martes, 11 de noviembre de 2014

Siguen apareciendo nuevos pillajes La cuestión ahora, tras el referendum-consulta popular que no fue ni una cosa ni la otra, en Cataluña, el famoso nueve ene, se centra ahora en buscar responsables, y a ser posible, sancionarles por su frivolidad. Porque una cosa es cierta: muchos miles de catalanes acudieron a unas urnas, descontroladamente, por voluntad propia, sin responder a ninguna invitación formal, pero sí a constantes invitaciones de los medios públicos que mantiene y paga la Generalitat de Cataluña. De ellos emanaron las invitaciones al voto, y sobre todos ellos, la voz de Artur Mas, que se erigió en responsable último de una convocatoria ilegítima, prohibida por el Gobierno y por el tribunal Constitucional, pero llevada adelante por la voluntad de los independentistas catalanes. Total, para llevar a la conclusión de que tal vez acudieron por encima de dos millones de votantes, que otros cuatro millones prefirieron quedarse en su casa, y sin muchas más precisiones de lo que votaron o dejaron de votar, con el galimatías del sí-sí, no-no, sí-no, no-sí… Es evidente que hay una parte de la población española que desearía constituir estado propio y declararse independiente de España. Para eso no hacía falta tanta convocatoria, tanto argumentario independentista, tanta alharaca, en todo caso, tan costoso para el tesoro público…, posiblemente para el Tesoro Público español, que es el que, a la postre, recibe y paga todas las facturas catalanistas. No quedamos mucho peor que antes, porque todo fue un sainete sin sentido: ¿Cuántos acudieron a votar, quién lo comprobó, qué votaron o dejaron de votar? Todo fue una representación absurda y sin sentido, a la mayor gloria de un individuo llamado Artur Mas, que hace tiempo que debiera estar en alguna de las cárceles tan solicitadas en los últimos tiempos por toda suerte de indeseables de los que se apropian de los bienes ajenos. Hablando de mafias que se apropian de bienes ajenos, no ha terminado de explicarse una, y ya ha surgido la siguiente. La nueva, tiene origen en la Sevilla la de la juez Alaya, y afecta a funcionarios de unos cuantos municipios, y h alcanzado a un montón de ciudadanos de los que burlaron los “listillos” de esta ocasión. Veremos en qué quedan los nuevos descubrimientos, y qué nuevas estrellas alberga el firmamento, ya muy poblado, de los delincuentes españoles, en su mayor parte ya con cargos y puestos oficiales, pero todos deseosos de complementar sus sueldos oficiales con algo más al margen de la ley… Porque esa es la coincidencia en todos los grandes timos de nuestro tiempo: consiste en redondear sueldos, a menudo ya muy abundantes y copiosos, de personajes al margen de toda duda en su presunta integridad…, y que sin embargo, sorprenden por su actuación abiertamente delictiva, y que termina costando dinero a las ya de por sí escasas rentas de los ciudadanos de a pie, atónitos y perplejos por la profusión de pillos y sinvergüenzas del momento. Da la impresión de que sólo se abstienen de robar los que no tienen oportunidad de hacerlo…, y los demás, se han sumado a ese nuevo oficio de sumarse a alguna trama generadora de pillajes. Y a todo esto, apenas una sigla política, la de Podemos, parece haber reaccionado adecuadamente. Ni el PP ni el PSOE demuestran voluntad suficiente para hacer frente a esa nueva lacra, de tantos nombres propios y de personajes, a menudo, tan importantes y destacables en otros cargos de actividad pública. Cabe temer que, en el algún momento, la plebe, el populacho, la masa de ciudadanos, que no terminan de ver desfilar a delincuentes “aprovechados” se harte de esa condición de “paganos de cualquier abuso ajeno”, y empiecen a colgar y ajusticiar, por su cuenta y riesgo, a quien se les ponga a tiro… JOSÉ CAVERO

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