jueves, 12 de marzo de 2015

El PP manda callar Sin que hayamos visto reducir el nivel de informaciones sobre corrupciones, corruptos y casos de escándalo en los últimos meses, parece que la inminencia de las campañas electorales empieza a caldear el ambiente de estas materias. En Andalucía, los dos primeros candidatos, Susana Díaz y Juanma Moreno, se intercambian acusaciones a cuentas del caso Bárcenas, la financiación ilegal o el escándalos de los ERES, respectivamente. Susana Díaz ya ha adelantado que será ella quien determine, si fuera preciso, con quién formará alianzas para constituir un gobierno de coalición con otras fuerzas. Pero, de entrada, no quiere ni al PP ni a Podemos. ¿Participará Sánchez en la decisión que adopte Susana Díaz? Esa es la cuestión… En el Congreso de los Diputados, a su vez, se repiten las acusaciones entre Rajoy y Pedro Sánchez. A los restantes grupos parece que les afecta mucho menos, o buscan asuntos propios. UPyD centró buena parte del debate de las últimas horas por las acusaciones de machismo y acoso que algunos altos militares ejercen sobre las mujeres militares. La defensa que de las Fuerzas Armadas hizo el ministro Morenés dejó mucho que desear, al acusar a la diputada Irene Lozano de bajeza moral y mandarla callar. Es el recurso último al que se aferran en el PP: Mandar callar al adversario discrepante, como sucedió con Rajoy sobre Sánchez en el debate del Estado de la Nación, cuando le conminó a que se vaya y no vuelva al Congreso a decir cosas como las que había denunciado. Ahora, Morenés, puso el dedo sobre los labios, ordenando a la señora Lozano a callarse… .Los tics autoritarios no desaparecen, y la educación básica política no termina de llegar a los niveles más representativos… Luis Bárcenas también tiene algo que decir, naturalmente, en este clima electoral. Ayer, el ex tesorero del PP acusó a su antiguo partido de financiación ilegal durante las elecciones europeas de 2004. El PP fue financiado por dinero no declarado a Hacienda. Estamos a la espera de conocer la reacción que desde la Agencia Tributaria se hace a las reclamaciones de información solicitada por el juez Ruz sobre el dinero negro gastado en la reparación de la sede del PP de Madrid, después de un primer “rabazo” insoportable de rechazo a la petición judicial. Y lo que más se echa de menos es que los comportamientos inadmisibles de Morenés o de la Agencia tributaria no lleven consigo, de manera inmediata, la destitución del responsable máximo de esos desacatos y desplantes. Desde luego, no es la virtud de Rajoy la de prescindir de quien ha actuado indebida o inadecuadamente, sino todo lo contrario. Sui libro de estilo pasa por mantener a quien ha designado, y más aún si comete tropelías en el ejercicio de su cargo. Por lo menos, hasta que le es posible soportarlo. Luego, cuando ya se hace insostenible la situación, como en el caso Bárcenas, en el caso Camps, o en el Caso de Ana Mato, lo tacha de su lista de amistades y se olvida hasta de su nombre… Pero todavía Morenés o Montoro están entre sus colaboradores incondicionales e intocables. Parece, por el contrario, que Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes han amainado brevemente sus peleas interiores, sobre todo, por el esfuerzo de la segunda. Eso merma la atención que reclama la campaña por los más altos cargos de Madrid, aunque todavía está por ver el modo en que se retira de la circulación el aún hoy presidente de la Comunidad, Ignacio González. Nunca fue persona bien aceptada por Rajoy, y hace tiempo que hubiera preferido prescindir de él. Ahora, le será fácil olvidarlo, aunque no debiera sorprender que González se revuelva contra quien lo ha dejado caer cuando se ha replantado en los medios el escandaloso caso de su apartamento de lujo de Estepona y sus tratos no menos vergonzantes con comisarios de la policía sospechosos… JOSÉ CAVERO

No hay comentarios: