jueves, 18 de junio de 2015

Los cambios de Rajoy La verdad es que a todos sorprendió Rajoy, tras los resultados del 24-M, cuando nos anunció cambios en el partido y en el Gobierno. Desde luego, ya es una algo sorprendente que una sola persona, por su cuenta, y e supone que con el mero asesoramiento de algún colega de partido o de gobierno, venga reuniendo esa capacidad de mantener o alterar la totalidad de los miembros de un Gobierno o a la dirección de un partido. Pero ese es el PP que tenemos, donde las instituciones pintan muy escasamente, y donde el poder de don Mariano todo lo ocupa e invade. O sea, que se hace lo que don Mariano decide… Pues bien, sobre esa supremacía absoluta, Rajoy se propone anunciar en las próximas horas los cambios que ha pensado acometer, y que a nadie tiene por qué consultar. De hecho, resulta sorprendente que Rajoy cambie a alguien en su equipo, por cuanto siempre se ha manifestado muy satisfecho y feliz con la trayectoria y el cometido que realizaba cada uno de ellos. Pero de ese mismo modo actuó en las ocasiones anteriores, cuando “se libró” de tres de sus colaboradores: Cañete, Gallardón y Mato. Ahora, y desde hace unos días, han aparecido nombre de probables ceses o probables aupados en responsabilidades, sin que parezca que nadie más que Rajoy sepa las verdaderas razones. Pero de él es la responsabilidad total de Gobierno y partido, y en razón de eso actúa de ese modo. Cospedal, Feijo, Pedro Sanz…, como anteriormente Alfonso Alonso, Cospedal, Santamaría, han sido “mencionados” y señalados reiteradamente por los rumores, a sabiendas de que nadie parece saber nada de nada, exceptuado el señor Rajoy, dueño y señor de silencios y de revelaciones. Pero, evidentemente, Rajoy trata de aprovechar los meses que van a transcurrir hasta las elecciones de noviembre –cuya fecha también sólo él conoce- para prepararse a sí mismo, a su partido y su gobierno para afrontar las elecciones más difíciles que jamás pudo haber soñado: Cuando ha comprobado en las municipales y autonómicas que ha comenzado a fallarle el poder casi absoluto del que disfrutó estos anteriores cuatro años, por delegación de los ciudadanos electores… Pues bien, de su propio aprendizaje al frente de gobierno y partido, Rajoy extraerá las conclusiones que más útiles y convenientes le parezcan. ¿Medio año para cambiar algo es tiempo suficiente? Hay quien sostiene que será difícil que rehaga o replantee las decisiones más importantes de las que ha adoptado a lo largo de la legislatura, con el coste que muchos conocemos en carne propia. El propio Rajoy insiste en afrontar en el ámbito legislativo una parte muy importante de leyes y normas que no alcanzó a resolver en los años anteriores. Es decir, aprovechará su mayoría ya probablemente perdida para dar las puntadas finales y definitivas a su propio traje definitivo. Con prisa, contra reloj. Y contra el parecer general, porque los restantes partidos quisieran una tramitación más relajada, y sin duda fruto de consensos y del convencimiento general de la utilidad de cada norma. D otro modo, podríamos vernos en la siguiente legislatura con una serie de normas que, casi sin llegar a estrenarse, ya hacen cola para ser sustituidas y reemplazadas por las que pudieran aportar “los radicales extremistas” que teme Rajoy que se apoderarán de las nuevas cámaras. En todo caso, cabe desearnos suerte, mucha suerte, porque todos, en mayor o menor medida, dependemos de la voluntad, criterios e inclinaciones de un señor de Pontevedra, que fue registrador de la propiedad y que ahora registra y tutela la ”salvación” de los ciudadanos, todos, de este país… Dice ABC que, con sus cambios preanunciados, Rajoy se propone ganar el otoño que viene. Pretende mucho más: segur mandando en todo y en todos, juzgando con severidad lo que le es ajeno –las elecciones anticipadas andaluzas, las alternativas de Podemos y en menor grado de Ciudadanos… Ganar el otoño, el invierno y si le fuera posible, las décadas venideras… JOSÉ CAVERO

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