lunes, 4 de agosto de 2014

ERC se distancia de CiU Algo puede estar sucediendo en el panorama político catalán, severamente afectado por las tesis independentistas y sus derivaciones. El más reciente dato, las revelaciones inculpatorias de Jordi Pujol de sus propias actuaciones con sus finanzas, retenidas durante 34 años en un paraíso fiscal sin regularizar ante el Estado español, están siendo todo un cataclismo entre los catalanes de toda condición ideológica. Populares y convergentes, republicanos y socialistas, por igual, reclaman que el antiguo “expresident honorable” comparezca ante el Parlamento catalán y explique y justifique, si es posible, y sobre todo pida perdón, por ese comportamiento desdichado que deja a los suys en una situación incómoda. El propio Artur Mas no tiene mucho que decir sobre el particular, y si acaso, algunas de las suspicacias y desconfianzas de los ciudadanos le llegan también a él mismo, siempre solidario y discípulo de Jordi Pujol. A su vez, los hijos de Pujol han estado y actuado durante años en todo el tejido del partido que gobierna Cataluña, Convergencia,. Y hoy no resulta sencillo separar “el grano de la paja” en esas relaciones hoy claramente bajo sospecha, y en la creencia de que los hijos de Pujol y la familia al completo tiene muchas otras actuaciones ocultas en la misma materia de la lealtad al Estado… Pues bien, en ese clima de desconfianza extendida a toda la población, no sorprende excesivamente la noticia que proporciona El País: el distanciamiento de ERC de Artur Mas y su consecuencia inmediata: su negativa a entrar, ahora mismo n el Gobierno. Es una posibilidad que siempre ha estado abierta para las dos partes: la aproximación de unos y otros, CDC y ERC a unos mismos niveles de aceptación popular, y su pelea por el liderazgo ante unas eventuales elecciones, hacen desconfiar a las dos fuerzas entre sí, y a Unió Democrática de Cataluña, el partido de Durán i Lleida, que también se está viendo forzado a replantear su propia estrategia de futuro, para escapar al hegemonismo republicano. Total: todos desconfían de todos, y nadie es capaz de jugar con cartas ajenas, a la espera de que la situación se termine de aclarar… Esquerra no se fía de un Artur Mas, que garantiza a Mariano Rajoy que no hará nada contra la legalidad, incluso si el gobierno y el Constitucional le prohíbe la consulta anunciada para el 9 de noviembre. Artur Mas no se termina de fiar de que Oriol Junqueras lance a los suyos a la independencia por su propia cuenta y sin atenerse a las normas que determina el Estado y que acepta Mas. Durán y Lleida no se fía de que Artur Mas no termine cediendo ante las presiones de Oriol y eche por tierra las promesas de Mas de dialogar hasta el final y de mantenerse firme ante la legalidad a que le obliga el Estado español… Desee hace ya un par de años, el Ministerio del Interior viene reduciendo el número de escoltas que han protegido a altos cargos en el País Vasco, una vez que se ha comprobado que la banda terrorista ETA no comete atentados desde los últimos tiempos del presidente Zapatero y con el ministro Rubalcaba como ministro del Interior. Aquel progresivo distanciamiento de la violencia establecido por la banda y sus secuaces batasunos, facilita a las autoridades de Interior que puedan dedicar las cuantiosas fuerzas que anteriormente dedicaron a la protección de personas “en riesgo” a otras actividades, tanto en la vida pública como en la vida privada, desde policías-escoltas a paisanos civiles dedicados a la protección de personas. Se nos anuncia ahora que Interior prevé retirar doscientos agentes y 30 vehículos a altos cargos, fuerzas que podrán dedicarse a la seguridad ciudadana en términos generales, y en tareas menos específicas de las que habían venido ejerciendo hasta ahora… JOSÉ CAVERO

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