Los hornos
en que se cuece el futuro rescate
Todo permite suponer que el segundo y definitivo rescate para España, -tras
el financiero, cuya primera cuota, por cierto, no acaba de llegar a los
beneficiarios, pese a haberse prometido para antes de que finalizara el mes de
julio-, se está “cociendo” en distintos hornos. Primero, directamente, por Luis
de Guindos, según las declaraciones que él mismo hacía este domingo al diario ABC.
De Guindos es el interlocutor con su colega alemán Schauble, y también con
Draghi, parece que los dos personajes clave en el rescate y la negociación de sus
“condicionalidades”, tanto como en mitigar las resistencias del núcleo duro
alemán, que sigue pensando, y declarando, que sobran los griegos, y
posiblemente también los españoles y los italianos en el “invento euro”, y que
todos ellos viven a costa de Alemania y sus debilidades. Lo que parece evidente es, como señalaba De
Guindos, que el Ejecutivo está estudiando muy bien
las condiciones antes de una posible petición de ayuda. Como Rajoy, De Guindos
mosytraba su satisfacción porque el presidente del Banco Central Europeo había
mandado dos señales muy claras. Primero, que las diferencias en el coste de
financiación entre los países del euro no son aceptables y que las elevadas
primas de riesgo en algunos países suponen un obstáculo para la transmisión
adecuada de la política monetaria. Y, segundo, que está decidido a intervenir
en el mercado de deuda mediante fórmulas que se concretarán en las próximas
semanas. Y añadía que de lo que se trata ahora es de esperar a ver cómo se
materializan esas fórmulas. Tenemos tiempo por delante y vamos a actuar con
prudencia, decía De Guindos, que aportaba algún dato más: El FMI calcula que
200 puntos básicos de la prima de riesgo reflejan las incertidumbres sobre el
euro y suponen un sobrecoste de unos 12.000 millones de euros en estos dos
próximos años. O sea, si toda la maquinaria europea se pone en marcha y se
despejan las dudas sobre el euro, nos ahorraremos esos 12.000 millones en
intereses de la deuda. Son 1,2 puntos del PIB a efectos del déficit, una parte
importante del ajuste en ingresos y gastos que hemos tenido que hacer para
cumplir con la senda comprometida con Bruselas. Además, una reducción
importante de la prima de riesgo facilitaría también la financiación del sector
privado. Pero Guindos prefiere no precipitarse: “Iremos conociendo los detalles
y entonces podremos tener un calendario preciso. Nosotros tenemos tiempo y
podemos esperar hasta que todos esos detalles se despejen. El Tesoro se está
financiando relativamente bien en los mercados, dadas las circunstancias.
Tenemos cubiertas más del 70% de las necesidades brutas de financiación para
este año, y el tipo de interés de emisión está todavía por debajo del que
teníamos a diciembre del pasado año. Otra cuestión es que una prima de riesgo a
los niveles actuales no es tolerable ni sostenible. No puede ser que una parte
del ahorro que conseguimos con los ajustes que hemos realizado, con los
esfuerzos que le pedimos a los ciudadanos, se pierdan en el pago de intereses
de la deuda. Contra ello peleamos y estoy seguro de que se están poniendo las
bases para volver a la racionalidad en los mercados”, explica el ministro. Y sobre
si tendrán que soportar nuevos sacrificios
los ciudadanos españoles con un nuevo rescate, dice De Guindos: “No
sabemos cómo se va a instrumentar todo el procedimiento. En cualquier caso, la
parte sustancial del ajuste está hecha. No hay nuevas medidas porque creemos
que con las que hemos aprobado será suficiente para cumplir con la senda de
reducción del déficit que hemos comprometido con Bruselas. La directora del
Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, dijo el otro día que
España estaba haciendo ya todo lo necesario, todas las reformas precisas. En muchos
ámbitos, desde la Comisión Europea hasta el propio BCE, se nos reconocen esos
esfuerzos. Es decir, nosotros cumplimos con nuestra parte y nadie duda de que
lo vamos a seguir haciendo. Que este compromiso haya que ponerlo o no en un
papel, no es lo importante en mi opinión. Lo esencial es que tus socios no
duden de tu comportamiento y en eso España ha dado sobradas muestras de que
merece esa confianza”. Según ha relatado El Economista, Schäuble sólo exigió a Guindos para el rescate elevar la edad de jubilación
de los españoles. Ahora prefiere no abordar la cuestión, y sintetiza la situación que observa en Schauble: “De mis encuentros con Wolfgang Schaüble, siempre saco la
conclusión de que valoran mucho los esfuerzos que está realizando la sociedad
española y su Gobierno para superar los problemas actuales. Llevamos siete
meses en el Gobierno y no hemos parado de tomar medidas, desde el saneamiento
del sector financiero hasta la reforma laboral y la consolidación fiscal. Las
comunidades autónomas, como parte del Estado español, están en este mismo barco
y son todas ellas conscientes de que no hay otro camino que la reducción del
déficit y la deuda. Al margen de las tensiones que se puedan producir en un
momento dado, saben que el Gobierno central les está ayudando. Pero también
saben que, sobre todo, tienen que ayudarse a sí mismas”. La entrevistadora
sugiere a De Guindos: “A los ciudadanos
les están exigiendo muchos sacrificios, pero todavía vemos muchos excesos en la
Administración. Sigue habiendo televisiones autonómicas, multitud de empresas y
organismos…¿No se puede adelgazar la Administración?” Y responde el ministro: “Se
puede y se debe. Pero tenga en cuenta que, de todo el gasto público, solo el
20% está gestionado por el Gobierno central. El resto corresponde a la
Seguridad Social, las comunidades y los ayuntamientos. Seguro que se pueden
producir ahorros en la estructura del Estado central. Por ejemplo, hemos
anunciado un plan de privatizaciones y medidas para optimizar el patrimonio
público inmobiliario. En la parte que corresponde a las comunidades, nosotros
acordamos unos objetivos y luego son sus gobiernos y sus parlamentos quienes
deciden cómo los consiguen. Pero sí, creo que hay que utilizar todo el margen
que tenemos para dar ejemplo a una sociedad como la española que lleva muchos
años de crisis a sus espaldas y tiene derecho a que sus gobernantes, a todos
los niveles, actúen guiados por la austeridad”. Y concluye: “Hoy estamos
sentando las bases para la recuperación futura. Hemos modernizado el mercado
laboral para que los ajustes en el mercado de trabajo no se realicen
fundamentalmente con despidos. Tenemos ya muy encauzado el saneamiento del sector
financiero con los 100.000 millones de línea de crédito que nos han
proporcionado los socios europeos, en condiciones muy ventajosas. Y hemos
tomado medidas para garantizar que cumplimos la senda de reducción del déficit
público pactada. Son objetivos que son buenos en sí mismos, para una economía
como la española que tiene un gran potencial de crecimiento. Nuestro sector
exterior, tanto las exportaciones como el turismo, se está comportando con gran
dinamismo pese a que estamos en un entorno recesivo. España registra ya
superávit comercial con Francia, Italia y Austria, tres de las economías más
competitivas del mundo, y con Alemania estamos ya próximos al equilibrio.
Tenemos un tejido empresarial dinámico y una fuerza laboral que es la mejor
preparada de la historia en España. Estas son nuestras palancas para un futuro
mejor que espero veamos relativamente pronto. El próximo día 24 de este mes, el
Gobierno aprobará un real decreto ley en el que se desarrollarán la mayoría de
los compromisos recogidos en el MoU (Memorando de Entendimiento). En él
tendremos diseñadas las líneas generales de funcionamiento de las compañías de
gestión de activos, el conocido comúnmente como «banco malo», y se introducirán
los cambios acordados con nuestros socios en cuanto a la estructura del FROB
(Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria). Por último, el decreto abordará
una nueva regulación de la comercialización de productos complejos, como las
preferentes, con el objetivo de evitar los posibles abusos que se han producido
en el pasado”, resume De Guindos.
Por otro
lado, se supone que, “en esta preparación del rescate que viene”, son muy tenidas en cuenta las opiniones del
primer ministro de Italia, Mario Monti,
cuyo país vive en situación parecida a la española, y que ha reclamado más "margen de maniobra"
y "apoyo moral" por parte de Alemania y otros socios comunitarios para que
los países afectados por la crisis que aplican ajustes y reformas puedan
tener éxito.
En
una entrevista avanzada por el semanario político alemán "Der
Spiegel", el primer ministro italiano advierte de los riesgos de la
inflexibilidad en esta crisis. "Si Alemania y otros países están
interesados en que la actual política en Italia tenga futuro", entonces
deben dar "apoyo moral, no financiero" a Roma, asegura Monti. Añade que
Berlín y otras capitales europeas "deberían dejar algo más de margen de
maniobra a algunos países de la eurozona que cumplen de la forma más estricta
los requisitos europeos". Apunta que la "desconfianza" general
desatada por la crisis de la deuda es la que hace que algunos países muestren
"cierta preocupación" ante la posibilidad de que el Banco Central
Europeo (BCE) reactive su programa de compra de bonos soberanos en el mercado
secundario, una acción, que ya llevó a cabo el BCE durante varios meses el año
pasado, y que serviría para aliviar tensiones en los mercados y los costes de
financiación de la deuda española e italiana, situada ahora en cotas muy
elevadas y poco sostenibles a largo plazo. “Esa es precisamente la desconfianza
que nos ha impedido en esta crisis encontrar una solución clara. Tenemos que
superar esto rápidamente y volver a confiar los unos en los otros", afirma
Monti. Con evidente habilidad y diplomacia, el primer ministro señala que la
crisis ha azuzado los prejuicios nacionalistas dentro de la eurozona, algo que
considera "muy intranquilizador", porque levanta "un frente de
confrontación entre el norte y el sur" de Europa. "Las tensiones que
acompañan a la eurozona en los últimos años llevan implícita la semilla de la
disolución psicológica de Europa", advierte Monti, que considera la divisa
común piedra angular de la integración del continente. Dice también que
"si el euro se convierte en un factor para la desintegración europea, entonces
quedarían destrozados los fundamentos del proyecto Europa". Y recuerda Monti
que Alemania y Francia, las dos mayores economías de la eurozona, fueron los
primeros países que incumplieron, en 2002 y 2003, los límites de endeudamiento
fijados en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, dando un "mal
ejemplo" al resto de miembros. Además, destaca que "mucho de lo que
Alemania y Francia han hecho por el rescate de Grecia ayuda también a los
bancos alemanes y franceses, que son, con mucho, los mayores acreedores de
Grecia y de los bancos griegos".
Incluso el líder
de la oposición española parece dispuesto a ayudar en la consecución de ese
nuevo rescate Cuenta este lunes El Mundo que Rubalcaba se reunirá hoy con
representantes del Partido Socialdemócrata, la oposición a Merkel, para analizar posibles salidas alternativas a
la crisis de la eurozona.
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