EL PARO, FUERA DE CONTROL.- Los datos de parados y de menor afiliación a la Seguridad Social que ha dejado tras de sí el mes de enero posiblemente sean los más inconvenientes y desalentadores de cuantos hemos llegado a conocer en los tiempos de esta larga y penosa crisis. Sobre todo, porque, a lo sumo, desde el gobierno se nos dice que “ojalá en el segundo semestre empiecen a cambiar las cosas”. Es decir, que tan sólo hay deseos, buenos propósitos, pero ninguna certeza de que estos malos tiempos tienen fecha, ni siquiera probable, de caducidad y de vigencia. Ojalá en el segundo semestre de 2010 empiece a cambiar el signo de la destrucción de empleo, han dicho en las últimas horas Celestino Corbacho, Maravillas Rojo y José Manuel Campo. Buenos deseos, nada más, pero ninguna apoyatura, ninguna argumentación de que sus esperanzas vayan a verse comprobadas cuando pase este pavoroso semestre con el que ha dado comienzo 2010...
SEGUIMOS EN RECESIÓN.- Eso es lo más desolador: pensar que aún seguimos en recesión, en la mayor recesión que se ha conocido, y que nadie desde el Gobierno tiene una voz autorizada y creíble, que aliente y trate de infundir ánimos en una ciudadanía abatida, que tampoco termina de comprobar ideas consistentes ni propósitos de enmienda entre los distintos partidos para unirse frente a la adversidad que a todos golpea. Apenas quedan ya recuerdos o atisbos del Plan E, que en su momento fue un parche para frenar el crecimiento del paro. Hemos vuelto a registrar incrementos de parados de cuatro mil diarios, como antes de aquel Plan E, probablemente carísimo para los presupuestos del estado, y probablemente de utilidad a menudo dudosa. El Gobierno se ve forzado a afrontar otra clase de medidas, como el aumento de los años de trabajo, para evitar otro efecto indeseable de la crisis, que algunos analistas y observadores han venido advirtiendo desde hace años: que el sistema de la Seguridad Social y de las Pensiones obligatorias, llegue a la quiebra, por falta de cotizantes. También se ha lanzado la idea de reducir los gastos del Estado.
REDUCCIÓN DE COSTES.- El gobierno propone una reducción de 50.000 millones de euros en los próximos tres años, para poder “someter” el déficit público al tres por ciento, desde el once y medio por ciento actual, en 2013. Una rebaja de gastos que, con bastante probabilidad, afectará incluso a los llamados “ministerios gastadores”, a los ministerios que tienen proyectos para mejorar las infraestructuras, como es el caso de Fomento, que está revisando sus planes y proyectos, antes de darlos a conocer a las empresas. Pero, sobre todo, desalienta el hecho de que esta “España insostenible”, como la define hoy el diario El Mundo, no consiga el acuerdo de los dos grandes partidos para ponerse de acuerdo en alguna política que ayude a crear confianza de los empresarios y se decidan a invertir en nuevos planes y en puestos de trabajo. La falta de confianza también pone a prueba a España ante los mercados internacionales a los que acude el Estado para lograr los pertinentes créditos con los que afrontar el bache. La confianza pone “de uñas” a los sindicatos, incapaces de elaborar un contrato de trabajo atractivo y capaz de poner a trabajar a los jóvenes, pero recelosos ante la necesidad de tener que trabajar un par de años más para sacar a flote el sistema de pensiones...
Terrible y lamentable situación, cuando todos esperan que “el otro” haga algo para resolverla, pero aporta poco o nada de sí mismo...
BARREDA PROPONE.- Han coincidido el presidente manchego, José María Barreda, y la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, en reclamar al presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, que se disponga a acometer la gran tarea de reducir sus altos cargos. Barreda añade que debiera afrontar esta cuestión apenas concluya el semestre europeo de presidencia española. Soraya recuerda que el Congreso de los Diputados ya ha “aconsejado” al presidente que reduzca el número de sus departamentos ministeriales. Desde luego, es pura coincidencia, la de la portavoz popular y la del presidente socialista manchego, pero es un dato sorprendente y posiblemente molesto -la iniciativa del manchego- para el inquilino de la Moncloa. Nunca hasta la fecha, que se recuerde, un “barón” autonómico había tenido tal “osadía”.
LLAMADA AL ORDEN DE ALONSO.- El portavoz socialista del Congreso, Alonso, ha recordado a su correligionario de la Mancha que el presidente es muy capaz para saber lo que debe hacer en el uso de sus prerrogativas. O dicho de otro modo, que “nadie le ha dado vela en este entierro”, como suele decirse en tierras castellanas. Pero es posible que la actitud de Barreda responda a la desazón que se viene produciendo en las filas socialistas ante los malos datos que aún sigue proporcionando la crisis económica, en particular los efectos que tiene en materia de desempleo. Barreda aboga por un gabinete más reducido que se ocupe de combatir lo que principalmente preocupa a los ciudadanos, el paro. Entiende barreda que un gesto de esa naturaleza sería un signo inequívoco de que se quiere recuperar terreno y dar una respuesta. Desde luego, la iniciativa de Barreda ha merecido una desautorización frontal en toda regla. Alonso ha sido el portavoz del gobierno, en esta ocasión, contra su propio correligionario, y no dudó en señalar que Zapatero “se está dejando la piel” para luchar contra la crisis económica, mientras ha defendido la estructura del Gobierno, por todo lo cual, sigue mereciendo un voto de confianza...
REDUCCIÓN DE GASTOS.- La solicitud de que se reduzca el número de los ministros, y de los asesores de los ministerios, de los altos cargos, se olvidan algunos responsables de poner de relieve que bien pidiera ampliarse a los gabinetes autonómicos, que también pudieran entrar en ese deseable recorte de gastos del Estado. Pero no se aprecia que ninguna autonomía o ayuntamiento se lance a dar el ejemplo al Gobierno central...
Por lo demás, no es improbable que la mayor desafección haya empezado a producirse entre gobierno y centrales sindicales, después de muy largo acuerdo. A los sindicatos ha producido viva incomodidad la propuesta del Gobierno de que la edad de jubilación se retrase un par de años más, propuesta que deberá examinarse en el seno del Pacto de Toledo, y que, de entrada, no parece que vaya a prosperar con facilidad. Por lo menos, no en su presentación inicial. Es posible que forme parte de un paquete mucho más amplio de medidas que traten de prolongar unos cuantos años más la buena salud de la Seguridad Social y de sus cuentas.
Es probable que otros “barones” socialistas coincidan con Barreda, pero a éste ha correspondido la tarea de romper esa imagen de placidez y unanimidad en el seno del PSOE...
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