miércoles, 7 de septiembre de 2011

CONFUSIÓN SOBRE PROGRAMAS PROPIOS Y AJENOS

MAYORES IMPUESTOS, COINCIDEN PP Y PSOE
Poco a poco se abre paso la idea de que los impuestos serán lo que determine, en mayor medida, la diferencia entre unos y otros programas electorales. Todo empezó con la idea del candidato Rubalcaba de imponer impuestos especiales a bancos y ricos, parra hacer frete a las necesidades de un Estado que ha dejado de recaudar como lo hacía en tiempos más “fértiles”. Empezó, también con el ejemplo de un grupo de adinerados franceses que se ofrecieron, voluntariamente, a hacer mayor su aportación a las arcas del Estado para afrontar esos menores impuestos que dificulta la crisis y la menor actividad económica. Se recordará que el propio González Pons estimuló a que los españoles con mejores rentas dieran un paso semejante, frente a la doctrina oficial del PP, de Rajoy y Cospedal, que llegaron a proclamar que subir impuestos sería demagógico. Pues bien, como está sucediendo en otros países vecinos, parece que también los españoles debemos prepararnos para mayores impuestos. De entrada, el presidente de CEOE, Juan Rosell, ha asegurado que las grandes fortunas están dispuesto e hacer "cosas excepcionales" porque las circunstancias también son "excepcionales", aunque se ha mostrado contrario a la recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio, por ser un tributo "arcaico" que "quita más de lo que da". "Estamos en esa labor", ha señalado Rosell en una rueda de prensa. Entiende el “superpatrón” que, en el actual contexto económico, se le pida más sacrificios a las rentas más altas del país y muchos otros "renglones de la sociedad", como los funcionarios y empleados públicos. Y ha indicado que la CEOE está "absolutamente dispuesta" a hablar de "lo que sea" en impuestos, pero de una forma global y analizando el sistema fiscal español, que se basa en cuatro patas: el IVA, la renta, Sociedades y los Impuestos Especiales. Sin embargo, ha insistido en su rechazo a la recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio porque, a su parecer, para gravar más a las grandes fortunas es mejor jugar con el IRPF y analizar las diferencias con otros países. Rosell también explicó que los funcionarios o contratados por el Estado tienen que aceptar "generosamente" los sacrificios que se les pide, como pasa con los profesores de la Comunidad de Madrid, porque "se les puede pedir”, y que, a su juicio, “no es momento de la queja constante, sino del sacrifico constante". Insistió: Hay que pedir sacrificios a aquellos que tiene el empleo asegurado porque el sector privado lo está pasando "muy mal" en estos momentos. "En esa dirección hemos de remar todos", añadió. Según Rosell, España no saldrá de la crisis si cada uno no pone algo de su parte, por lo que ha hecho un llamamiento a aquellos que tienen un "contrato para toda la vida" para que piensen en todos aquellos trabajadores que no lo tienen y les ofrezcan su ayuda para salir de la crisis. Por lo que se refiere al Gobierno, en este instante parece “bifronte” en sus propósitos: De una parte, el presidente Zapatero, que parece tener claro que habrá nuevas medidas de tipo fiscal para sostener el déficit y la deuda y financiarla para calmar a los mercados a cualquier precio y evitar una intervención europea en nuestras cuentas. Esas medidas llegarían en un corto plazo, ya que el calendario se le echa encima al Gobierno, con las elecciones generales en el horizonte sin tanto tiempo de margen. El ministro. Jáuregui ha desvelado que en las próximas semanas llegarían nuevas decisiones sobre impuestos, según explicó, para hacer posible "una distribución del ingreso más justa", aunque no en la reunión del Consejo de Ministros de este jueves. Y luego, está el candidato Rubalcaba, que insiste es planes de más impuestos para bancos y ricos. Rubalcaba querría ganarse a la ciudadanía con medidas de presión fiscal para las rentas más altas, como acaba de aprobar, por ejemplo, el primer ministro italiano Berlusconi. Según La Vanguardia, hay grandes presiones sobre Zapatero para volver al impuesto de patrimonio.
Por lo que se refiere al PP, apenas se ha discutido el programa electoral, a la espera de hacerlo en la convención nacional anunciada por Rajoy. Dicen los mejor informados que el programa “pepero” “lo está rematando Baudilio Tomé”, si bien diversas fuentes saber creen que será lo suficientemente ambiguo como para no generar demasiadas polémicas. Cristóbal Montoro introdujo este martes un nuevo elemento que, según explicó en un encuentro con periodistas, está en pleno debate dentro del PP, y que definió como una “gran reforma fiscal”. El desplome de la recaudación, especialmente en el impuesto de sociedades, preocupa mucho a Rajoy y al PP. Los populares ya han dejado de hablar de bajadas de impuestos, como hacían el año pasado. Ahora hablan de ayudar a los emprendedores, pero ya no en una bajada impositiva. Las personas influyentes en Rajoy del mundo de la economía saben que la situación es tan grave que apenas hay margen para bajar nada. Al menos por ahora. Montoro no aclaró en qué consistiría esa “gran reforma fiscal”, pero tanto él como Álvaro Nadal, presente en el encuentro, apuntaron que la bajada de los ingresos hace necesaria “una reforma bastante completa para tener un sistema tributario más eficiente, que pueda repartir mejor las cargas tributarias”. Incluido un replanteamiento del impuesto clave y más universal: el IRPF. El PP insiste en la idea de que “hay que repartir los costes de la salida de la crisis”, en palabras de Montoro, aunque aún no aclara cómo. Montoro y Nadal hablan, sin concretar demasiado, de “ensanchar las bases imponibles”, de reformular deducciones y demás, especialmente en sociedades. Los dos explican que España ha perdido en la crisis casi siete puntos de PIB en presión fiscal, mientras la media europea es de un punto, algo que achacan al desplome de la actividad, por lo que la clave es recuperarla. En el PP no se descarta que el Gobierno actual suba el IVA, o los impuestos especiales, para hacer frente al desplome. Si no lo hace, ellos insisten en que no tienen intenciones de hacerlo, pero nadie en el partido descarta nada. Se recuerda que, ya en 1996, el PP subió los tributos especiales. Ahora, ni siquiera se descarta del todo un impuesto para grandes fortunas, a la francesa, aunque a nadie en el PP le gusta y critican al PSOE por proponerlo, tras haber eliminado el de patrimonio. Unos y otros, y opinión pública, creen que las grandes fortunas siempre logran escapar. Pese a las críticas, en el PP descartan prácticamente bajar los impuestos que el PSOE ha subido. La Unión Europea presiona, además, para subir algunos impuestos. Pero unos y otros observan que la situación es muy complicada. La recaudación del impuesto de sociedades ha vuelto a caer, después de varios desplomes. Los últimos datos, de julio, indican que en la primera mitad de 2011 ha caído un 23% sobre un año muy malo como 2011. La recaudación está ya en niveles de 2000. Así las cosas, ¿podría Rajoy mantener su compromiso de bajar cinco puntos el impuesto sobre Sociedades? Algunos cálculos internos del PP señalan que si sigue así, Rajoy va a tener que hacer, en 2012, un recorte de entre 30.000 y 35.000 millones de euros para cumplir el objetivo del 4,4% de déficit a finales de año. Recuérdese que el recorte de 2010, tan polémico, fue de 10.000 millones. Es imposible hacer eso sin tocar gasto social y provocar, verosímilmente, un grave conflicto en la calle, si no empieza la recuperación y crece la recaudación. Por eso, otras personas influyentes que asesoran a Rajoy creen que la clave no es tocar los impuestos.
Total, que hay mucho debate interno y el líder no tiene nada decidido aún…La prioridad absoluta de Rajoy parece estar colocada en una gran reforma laboral más dura y profunda que la del PSOE, que flexibilice el mercado, con un contrato único para abaratar el despido, y acabar con el modelo dual, reformando la negociación colectiva para dar más poder a los empresarios y eliminar convenios sectoriales o provinciales, facilitando aún más contratos baratos para jóvenes.
En eso tendría mayor coincidencia, acaso, con Rosell y la CEOE…

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