domingo, 5 de octubre de 2014

Las tarjetas negras No hay duda de que la revelación sobre las tarjetas negras u opacas de Caja Madrid ha sido el asunto por excelencia de la última semana. Quienes y cuánto gastaron, quienes se abstuvieron de gastar, quién permitió, autorizó o suscitó la existencia de esas tarjetas, qué controles faltaron –todos-, quién fue el más abusón de todos… son cuestiones que han venido mereciendo toda suerte de atenciones. Queda por resolver, sin embargo, el gran misterio:_ Qué sucederá con los “gastadores” de estos dineros generosos, cuándo devolverán esos dineros, cuánto tardarán en dimitir o ser cesados en sus cargos quienes abusaron de esas tarjetas que jamás tuvieron que aparecer en escena… Obviamente, el primer inventor, usuario principal y responsable máximo del invento fue Miguel Blesa, que sorprendentemente sigue en libertad sin cargos, pese a que el juez Elpidio Silva intentó en dos ocasiones meterlo entre rejas como compañero de habitación de Luis Bárcenas. Su sitio. Pero Blesa parece que sigue teniendo agarraderas firmes, y que nadie se atreve a recluirlo donde debe. No es de extrañar que le deban muchos favores… Desde luego, a Podemos siguen haciéndole favores sin cesar, estas revelaciones de actos nada santos. Podemos es el grupo puro, inocente y que sabe precisamente lo que nunca debió hacerse, ni permitirse, y en eso coincide con la totalidad de la ciudadanía. El caso de Ruiz Gallardón, por cierto, es otro asunto que clama al cuelo., Al día siguiente de dimitir como ministro incompetente, aparece ya integrado en un Consejo consultivo de la comunidad de Madrid, y por ello, percibe 85.000 euros anuales. Otro elemento que cae siempre de pie. Pero es más: la nueva ubicación de Gallardón ayuda a revelar la existencia, prácticamente desconocida, de otro “albergado” en la misma institución, Joaquín Leguina, que seguiría disfrutando tan felizmente de esta canonjía si Gallardón no hubiera llegado a recordar su existencia. ¿Alguien sabía de ese momio o mamandurria del exquisito e íntegro Leguina? Pues, no… ¿Y por qué no se aprovecha la ocasión para eliminar esta clase de ventajosas instituciones, que no aportan nada a nadie, y cuestan un pastizal a los ciudadanos corrientes, víctimas siempre de los impuestos? Porque probablemente hay algunas docenas de organismos consultivos de esa o parecida naturaleza, perfectamente prescindible y eliminables, empezando por el que ocupan Leguina y Gallardón… Se están aproximando las elecciones, y empezamos a ver el esfuerzo del gobierno por convencernos de que las cosas van a mejor. Pero no terminan de salirle los números, ni mucho menos, por más que Rajoy, Montoro, Guindos, todos a una, insistan en proclamar que todo va mejor y que nos esperan días de gloria. ¿A quiénes se refieren? ¿Va a haber nuevos reparto de tarjetas negras de entidades bancarias pública? ¿Tendremos consejos consultivos para todos, con menores destrozos de los que ha hecho Gallardón? No `parece probable, con lo cual, empezamos a tener resultados de encuestas que resultan sumamente preocupantes, por fin, para el partido gobernante, el PP, que se ve descalabrado en su imagen pública, por mucho que se esfuercen sus dirigentes en proclamar, como ha dicho Cospedal, que ellos han venido a salvar la educación, la sanidad, la dependencia y otros valores establecidos en la sociedad del bienestar española… Hablando de dineros mal empleados, revela El Confidencial que desde los mandatos de Jordi Pujol hasta nuestros días, el independentismo catalán va venido a percibir del orden de veinte mil millones –veinte mil: más que las tarjetas negras de Caja Madrid- procedentes de la administración catalana. De aquellos veinte mil millones ha ido naciendo y desarrollándose el soberanismo pujante y pancartero que hoy llena las calles y plazas catalanas. Pujol tiene mucho que ver con los gastos impúdicos de los dineros `públicos… JOSÉ CAVERO

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