miércoles, 15 de octubre de 2014

La división de soberanistas La primera consecuencia de no realizarse la consulta del 9 de noviembre es la división de opiniones que ha surgido en el seno de los independentistas, hasta ahora todos coincidentes en dar su apoyo a Mas y su iniciativa. Parece que tiene cumplimiento, un a vez más, el viejo refrán de que “Cuando no hay harina, todo es mohína”. Los partidos catalanes y sus líderes creían que iban a poderse repartir algún nuevo poder de los que emanaran de la independencia, pero ya se ha visto que no ha habido siquiera la posibilidad de proceder a esa consulta, y que es dudoso que se llegue a producir alguna fórmula alternativa de consulta, como las urnas que se pretenden colocar el día 9 próximo. Se ha impuesto el Estado de Derecho –el Estado español-, y contra él, nada pueden hacer Mas ni Junqueras, este soñando, sin embargo, con una declaración unilateral de independencia que satisfaría a unos cuantos de sus seguidores y afines, pero que nada resolvería. ¿Y ahora, qué?, se plantean los independentistas y los no independentistas, ya resignados a participar en esa aventura sin final conocido? Ahora, posiblemente, convocatoria de elecciones anticipadas, con la correspondiente incertidumbre de si las ganará Convergencia o los republicanos, más bien estos últimos, según han venido advirtiendo las encuestas más recientes. Junqueras, por ello, puede ser el siguiente líder que suceda a Mas en el Palau de la Generalitat, con todo lo que ello podría significar en el endurecimiento de la situación… El santo de Teresa. Este miércoles, probablemente crucial en la vida de Teresa Romero, es la onomástica de la auxiliar de enfermería, que está superando una crisis que en cualquier momento pudo haber acabado con su vida. Es la primera de las crisis, su propia salud, pero no la única. También se han ido tranquilizando las aguas del pánico y de la preocupación generalizada, porque no ha aparecido ningún otro afectado por los virus del Ebola de los dos misioneros africanos fallecidos en el hospital Carlos III. ¿Se pueden superar las crisis sin que nadie pague por ellas? Desde luego, Ana Mato no se resigna a dejar el Departamento de Sanidad, e incluso se pone la medalla de la diligencia en afrontar el problema sanitario nacional. Y tampoco el consejero de sanidad de Madrid parece dispuesto a dejarse relevar con presteza. Todos quieren sobrevivir a la crisis y no dejarse llevar por ella… También Arturo Fernández se resiste, al frente de la patronal madrileña, en el caso de las tarjetas black de Caja Madrid. El tampoco dimite de su cargo, como lo vienen haciendo la mayor parte de los políticos o sindicalistas afectados por la dichosa tarjeta de la caja recuperada con dinero público. Nos cuentan ahora que Hacienda puede investigar solamente el 17 por 100 de los gastos de la tarjeta, y sólo en el período 2010-2012. El resto estaría ya prescrito para la Hacienda Pública. No para la ciudadanía ni para la dirección de los partidos, ni para la opinión pública, que reclamará a los deshonestos por su proceder y probablemente los tache de cualquier futura alternativa en la que pudieran volver a caer en los mismos vicios ya comprobados: su afición enloquecida por el dinero, siguiendo las huellas de quien los designó y mantuvo durante prácticamente una década, el presidente Blesa. Por lo menos, para éste cabe esperar que llegue un castigo ejemplar, aunque ya hemos visto que los propósitos del juez Elpidió Silva se quedaron en nada, y el juez se ha visto expulsado del mundo judicial, en una operación que aún no nos ha sido explicada suficientemente. Y lego, la noticia preocupante de la marcha de la economía alemana. Lo que tradicionalmente fue el tren que arrastraba la economía de toda Europa se demuestra hoy, como se venía sospechando, enfermo y averiado. La recesión vuelve a ser el plato que nos servirán a los ciudadanos de los Veintiocho, con toda probabilidad… JOSÉ CAVERO

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