partido, e inadecuadamente afrontados? Es evidente que cada cual resiste y aguanta lo posible, llámense Rajoy, Esperanza Aguirre o Ignacio González, o los dirigentes socialistas Sánchez y Gómez –líder nacional y líder madrileño, respectivamente. Cada cual aguanta lo que puede, como vemos con el presidente de la Diputación leonesa, llegado al cargo por el asesinato de su antecesora. Ahora, parece que “obtiene el favor” de resistir en su cargo –y en prisión, al mismo tiempo- hasta navidades. Es un caso singular de aguante, resistencia y cabezonería. Pero es evidente que este individuo ya no tiene mucho futuro, o ninguno. En otros casos, la resistencia fue anterior: Granados mintió todo lo que supo para dar garantías públicas de su honorabilidad cuando ya parece que tenía perfectamente en marcha su red de comisionistas, e incluso estaban llenándose sus cuentas en paraísos fiscales, o viajando por el mundo para su operación blanqueo. En todo este caos, hay una buena noticia: Teresa Romero abandona el hospital Carlos III, después de haber pasado en él un calvario que a nadie es deseable. Teresa aparece enflaquecida, pero muy feliz, aunque tenga que cargar con algunos “muertos” que el ébola le ha dejado de regalo: Las sandeces deshonestas de un consejero de Sanidad que estamos viendo que resiste contra viento y marea, o la ejecución de su perro Excálibur. Pero casi todo habrá sido bueno, porque la enferma ha tenido final feliz, y a su profesionalidad ha podido unir la fortuna y resistencia física que no tuvieron los misioneros a quienes cuidó en su lecho de muerte. JOSÉ CAVERO

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