miércoles, 17 de junio de 2015

Los caídos del PP En el recuento de caídos del PP de esta temporada, hay nombres muy señeros y representativos de toda una época. Epocas, ojo, de dos décadas o más: Desde Esperanza Aguirre, a Pedro Sanz, desde Rita Barberá a Monago, Cospedal, pasando por Herrera, Rudi, Fabra, Ignacio González, … La hecatombe –a caída de cien, quiere decir esta palabra de origen griego-, ha ido devastadora. La época de los grandes mamuts y de los grandes dinosaurios, ahora tan de moda nuevamente, ha pasado a la historia. Ahora queda ver si “el gran mamut”, Mariano Rajoy, superará la prueba de noviembre, los rigores del invierno que viene. Es verdad que a su vera, a la de Rajoy, ya hay otros ilustres caídos, como Javier Arenas, que llevan años y años en el cementerio de elefantes. Vamos a ver en primer lugar, si Mariano Rajoy favorece esa extinción de los viejos barones del partido, o si colabora también en su laminación en esta crisis que se nos anuncia para estos días, y que podría ser el puntillazo para alguno más de los grandes y veteranos prohombres del PP… Naturalmente, esta depuración profunda ya ha sido padecida en otros partidos, y podría hacerse en el PSOE una relación parecida, algo menor, de los extinguidos y pasados al olvido. Hoy la suerte parece que pende de un hilo para Cospedal, para Santamaría, para Guindos, para Wert, algunos ya en fase de estampida y buscando nuevos pastos. Es la ventaja que tiene el poder, cuando se abandona a tiempo: que se pueden elegir escenarios nuevos. ¿Quién se acuerda ya de un brillantísimo ministro llamado Gallardón, que repetidamente se apuntó como eventual sucesor de Rajoy en la cabeza del partido. No hay eventuales sucesores del número uno… Aunque ahora se nos anuncia a Alfonso Alonso como la gran esperanza pepera.. En el PSOE comienza la carrera hacia el liderazgo total. Han decaído los restantes candidatos distintos a Pedro Sánchez., Ni Susana Díaz ni Carme Chacón van a correr en este tramo que no se sabe bien si conducirá lejos o cerca. Pero Pedro Sánchez tiene rivales nuevos, además del veterano Rajoy: Los emergentes Pablo Iglesias y Albert Rivera llegan con tantas ambiciones políticas como el que más, y es el aliciente indudable de estas elecciones de noviembre, que de entrada se anuncian cruciales o críticas. A saber, quién se impone y quién resulta derrotado. Desde luego, la pelea es implacable. Salta a la vista que los mayores ejemplares de viejos árboles terminan derribados por sus propias limitaciones o por el ambiente exterior… Sin olvidarnos del panorama catalán en el que también amenazan lluvias torrenciales. Ya han caído los primeros rayos, como el que se ha llevado a Trías por delante, pero al gran prueba ya se anuncia, y hay graves incertidumbres sobre la pervivencia del “macho Alfa” que viene siendo Augur Mas tras la caída estruendosa de Jordi Pujol y su abundante progenie… De momento, estamos en el día a día, en el combate calle por calle y casa por casa. Podemos, como Ciudadanos, están comprobando que nada es gratuito de obtener, y que sus posiciones deben ratificarse de manera permanente. Carmena empieza a comprobar que no todo son mieles del éxito y del cariño popular. El propio Pablo Iglesias se ve en la necesidad de salir en defensa de sus pupilos, acosados en varios frentes. Un día es Zapata y al siguiente Rita Maestre… Juegan en posiciones de máximo riesgo, y comprueban que sus viejas biografías se les echan encima sin previo aviso, fruto de minuciosas investigaciones. Posiblemente la tarea de Rivera es más discreta, pero tampoco está exenta de zancadillas y empujones. Esta vida del corredor de fondo en la política requiere mucho fondo y resistencia… JOSÉ CAVERO

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