martes, 10 de febrero de 2015

La pasta de Monedero, las listas de Falciani Es evidente que todo gira, y lo hacemos girar, en torno al dinero. Nada interesa tanto como el dinero, el propio y el ajeno, por igual. Estamos viendo las grandes cuestiones del debate de ahora mismo: Las cuentas de Monedero, uno de los fundadores de Podemos. Las listas de adinerados que huyeron del Fisco nacional, según Falciani, para ir a refugiarse al HSBC, un banco libre de ninguna sospecha, sino todo lo contrario. Las listas de los 90 empresarios que trampearon con los cursos de formación en Andalucía: Esta vez no es la juez Alaya la protagonista de la redada… Las declaraciones de Montoro sobre la persecución del dinero negro y otros fraudes fiscales, todo un récord histórico, casualmente en tiempos electorales. Las declaraciones de Esperanza Aguirre sobre los pisos que remodeló el PP en su sede de la Calle Génova con dinero B o negro. El desconocimiento de Artur Mas sobre los dineros ocultos de su predecesor y maestro Jordi Pujol, Los dineros del padre de Mas, también en paraísos fiscales… Todas son cuestiones monetarias, generalmente mezcladas con intereses electorales, y acaso procedentes de “causas” políticas. Esa es la mezcla que más teme el ciudadano corriente: que los políticos estén encenagados, en términos generales, con el estiércol del diablo, como llamó Papini al dinero. Es evidente que el dinero hace falta “para la vida”. Y que si no hay, surgen problemas, a menudo gravísimos, como estamos comprobando en la Grecia de Tsipras. La Grecia de estos días, que agita los mercados día tras día, hasta que termine de verse alguna solución: prolongación de los plazos para pagar la deuda, adelgazamiento de algunas de tales deudas, o despido del Club Euro. No hay otras alternativas, y Tsipras y su ministro de Hacienda son los que mejor lo saben, y los que están haciendo bailar a Europa a ese ritmo de lo que sucederá hoy en los nuevos encuentros del líder de Syriza con los dirigentes de la vieja Europa, que no se resigna a que los recién llegado al poder les fuercen a cambiar las estructuras que ha ido creando el mando supremo de los poderes internos. Cómo terminará esta tragedia griega, es algo que aún se ignora, pero hacen falta muchas dotes de mando, mucha diplomacia, mucho aguante, para que no se rompa la cuerda por lo más flojo, que es el pueblo heleno, tan desasistido y perjudicado por los abusos de los griegos más privilegiados y por los recortes drásticos que determinaron los componentes de la troyka, sin mayores contemplaciones. El otro conflicto de enormes dimensiones que padece hoy Europa se llama Ucrania, y la avaricia de Putin por reproducir la vieja Unión Soviética en nuestros días, aunque se a a costa de trazar nuevas fronteras como ha dicho, Obama, a punta de pistola. Aquí también está habiendo mucho juego diplomático, mucha demostración de habilidad y de cordura ante tanto muerto sepultado en la nieve. Porque ésas también como las griegas, son las protagonistas definitivas de la tragedia Ucrania y de los propósitos nacionalistas de los rusófilos que apadrina Putin. También esta historia está reclamando un final, a ser posible menos desgraciado de lo que está siendo su desarrollo. Como en Grecia, donde aumentaron las tasas de suicidios de la gente que nada podía hacer para remediar su situación desesperada. También aquí se está reclamando un acopio de honestidad y de razón para resolverán problema que se originó en Crimea, o posiblemente antes, cuando Ucrania mostró su decidida inclinación a situarse en el mapa europeo y no en el mapa ruso, con insoportable agravio al emperador de Moscú, el Gran Putin de todas las Rusias. Al lado de las tragedias griega y ucraniana, los dineros de Monedero, el dinero negro del PP, el coste del tranvía de Parla, los “chorizos” andaluces de los cursos de formación, los deseos de doña Espe de terminar su vida pública con la banda de alcaldesa de la Villa y Corte…, todo eso son minucias irrelevantes, para entretener a ciudadanos ociosos sin otro espectáculo que llevarse a os ojos… JOSÉ CAVERO

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