El Rey, con
los superempresarios
En cualquier
otro momento, el encuentro del Rey con los grandes empresarios españoles
pudiera resultar un evento sin importancia ni trascendencia. Cuando se trata de
la segunda vez en muy poco tiempo, y cuando se abordan las cuestiones “macro”,
de nuestros días, la noticia llega a cobrar relevancia de primera página, tal y
como lo entienden tres portadas de los diarios nacionales: Titula El Mundo: Los
empresarios dicen al Rey que rescate es una palabra maldita. En ABC, La gran
empresa apuesta por España. Los principales empresarios transmiten al Rey que
sus compañías están mejor de lo que reflejan la Bolsa o la prima de riesgo. Y
en La Gaceta: Los empresarios dicen al Rey: “Rescate es una palabra maldita. España
sólo necesita ayuda financiera”. Destacan que se han puesto en marcha medidas
demás más calado que otros países con problemas. Alertan de que no hay que
bajar la guardia y de que será necesario llevar a cabo nuevas reformas. Aseguran
que los mercados acosan a España y no reflejan la realidad de nuestra economía.
Todo eso, en las primeras páginas.
Luego, en
todas las crónicas, se señala que el Rey don Juan Carlos se reunió con los
grandes empresarios españoles que forman parte del Consejo Empresarial para la
Competitividad (CEC) para comentar la evolución de la economía española y las
estrategias de salida de la crisis, según informaron fuentes
empresariales. La
reunión entre el monarca y la élite empresarial española, la primera que
mantienen los socios del CEC tras las vacaciones estivales, tuvo lugar en la
sede de Telefónica en Madrid, cuyo primer ejecutivo, César Alierta, preside también este 'think tank' formado por 17
miembros más su director general, Fernando Casado, y cuyo 'leit motiv'
es la defensa de la marca España. Don
Juan Carlos se sumó al
encuentro al final de la reunión, cuando se debatían las conclusiones, y al
almuerzo que se celebró posteriormente. Por su parte, el Palacio de la Zarzuela
confirmaba el encuentro, que no venía anunciado en la agenda de actos oficiales
del Rey, y precisaba que el almuerzo en el que participó el jefe del Estado tuvo
lugar tras la reunión mensual que celebra este Consejo. Zarzuela explicó que el
Rey perseguía con este encuentro, al igual que en la reunión que mantuvo con
los sindicatos este mismo mes, pedir información a los empresarios sobre la
situación económica de España. En concreto, el Rey, centró sus intervenciones
más en formular preguntas que en verter opiniones, y escuchó de los asistentes
un análisis sobre la gravedad de la situación económica que atraviesa España y
sobre los efectos que las medidas adoptadas por el Gobierno hasta la fecha
están teniendo, a corto y a medio plazo, en la competitividad de España. También
escuchó con atención el análisis que los participantes en la sesión hicieron sobre
el camino más adecuado para la salida de la crisis. Entre otros temas también abordados,
y que el monarca siguió con especial interés, figuró el rescate bancario a las
entidades españolas con problemas, la necesidad de España de proseguir con la
consolidación fiscal y las reformas estructurales, el amplio diferencial de
interés con Alemania, que obliga al país a financiarse a precios insostenibles,
y la conveniencia o no de solicitar un segundo rescate 'blando' a los socios de
la eurozona. Don Juan Carlos no ocultó su preocupación por el alto nivel de
paro que soporta la población española y recabó la opinión de los principales
empresarios del país sobre qué estrategias serían más adecuadas para salir de
la crisis. Al encuentro asistieron casi todos los miembros del CEC, con la
excepción de tres que excusaron su ausencia: Emilio Botín, presidente del
Santander; José Manuel Lara, presidente de Grupo
Planeta, y Antonio Huertas, presidente de Mapfre.
Cabe recordar que ya el pasado mes de marzo, el Rey participó en una de las
reuniones de este mismo Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC) y
pidió a los principales empresarios españoles que "arrimaran el hombro
para crear empleo" ante una situación "muy seria". En aquella
ocasión, el encuentro se produjo a petición de Zarzuela y fue organizado por el
jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, y el presidente de
Telefónica y del Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), César
Alierta. Además de Telefónica, en el CEC están representados por sus “primeros
espadas” de la empresa española: El Corte Inglés, Banco Santander, Repsol,
Acciona, La Caixa, BBVA, Inditex, Grupo Planeta, Mapfre, ACS, Ferrovial,
Mercadona, Iberdrola, Mango, Grupo Barceló y Havas Media Group. El valor
añadido fundamental del CEC es, según explica su página web, "aportar las
experiencias de las grandes multinacionales que se integran en el CEC,
elaborando documentos orientados a incrementar la competitividad española,
guiados por valores como el compromiso, el consenso, la experiencia y el ámbito
global".
¿Qué importancia tiene que el Rey se
interese por estas materias y lo haga acompañado de los grandes empresarios
españoles? Como sucedió hace poco con los dirigentes sindicales, parece
evidente que el Rey dispone de información más directa y sensible que el propio
Gobierno, Portu propio interés en estas materias, y por la confianza que consigue
entre sus interlocutores, figuras de primera fila en sus correspondientes
materias. Mariano Rajoy o sus ministros, no parecen disponer de tiempo para escuchar
estas voces… No hay duda, como dice el titular de El País de esta información,
de que “el Rey busca una salida a la crisis”. El País advierte que la reunión no
estaba prevista y que el Rey se incorporó cuando ya se elaboraban las
conclusiones del encuentro. En El Mundo se señala que los empresarios trasladaron
al Rey su preocupación por la estigmatización del país y alertaron de que las
ocupaciones y los asaltos (léase, caso Sánchez Gordillo) pueden tener un efecto
imitativo. ABC dedica un comentario editorial encuentro del Rey con el CEC. Dice
que esa presencia demuestra la sincera preocupación de la Corona por los
problemas que atraviesan los españoles, y sostiene que el interés directo del
Rey por la evolución de la crisis refuerza el papel de la Corona. En su información,
posiblemente la más amplia de los diarios nacionales, se destaca que el Rey y
los empresarios lamentan que España esté infravalorada, y que el Rey y sus
interlocutores coincidieron en que., pese a la crisis, España tiene fortaleza
suficiente para salir adelante. La Vanguardia relata el encuentro y el análisis
de la crisis que ambas partes, el Rey y los empresarios, hicieron de su evolución:
La reunión analizó la actualidad económica, los rescates bancarios y del
Estado, el ajuste fiscal y el desempleo… Curnta El Periópdico de Cataluña: El
Rey analiza la situación económica con la élite empresarial. En La Razón se indica que el Rey “toma el pulso
a la crisis”, en un pie de foto que es casi la única información del diario
sobre el encuentro, salvo el comentario que ofrece Carmen Enríquez: “conociendo
un poco al Rey”, dice la experta en Casa Real, “seguro que estará dando vueltas
a la cabeza para ver como puede él mismo y su familia ayudar a reforzar la
imagen de nuestro país en el mundo entero”. En fin, cuenta La Gaceta a toda
plana que los empresarios expusieron al Rey los difíciles retos a los que se
enfrenta España, e insistieron en que hay que profundizar en las reformas.
O sea, perfectamente en línea con Rajoy y
Merkel…, pero haciendo méritos, después de algunos momentos de debilidad de la
Corona y alguno de sus asociados. Curiosamente, el primer patrón de este foro
empresarial es Alierta, el que ha sido “empleador” del cuñadísimo Urdangarín,
un personaje del que vuelven a hablar este jueves los diarios. Urdangarín y su socio, cuenta El
País, evadieron 400 mil euros a Andorra. Todos los diarios, y también los semanarios,
se han ocupado estos días de que Urdangarín deja temporalmente Telefónica y la
delegación en Washington y regresa a Barcelona, para vender su palacete de
Pedralbes, posiblemente para hacer frente a la devolución de ingresos que le
hará el juez de su caso…
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