sábado, 18 de octubre de 2014

Ebola baja, tarjetas suben De momento, de entre los asuntos vidriosos o acuciantes, los hay que suben y los hay que bajan, en la escala de preocupaciones. Por fortuna, los contenidos víricos del Ebola en Teresa, simplemente Teresa, se reducen., y ésa es una excelente noticia que hace sonreír y hasta reír abiertamente a la vicepresidenta Santamaría. Como si ella fuera la razón de la mejoría…, aunque quitar de en medio a la señora Mato haya sido una hábil estratagema para no seguir crispando al país. Por el contrario, las tarjetas de Caja Madrid no bajan en esa escala de preocupaciones o inquietudes. Es, sin duda, el chocolate del oro, pero ha dejado al descubierto a una granja de loros voraces, ladrones sin límite y sin freno, como hoy señala El País al revelar que a Blesa y Rato les correspondieron dos tareas “sublime”: hacer opacas las tarjetas y multiplicar por diez el límite del gasto. Claro está, repito, que lo de las tarjetas de Caja Madrid es una broma para el pueblo llano, teniendo en cuenta las otras grandísimas estafas de los mismos dirigentes, empezando por la compra de una sucursal en Miami de la Caja madrileña. ¡Brillantísima idea, don Blesa!. Sólo por ella, debiera estar usted en la cárcel de Soto durante unos cuantos años. ¿O no?. Al juez que lo enchironó le dijeron que se había pasado, y todos nos preguntamos qué otros errores pudo haber cometido don Elpidio Silva, porque enchironar a Blesa no lo parece… Desde aquí, reclamo con energía justicia para don Elpidio Silva. Y aplausos a su decisión…Pero es verdad que lo de Caja Madrid y su ruina es perfectamente comparable con lo que hicieron otros gestores de otras cajas, como la catalana de Narcís Serra y las gallegas reunidas… para estafar con mayores dimensiones. Habría que revisar la conducta de algunos presidentes autonómicos, que se mojaron hasta más allá de lo razonable en apoyar fusiones de cajas y mantenimiento de los prebostes de tales entidades. Y me refiero a Núñez Feijoo, que apostó por una caja gallega que nos ha costado riñón y pico. El nacionalismo causa estragos incluso en el centralista Feijoo, quién lo iba a decir. Y luego, Cataluña, cuyos dirigentes tampoco dan la talla, ni mucho menos. Artur Mas se zancadillea a sí mismo, y Oriol Junqueras lloriquea ante las cámaras porque puede perder lo que ha venido ganando en los últimos años, si Artur Mas, por ejemplo, cambia de socio, de amigos y de estrategia. Y como ve que Mas se lo está pesando, Junqueras lloriquea desconsoladamente. El, que ya se veía en las fotos oficiales como primer o segundo promotor de la Cataluña independiente… Luego, siguen las cuestiones de menor entidad, como Podemos, que se ve enfrentada a su primera crisis incluso antes de nacer formalmente. A Podemos le han llegado los apoyos antes que la organización y los problemas antes que las urnas. A ver cómo logran salir a flote los de las tiendas de campaña de la Puerta del Sol, nacidos contra el parecer de doña Esperanza Aguirre. Tampoco está teniendo fácil su salida a flote el partido de Rosa Díez, que se ve desmembrado y descapitalizado para salvar a la propia lideresa. Ese es el gran temor de la formación, que la caída en desgracia, primero, y la baja de Sosa Wagner, a continuación, sólo sean un primero paso de otros más en la misma dirección. Sosa ya ha advertido. Para integrarse en UPyD esténse calladitos y quietecitos. Si doña Rosa averigua que tienen pensamientos propios, les quedan pocos días de existencia en sus filas, y ninguna promoción… Y qué me dicen del jeta, cara dura, listillo prematuro llamado Francisco Nicolás, que desde tan temprano y con su carita de niño pijo del PP, se acostumbró a participar en los saraos de más altos niveles, y a disfrutar de cócteles y festejos, sin la menor invitación? A este chico se le ha visto venir. De lo contrario, en poco tiempo habría llegado a disponer de tarjeta negra en Caja Madrid. Como poco… Después de todo, los problemas españoles son una minucia comparados con otros de los que se habla en los diarios: Ucrania, los estudiantes desaparecidos mejicanos, la crisis económica de la Unión Europea, el avance de los fanáticos de Al Qaeda… JOSÉ CAVERO

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