martes, 4 de noviembre de 2014

Líderes bajo sospecha de incompetencia Prácticamente no hay líder político que no esté, ahora mismo, en entredicho. Es el fruto de las más recientes encuestas, que registran la subida espectacular en intención de voto de Podemos, la formación de Pablo Iglesias. Que, por cierto, ya tiene rama sindical, con el nombre de Somos. Pues bien, los dirigentes del PP, PSOE, Convergencia, IU, PyD…, Mariano Rajoy, Sánchez, Mas y los restantes, están todos bajo sospecha de que pudiera tener un relevo “adecuado” e incluso conveniente, para hacer frente a la nueva y complicada coyuntura En unos casos, por la demostración de su insuficiente o inadecuada actuación, en otros, por actuaciones al margen de la ley. Ahora se sabe, por ejemplo, la debilidad que Artur Mas y su Govern viene teniendo hacia su cuñado, a quien ha favorecido hasta extremos inadmisibles en decisiones de su gobierno catalán. Esa es, probablemente, una de las debilidades de los nacionalismos: que pretenden convertirse en Estados para seguir haciendo uso abusivo de sus poderes. Cabe recordar que Jordi Pujol, ahora investigado por sus corrupciones fiscales, fue el primero en impulsar ese ejercicio de nación con propósitos de ser Estado. Artur Mas, o los líderes de Ezquerra, siguen dando la tabarra con la idea de que “España nos roba”, el Estado se queda la mayor parte de los tributos que aportan los catalanes. Si todos se pudieran emplear en la constricción y desarrollo de Cataluña, mucho mejor irían las cosas para los catalanes… Y así sucesivamente. Es un mensaje que se viene transmitiendo desde hace décadas, y que termina calando en la conciencia “nacional” catalana. Pero son bastante evidentes los abusos de las administraciones “periféricas”, como es público y notorio. Cataluña es el ejemplo más visible. En otros casos, a los líderes se les exige un comportamiento de mucha mayor contundencia a la hora de vigilar el comportamiento de sus militantes y cargos intermedios. Es el caso de Rajoy, a quien una buena parte de sus propios militantes ven insuficientemente exigente, excesivamente “blando” con aquellos de los suyos que han cometido algún desliz más o menos grave. Lo fue con Camps, con Zaplana, con Acebes, se ha demostrado que también lo fue con Rato, de Matas se acaba de saber que ha sido favorecido con un indulto que la dirección de la prisión no recomendaba, y por supuesto, es de aurora boreal su comportamiento con Sepúlveda y Ana Mato, y en mayor medida, si cabe, con Luis Bárcenas… Y la alcaldesa de Alicante, y el presidente de Orense, Baltar, o el presidente de Castellón, Fabra, el presidente de León, ahora encarcelado… ¿Dónde ha estado el líder exigente, estricto, que evita que sus militantes caigan en comportamientos que distan mucho de ser ejemplares. Pues bien, en la mayor parte de esos casos, a Rajoy, como a Esperanza Aguirre, les ha fallado estruendosamente esa condición de prestar atención a “la dirección in vigilando”, a la hora de vigilar lo que hacen sus colaboradores… Este martes estaban anunciados dos eventos: la divulgación de la encuesta del CIS, y la divulgación de los datos del paro. Los dos datos caminan en la misma dirección: Sigue creciendo el número de parados, y sigue imparable el ascenso de Podemos. Dos nuevos datos demoledores para la actual “casta gobernante”, que ya parece bastante convencida de que poco tiene que hacer para frenar el sunami que se les viene encima, entre otras razones, porque se lo han merecido, se lo han ganado a pulso, y no hay quién lo frene. JOSÉ CAVERO

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