domingo, 7 de diciembre de 2014

PSOE, Podemos, PP Esa es la relación de las opciones preferidas del elector, según el más reciente sondeo, que proporciona hoy a sus lectores el diario El País-. Este diario, bastante crítico con la formación de Pablo Iglesias, señala que “remite” el crecimiento entusiasta que Podemos ha tenido en los últimos meses, y expone que las explicaciones dadas por sus dirigentes, y la divulgación de sus programas, ha refrenado aquel entusiasmo con el que la formación apareció en escena, cuando las elecciones al Parlamento europeo. De manera que, ahora mismo, y si las elecciones se produjeran ahora mismo, habría tres grandes fuerzas, rondando cada una de ellas los veinte puntos porcentuales, aproximadamente, y encabezadas por el PSOE de Sánchez. En tercer lugar aparece el PP, cuyo dirigente máximo, Rajoy, acaba de anunciar que él también peleará por la primera posición, y cuya secretaria general, Cospedal, ha señalado que confían en revalidar su victoria con mayoría absoluta. Claro está, ahora mismo, todos proyectan –desean- ganar, y se esforzarán en construirlo, en las dos oportunidades que se les ofrecen: las autonómicas-municipales, primero, y luego las generales, dentro de aproximadamente un año. Naturalmente, nadie suele estar satisfecho con esos retratos puntuales que se les hacen a los partidos en medio de la temporada, y cuando cada uno de ellos sostiene que aún no lo ha dado todo, y que hay que esperar nuevos datos. Sobre todo, el PP, que sigue confiado en que sus políticas de los tres años de gobierno ofrecerán cada día mejores resultados, sobre todo en materia económica, con creación de puestos de trabajo. Pero son conscientes en el PP de que, con bastante probabilidad, no podrán remontar todo lo que desearían, y que el ciudadano le pasará la cuenta por sus errores de grueso calibre: las promesas electorales incumplidas hace tres años, los recortes en materias esenciales, las ayudas desproporcionadas a la banca, particularmente a determinadas Cajas donde el desmadre fue evidente, a cambio de los recortes al bienestar social… Estos días se sigue hablando de la gestión de Caja Madrid por sus dos anteriores administradores máximos, Blesa y Rato, ambos de designación de los tres presidentes del PP en ese período: Aznar, Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy. Los tres tuvieron responsabilidades de primer nivel en su designación y mantenimiento en el cargo…, hasta que llegó el rescate, primero, y la sustitución por un profesional de la gestión económica, Goirizolzarri, al margen de las decisiones esencial y prioritariamente políticas como sus antecesores. Goirigolzarri está consiguiente que Caja Madrid vuelva a obtener beneficios, pero el lastre ha sido insoportable durante muchos años, para la economía de la nación y para la marca de la propia entidad. Un lastre que estamos pagando todos los ciudadanos, obligados a afrontar durante muchos años los gastos extemporáneos, fuera de lugar y abusivos de una gestión disparatada, efectuada y consentida por la clase política… En cuanto a Rajoy y Cospedal, es evidente que empiezan a hacer esfuerzos por resultar más simpáticos y más explicativos de lo que lo han sido en los últimos años. Cospedal dio un ejemplo de buenos modos en su comparecencia en La Sexta, donde respondió a todo lo que se le preguntó, dejando atrás un cartel de áspera y hasta soez de muchas ocasiones anteriores. Rajoy también promete que prestará más atenciones, en adelante, a los problemas catalanes y a dialogar con los dirigentes de la región. Los dos son conscientes de que deben hacer grandes esfuerzos para avanzar y situarse en posiciones más amables para el elector. En materia de reforma constitucional, Rajoy sigue dando bandazos y palos de ciego: un día dice que no, y que ni hablar, y otro que depende de las reformas que se pretendan. Quiere y no quiere… JOSÉ CAVERO

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