jueves, 12 de febrero de 2015

Sánchez, en defensa propia Desde que, ayer por la mañana, se diera a conocer la destitución de Tomás Gómez como líder del PSOE madrileño y como candidato a la presidencia autonómica de Madrid, no han dejado de escucharse reacciones, algunas favorables y sobre todo contrarias, a la decisión del secretario general Pedro Sánchez. La primera y casi unánime reacción consiste en apreciar que Sánchez ha tardado mucho tiempo, demasiado, en `prescindir de “su” candidato madrileño. Luego, está por ver si lo ha hecho correctamente, si ha recurrido a las instancias pertinentes o si se ha saltado algunos pasos y trámites, ante lo cual, Tomás Gómez reacciona incluso con la amenaza de recurrir a los tribunales. Luego, se ha debatido extensamente acerca de las razones directas de la decisión adoptada. Se especuló, desde el primer momento, en que podría haber nuevos datos y conclusiones policiales y discales sobre el escándalo del Tranvía de Parla, o sobre presuntas implicaciones de Gómez en la Operación Pública. Parece que no hay tal cosa. Y se llega a la conclusión de que en la dirección del PSOE, sobre todo, ha forzado a decidir con la urgencia que se ha hecho, el conocimiento de las últimas encuestas electorales, coincidentes en señalar que, al paso que va la campaña electoral ya en marcha, la derrota socialista sería muy abultada en las elecciones autonómicas del 24 de mayo. Ante lo cual, Sánchez no ha tenido más remedio que reaccionar con toda energía y rapidez, para tratar de reencauzar una situación que, sobre todo, le resulta extraordinariamente amenazante para su propia supervivencia como líder del partido. En efecto, si el PSOE pierde las elecciones en Madrid y lo hace del modo en que vienen advirtiendo las encuestas –que quedaría en cuarta posición, después de Podemos, PP e incluso Ciudadanos- se estaría tambaleando muy peligrosamente el liderazgo del propio Sánchez y su propia candidatura para las elecciones generales de noviembre., No hay duda de la prioridad que ahora tiene el PSOE de garantizarse los mejores resultados posibles en las dos elecciones más próximas: en marzo en Andalucía y en mayo en las restantes autonomías, particularmente en Madrid. Para Sánchez es absolutamente prioritario vencer en las elecciones de Madrid, y si con Tomás Gómez no es posible, -es metafísicamente imposible--, será imprescindible recurrir a un candidato más adecuado. Por ejemplo, el nombre de quien se viene hablando en las últimas horas, el ex ministro Gabilondo. Al margen e esta explicación, es evidente que muchos deseaban en el PSOE , y desde hace tiempo, ver descabalgado a Tomás Gómez. Desde el propio Sánchez al preside te de la gestora Rafael Simancas, o los anteriores secretarios generales, Zapatero o Rubalcaba. Todos tuvieron, en su momento, un vivo deseo de quitarse de en medio al incómodo líder del socialismo madrileño. Pero su guardia personal, con Maru a la cabeza, lo impidió numantinamente. Faltaba escuchar el mitin de la tal Maru en defensa de Tomás… Como si le fueran a ejecutar a su mismísima madre…, según la expresión de un afiliado socialista que sigue de cerca esta historia. Ahora, bien es cierto, será preciso que el PSOE ponga toda la carne en el asador para sacar a flote a su nuevo candidato y acallar las voces discrepantes de quienes, en un primer momento, se sumaron al caído Gómez… Los resultados de las primeras encuestas, una vez producido el relevo de Gómez, son extraordinariamente alentadoras para el PSOE: Sánchez se fortalece y el PSOE sube al primer puesto en las expectativas electorales del PSOE en Madrid, mientras se registra un amplio respaldo a la destitución de Tomás Gómez y un paralelo apoyo y aplauso a la elección del probable sucesor en la candidatuela, Angel Gabilondo. Entre tanto, en la vieja Europa, noticias alentadoras sobre los dos conflictos abiertos, en Ucrania y en Grecia. Parece que, poso a poco,. La diplomacia logra suavizar los enfrentamientos más severos y buscar soluciones para resolver las situaciones más agudas… JOSÉ CAVERO

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