lunes, 20 de septiembre de 2010

ETA PRETENDE EL AVAL DE LOS OBSERVADORES INTERNACIONALES PARA PRESIONAR AL GOBIERNO. EL 29-S, HUELGA A LA VISTA

ETA LO QUIERE PACTAR TODO CON LA COMISIÓN INTERNACIONAL.- Quienes creen estar mejor informados, ya sospechan que habrá un tercer comunicado de ETA, para finales de año, y que el segundo, de este pasado fin de semana, marca el comienzo o la ratificación de contactos y negociaciones de la banda con los mediadores internacionales, todo en el decidido propósito de ETA de conseguir la presencia de batasuna en las elecciones municipales del año que viene. Esta misma sospecha explica que, con esa estrategia de goteo de comunicados, ETA querría “mostrar su autoridad”, en su propósito de “negociar para resolver el conflicto”. En todo caso, no se ve que la banda reserve, siquiera de momento, tarea alguna para el Gobierno: de momento se contenta con recurrir a los mediadores internacionales. Y se supone que, una vez que pacte con ellos, ya se verá... En cualquier caso, van ganando tiempo. Señala este lunes el diario El País que la creación de una comisión de verificación internacional del alto el fuego de ETA será el primer objetivo del encuentro que la banda terrorista mantendrá con una representación de mediadores internacionales. En el comunicado de ETA, conocido el sábado por la noche, dos semanas después del anuncio de alto el fuego, la banda adelantaba dicho encuentro, pero no precisaba su objetivo. Y adelanta que ETA quiere abordar con los mediadores el papel que "debe jugar" el Gobierno, mientras se reorganiza el sector favorable a la banda en la izquierda 'abertzale'. Según esta información, la comisión internacional de verificación del alto el fuego tendrá que ser asumida por ETA, pero tampoco deberá causar el rechazo del Gobierno español, según fuentes próximas a los mediadores internacionales. Para ello, los candidatos elegidos serán personalidades o instituciones de prestigio internacional. Los candidatos son representantes de centros de resolución de conflictos -noruegos, suecos, suizos...- y premios Nobel de la Paz, como los irlandeses y sudafricanos que, a petición de la izquierda abertzale, suscribieron la declaración de Bruselas, el 29 de marzo, que reclamó a ETA un alto el fuego "permanente y verificable": el arzobispo Desmond Tutu; los ex presidentes Frederik W. de Klerk, John Hume y Mary Robinson. El impulsor de esta operación es el abogado sudafricano, Brian Currin, mediador en los procesos de paz irlandés y sudafricano, que en la actualidad es asesor de la izquierda abertzale. "Figuras como ,el líder del Sinn Féin, Gerry Adams no estarán en la comisión por su carácter partidista", señalan fuentes de los mediadores internacionales. El ámbito de actuación de la comisión de verificación internacional debería afectar no solo al alto el fuego sino a la entrega de las armas de ETA, según señaló Brian Currin a EL PAÍS el pasado 11 de septiembre. Uno de los objetivos de la comisión es "lograr que el Gobierno español no ponga obstáculos a su papel verificador y pueda moverse por España sin obstáculos", añaden las mismas fuentes. ETA abordará también con los mediadores internacionales el contenido de la Declaración de Bruselas, como señalaba el comunicado de la banda del sábado. La primera parte de la declaración es la reclamación de los mediadores de un alto el fuego permanente y verificable, que ETA debe asumir unilateralmente. Pero los mediadores internacionales también abordarán con ETA la segunda parte de la declaración de Bruselas, la que señala que una decisión de este tipo -la tregua permanente y verificable- "debidamente respondida por el Gobierno" permitiría que se avance en "una paz duradera". La Declaración de Bruselas no precisaba cuál debía ser esa respuesta del Gobierno, y en los contactos entre los mediadores internacionales y la banda habrá que abordarla, según los mediadores.
El comunicado de ETA del sábado no hace mención alguna a la izquierda abertzale, cuyos líderes siguen esperando que se materialice la declaración de tregua permanente y verificable, que le reclamaron en marzo a través de los mediadores internacionales. ETA ha condicionado ese paso al encuentro con los mediadores internacionales. Las dificultades de comunicación con ETA y sus conflictos internos hacen prever que el pronunciamiento de la banda sobre la reclamación de la izquierda abertzale, tardará. Algunos la señalan para fin de año. El Gobierno contempla con enorme recelo los últimos movimientos de ETA y de los mediadores internacionales. En todo caso, La reciente detención de la cúpula de Ekin -comisarios políticos de la banda en la izquierda abertzale- ha permitido conocer una dura crítica de ETA dirigida a los líderes de la izquierda abertzale por su interpretación del comunicado de la banda del 5 de septiembre. Los portavoces de la izquierda abertzale -como Tasio Erkizia, Txelui Moreno y Mariné Pueyo- destacaron el carácter "irreversible" del alto el fuego, algo que ETA no ha dicho ni ha dejado traslucir en sus dos comunicados. A su vez, la línea dura y minoritaria de la izquierda abertzale, derrotada en el proceso asambleario de 2010 y contraria a la apuesta mayoritaria por las "vías políticas y pacíficas", se está reorganizando y acusa a la mayoría de "papanatismo y ghandismo" mientras se reactiva la kale borroka. Existe el temor en los líderes de la izquierda abertzale de que ETA trate de tutelar políticamente el nuevo proceso y de utilizar a este sector contra ellos. ¿Qué establece la llamada Declaración de Bruselas? Dice: "Nosotros, los abajo firmantes, damos la bienvenida y elogiamos los pasos propuestos y el nuevo compromiso público de la izquierda abertzale con los medios 'exclusivamente políticos y democráticos' y una 'total ausencia de violencia' para conseguir sus objetivos políticos. Plenamente realizado, este compromiso puede ser un paso fundamental para poner fin al último conflicto de Europa. Tomamos nota de la expectativa de que los próximos meses pueden dar paso a una situación donde el compromiso por los medios pacíficos, democráticos y no violentos se convierta en una realidad irreversible. Para ello, hacemos un llamamiento a ETA para que apoye este compromiso declarando un alto al fuego permanente y completamente verificable. Tal declaración, debidamente respondida por el Gobierno español, permitiría que los nuevos esfuerzos políticos y democráticos avancen, las diferencias sean resueltas y se alcance una paz duradera". Entre los 20 firmantes del texto del 29 de marzo están los nobeles de la Paz Desmond Tutu, Frederik de Klerk, John Hume y Betty Williams; la Fundación Mandela y la ex presidenta de Irlanda Mary Robinson.
Es decir, se trataría de que ETA y la Comisión Internacional resuelvan todo para que el Gobierno, o los gobierno de Madrid y París, no tengan más remedio que asentir y aceptar...

EL 29, A LA VISTA.- Queda ya poco más de una semana para que tenga lugar “el huelgón” convocado y prometido por las centrales sindicales, y no parece que existan datos suficientes para garantizar que, en efecto, será la gran huelga que unos temen y otros desean. Porque no hay duda de que la opinión pública, y la ciudadanía, están divididos sobre el particular, aunque todos ya han hecho sus propios planes para sumarse a la convocatoria o para evitar sus posibles complicaciones, según los casos. Cualquiera sabe que las centrales sindicales, a poco que puedan, tratarán de paralizar el país paralizando, por ejemplo, el transporte público. Y eso dependerá, en buena medida, de dos decisiones: la del señalamiento de unos servicios mínimos que permitan hacer su vida corriente a quienes así lo deseen, y la de las centrales de poner en funcionamiento unos contra-servicios mínimos llamados  piquetes informativos, muy a menudo convertidos en piquetes  coactivos.
En los últimos días, ha sido bien perceptible el esfuerzo de los dirigentes sindicales por “·vender” su producto, la huelga, desacreditando al Zapatero con quien tan bien se llevaron antes del fracaso de la mesa de diálogo, en el que centrales y patronal demostraron su incapacidad para llegar a un acuerdo sobre la tarea que les fue encomendada año y medio antes, una reforma laboral “útil”, y consensuada. Tras esa ruptura con el Gobierno socialista, los sindicalistas se han convertido en los acérrimos enemigos, sin importarles excesivamente la coherencia: un día acuden a la manifestación de los guardias civiles y otro a la de los mineros arturleoneses en huelga. Todo sirve, si vale para sumarse al descontento contra alguna decisión o actitud del Gobierno con el que colaboraron durante media docena de años. Como demostración del rechazo a la tarea general de los sindicatos estalló en los últimos días el asunto de los liberados sindicales, una apreciable manifestación del poder que las centrales han ido acumulando en los últimos años, y que muchos quisieran que se revisaran. Los sindicatos, como la patronal, han `pasado a constituirse en poderes fácticos “de amplio espectro”, por su propia consideración e influencia social, y por razón de los presupuestos y subvenciones crecientes que vierte sobre ellos  el Gobierno de turno. No pocos analistas se han planteado en estos días de la prehuelga sobre el nivel de autoridad moral que tienen sindicatos y líderes sindicales.  Hasta el punto de que, desde los propios sindicatos, se ha producido una reacción de claro malestar hacia medios informativos en los que se han planteado ese tipo de cuestiones. UGT y CCOO han llegado a tachar a la prensa de ser “piquetes antihuelga” que habrían intentado impedir la movilización del 29-S. Desde luego, no es nada improbable que la huelga del 29 tenga efectos en la imagen global de Méndez, Toxo y sus respectivas fuerzas sindicales. Y no es nada improbable, tampoco, que las centrales deban pagar sus propias facturas por esta movilización que muchos rechazan, porque entienden que no está suficientemente justificada o porque no hallan coherencia suficiente en quienes antes apoyaron al Gobierno y ahora lo descalifican,. A cada instante, con ocasión o sin ella.

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