jueves, 14 de mayo de 2015

Parte final de la campaña Cuando ya nos encaminamos a la zona final de la campaña de las autonómicas y municipales 2015, algunas cosas están empezando a quedar claras, a salvo, claro, de las correcciones finales que harán los escrutinios. Primera novedad, y muy principal, el mapa político ha cambiado de manera drástica esta primavera-verano: se bipartidismo es ya de cuatro siglas, con toda probabilidad, aunque los porcentajes es probable que sigan dando vencedores y vencidos. El PP y el PSOE hacen esfuerzos espectaculares para no verse relegados tanto como las primeras encuestas predijeron, y de hecho, parece que hay cierta resurrección de los de Rajoy y los de Sánchez. Los primeros, incluso, invocando las viejas glorias Aznar y Esperanza Aguirfre han vuelto para reclamar las esencias del partido, den un momento de desmoronamiento causado, en buena medida, por los disparates de muchas corrupciones dadas a conocer en el día a día. No es menos cierto que los Aznar, Aguirre, Rajoy y compañeros de fatigas tienen enemigos nuevos, y acérrimos, decididos a impedir, por todos os medios, que se regrese a donde antes. De manera que lo que suceda en las elecciones de dentro de diez días marcará un antes y un después, y que el futuro de Rajoy en la Moncloa está en el alero, más que nunca. De ahí que esté peleando, en esta campaña,… como si le fuera la vida en ello. Y es que le va la vida política futura, con toda probabilidad. Peleando por cada voto y votante, y sudando la camiseta. Incluso al lado de Aguirre en una carrera en bicicleta con camisa y corbata a la orilla del río Manzanares… El PSOE de Sánchez también está teniendo una prueba épica en esta campaña, aunque no termina de brillar como alguno de sus rivales. Pero ha recuperado su impronta de viejo partido, con un liderazgo pasable, aunque no brillante ni mucho menos heroico. Por el contrario, es muy probable que estas elecciones dejen heridas, tal vez heridas de muerte, dos viejas opciones, la de la UPyD de Rosa Díez y la de IU de Llamazares, y tantos otros, en un liderazgo confuso y sucesivo… Hasta el punto de que no pocos ciudadanos siguen sin saber a ciencia cierta si su candidato es García Montero o es Garzón o es La ex jueza Carmena. El lío de la izquierda no ha terminado de aclararse para no pocos ciudadanos. Y luego, los llamados emergentes, que dan que hablar cada día un rato largo. Podemos y Ciudadanos pelean contra ellos mismos y con todos los demás, y tampoco se sabe bien a qué otros partidos tienen afinidad preferente,. O lo que es lo mismo, con qué otros partidos pudieran pactar tras las urnas del 24-M: ¿Ciudadanos con el PP, y Podemos con PSOE e IU? No es improbable que así pueda ser, pero ni mucho menos está pactado y bien pactado. Muy al contrario, las preferencias parecen variar y las simpatías y antipatías tampoco parecen definitivas, ni mucho menos. En los últimos días, hemos visto la profunda animadversión de Pablo Iglesias hacia Rajoy, Aguirre, Aznar.., y todo cuando suene a regreso del PP. También hemos comprobado la facilidad con la que Albert Rivera pisa jardines encharcados y sale con los zapatos embarrados. Es evidente que a ambos líderes están muy faltos de rodaje en estos senderos democráticos que pretenden dominar. La financiación de Podemos y de Ciudadanos es, por ejemplo, una asignatura nada conocida del público, ni siquiera sus inclinaciones políticas son las que pudieron parecer en algún momento. Están por aclarar, al igual que sus correspondientes programas y prioridades Por si fuera poco, en la campaña ha irrumpido el caso de Susana Díaz, que ya es más que una investidura que no termina de llegar. Ahora es ya un caso llamado Aznarcollar, que amenaza con sumarse a los ERES andaluces y llevarse por delante a algunos responsables del desaguisado. En la tercera votación, Susana ya llevaba el no garantizado, y con la probabilidad de que deberá superar algunas pruebas más y no menos complicadas… JOSÉ CAVERO

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