martes, 30 de septiembre de 2014

Consulta prohibida Se queja Artur Mas de que las instituciones “españolistas” estén funcionando a todo gas y a velocidad supersónica en su combate contra los catalanes y Cataluña. Y pone como ejemplo, la deliberaciones del tribunal Constitucional sobre su ley de consultas. En otro tiempo, el TC estuvo empantanado analizando el Estatuto de Cataluña, y le costó Dios y ayuda para salir de aquel atolladero…, del que vienen ahora estos lodos, con toda probabilidad. Patrono de aquellos análisis fue,. En aquel momento, curiosamente, Artur Mas, a quien Felipe González concedió atribuciones por encima de las que le correspondían. Bueno, pues ahora, Mas se revuelve y proclama que todo se hace contra Cataluña y los catalanes, vaya por Dios, nos han descubierto. >Tan cierto como que España nos roba, señor Pujol… Lo cierto es que los señores del TC, a todos a una, le advierten al señor Mas que no siga adelante en sus planes y proyectos, y mucho menos se encomiende a Oriol Junqueras para llevarlos a cabo. Podrían acabar en Soto del Real, ni más ni menos, ya que no en el Fossar al que llevaban antes a los rebeldes y revolucionarios, con o sin causa. En Soto podrían hacer grandes amistades, por ejemplo, con Luis Bárcenas, que ya empieza a ser un veterano entre esas rejas. Por lo demás, es cierto que todo se ha `precipitado en los últimos días: La declaración catalanista, la firma de Artur Mas, la decisión del consejo de ministros, la declaración del TC… Todo con vertiginosa rapidez, y sin un Abel Gallardón al que culpabilizar de alguna metedura de pata de las que le eran muy propias. Hasta el notario mayor del Reino ha cambiado, y también ha ido a parar tal competencia a la superatareadísima y muy dotada –en funciones- Sáenz de Santamaría, según muchos, el auténtico cerebro tanto de lo que sucede con Cataluña como de lo sucedido con Gallardón. Está en todas las salsas, la ex roja… Pues bien, seguimos en el pulso Mas-Rajoy, con Santamaría como cerebro presidencial. Nos dejó Miguel Boyer, en medio de todo este lío, o en mitad de este quilombo. Miguel era de los más sabios de nuestro, tiempo, como ayer recordaba su amigo-enemigo Carlos Solchaga. Miguel también tenía todo el Estado en su cabeza, y le sobraba cabeza. González, clarividente, le encargó Economía y Hacienda, y Miguel no pasó inadvertido, empezando por las variadas y tramposas Industrias Ruiz Mateos, del ínclito don José María, que anda por ahí lamentando sus malos pasos. Vaya dúo formaron ambos… Le pregunté una tarde a Miguel Boyer que dónde acabaría, finalmente, en su trayectoria política, tras pasar por el PSOE, la socialdemocracia, el PP, la Faes… Me dijo que tendría que constituir grupo propio, porque no estaba bien en ninguno de esos viejos y caducos partidos, hoy llamados la Casta. Otro día le conté a Boyer que, a la revista Interviú, llegaba una propuesta: Desvelar un presunto e imaginado “hijo secreto de Boyer”. Lo llamé, y me contestó rápidamente: “Otra ocurrencia del locoide de Ruiz Mateos”, explicó. Porque, efectivamente, las ganas de molestar y provocar de Ruiz Mateos hacia su expropiador, fueron inacabables y podían alcanzar a cualquier procedimiento. Boyer ha sufrido todos los tiempos y circunstancias: las decisiones más dramáticas o las más personales e íntimas, por igual. No es sorprendente que se le llame “el ministro que modernizó la economía”. No fue el único, pero cooperó sensiblemente. Y siempre resolvía brillantemente las situaciones más comprometidas. Casarse con Isabel Presyler fue un bombazo, en sus días. Muchos lo creyeron imposible… Isabel Preysler, a su lado, también ha sido un modelo a imitar, de discreción, de lealtad, de compañerismo hasta el final… JOSÉ CAVERO

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