viernes, 12 de diciembre de 2014

Las historias pasadas, de Rajoy El presidente Rajoy ha merecido ya las atenciones de un politólogo para explicar su singular e intransferible “método”, ya qué responden sus modo de intervenir en la vida pública. Una primera observación: Rajoy sólo trabaja para los suyos, para sus votantes, y en ellos piensa en cada actuación y decisión. Eso hace que algunas cosas que dice o hace resulten estrafalarias, alejadas de la preocupación general. Por ejemplo, cuando ahora mismo, ha dicho que la crisis económica quedó atrás, que es ya historia pasada. Lo dirá para él y los suyos, sus compañeros de equipo ministerial, sus compañeros de la profesión de registradores de la propiedad…, pero no `para el común de los españoles, que siguen viviendo en sus carnes y en el día a día las apreturas a las que la crisis les ha conducido, y de la que están lejos de haber salido. Rajoy también hace tiempo que dejó a sus espaldas otra serie de asuntos incómodos, como las corrupciones de sus propios correligionarios, Bárcenas, Camps, Matas… De vértigo escuchar, a estas alturas, los juicios de valor que Rajoy les dedicó en su momento, cuando elogiaba su gobierno, cuando prometía que estaría con él siempre, cuando les ofrecía su apoyo eterno, como un enamorado que pronto se desdeciría. Muchos de esos amigos para siempre están penando sus pecados en cárceles, o debieran estar haciéndolo, pero a Rajoy no parece que eso le importe. Son historias pasadas, y confía en que no se le volverán a cruzar en el camino. Y punto, y a otra cosa. Es la ventaja que tiene n personaje como Rajoy, un posibilista nato, siempre abiertos a cualquier coyuntura, y que se atiene a “lo que toque” en cualquier momento o circunstancia. Hay que estar con el presidente valenciano, o balear, o apoyar al gerente-administrador general, pues se hace, aunque a los pocos minutos haya que callar su nombre para siempre. El tacha y borra funciona a las mil maravillas, en el Modelo Mariano… Pues bien, a Mariano Rajoy no le gustan los opositores. Probablemente por oficio, sabe que los opositores, incluso en la misma dedicación –registro de la propiedad-son los primeros enemigos que hay que odiar y de los que es imprescindible hablar mal. Ahora, sus odiosos compañeros son los dirigentes de cualquier otro partido distinto al propio. Sánchez le parece un impresentable caballero, al que sería preciso destruir de inmediato, Y comienza la tarea por lo que tiene más a mano: la desautorización y la mala reputación. Ya no hay nada bueno en Sánchez, como no puede haberlo en los dirigentes de UPyD o de Podemos, o de la Izquierda Plural, o los catalanistas Mas y Junqueras. Todos son deleznables compañeros de viaje de los que es preciso alejarse, olvidarle, desentenderse por completo. No pueden tener una idea buena o aprovechable… Lo del niño Nicolás, otro elemento nacido y criado en las ubres del PP-Faes, empieza a ser un escándalo diario. Ahora se nos asegura que ha llegado a falsificar cartas con membretes oficiales. Probablemente ya no basta con proclamar que uno no tiene nada que ver con el chaval, con el fenómeno de la naturaleza –algo desviado, ciertamente- , un día empezó a aparecer en todas las fotografías oficiales. El secretario de Estado de Comercio, a quien se atribuye en buena medida la paternidad del monstruo que ahora tenemos, y que a muchos amenaza, no se atreve d decir palabra, probablemente porque se ve en manos del Nicolasete. Y otro tanto parece que sucede en instancias municipales, de la vicepresidencia, de la Casa Real. Todos prefieren callar, a la espera de que los jueces hablen, condenen y sepulten de una vez por todas al odioso individuo que ha venido a amargarles la navidad… Lo dicho: a este muchacho le habrían venido muy bien un par de bofetadas a tiempo de sus padres… JOSÉ CAVERO

No hay comentarios: