sábado, 8 de noviembre de 2014

La Infanta, carne de banquillo Finalmente, tras un interminable debate, tanto entre juristas como entre la ciudadanía, sobre si la Infanta doña Cristina tenía o no que declarar como acusada en el Caso Noos, la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca decidió ayer que será el juez Castro, el instructor del caso, quien finalmente adoptará la decisión, una vez escuchadas las acusaciones que presenten las partes. Es decir, y como titula hoy el diario El País, que ha seguido con particular minuciosidad el caso, con la firma de Andreu Manresa, que el juez ha obtenido vía libre para sentar en el banquillo a la Infanta, aunque ésta queda exonerada de la presunción de delito de blanqueo de capitales, si bien man tiene la acusación de fraude fiscal. Nueve delitos le son imputados a su esposo, Iñaki Urdangarín, que podría ser condenado a una pena de hasta veinte años de prisión. La propia doña Cristina podría llegar a ser condenada a diez años de prisión… Aunque es preciso recordar que “todo es negociable”, y que ahora precisamente comienza el tiempo de las negociaciones entre reos y tribunales, para rebajar la condena a cambio de algo: la entrega y devolución del dinero recabado por los acusados de entes públicos, por ejemplo… Más de una vez se ha especulado ya con la posibilidad de que, devolviendo lo recabado por esas malas prácticas de Urdangarín y sus socios en el delito, sus penas quedarían sensiblemente reducidas y anuladas… Pero faltan meses, con toda probabilidad, para que eso llegue a producirse… Otro caso escandaloso, en las últimas horas, ha sido el protagonizado por el presidente de la Junta de Extremadura, Monago, de quien ahora se ha sabido que realizó hasta 32 viajes a Canarias en sus tiempos de senador. Monago compareció ayer ante los periodistas para exculparte de cualquier responsabilidad. Y en su favor, fueron muy escasos los argumentos empleados: No llegó a mencionar siquiera el número de viajes, y mucho menos, una sola de las razones de tales viajes, que no se excluye que pudieron realizarse por interés personal e incluso íntimo, como el propio Monago apreció. Lo cierto es que, como han indicado los expertos, los viajes de Monago ponen sobre la mesa la opacidad del Parlamento, cuyos miembros, senadores diputados, por igual, pueden efectuar toda suerte de viajes por cualquier punto de España gratis et amore, sin que quede el menor rastro de sus andanzas. Monago, es probable que haya superado lo que él afirma que ha sido “una trampa” de sus enemigos, o una prueba que él mismo se planteó. Pero quedará en la memoria de todo su proceder y sus antecedentes. Sobre todo cuando exige con la mayor contundencia que se proceda a extirpar la corrupción en su partido como en otros… Monago ha perdido la inocencia porque no aportó la menor prueba ni razones aparentes a sus aficiones a volar hacia las Islas con tanta profusión. No habría que excluir que aparezca algún testimonio más que abunde en la acusación. Y por otro lado, el episodio de Monago pone a la luz la facilidad con las que cualquier parlamentario puede abusar de su condición de tal empleando viajes para su personal disfrute, sin el menor control. Tampoco parece una práctica razonable, en los tiempos de ajuste del gasto de dinero público… Y este domingo, nueve de noviembre, tenemos a la vista otra sonora y visible prueba de la voluntad de muchos catalanes por determinar su independencia. Se llega al nueve de noviembre de la “consulta”, consultilla, o encuesta de opinión, después de un tenso pulso entre los gobiernos de Madrid-España y Barcelona-Cataluña. Es probable que nada siga igual cuando se supere esta fecha, pero es también seguro que quedará a la vista la necesidad de que ambas partes se sienten, de una vez, buscando fórmulas, procedimientos, “terceras vías” que permitan el entendimiento entre las dos partes y la continuación de relaciones que, en todo caso, son perfectamente mejorables… JOSÉ CAVERO

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