sábado, 20 de diciembre de 2014

“Fiscala” nueva Ha sido una de las designaciones de alto cargo más rápidamente resueltas, tras la marcha de Torres Dulce de la Fiscalía General del Estado, o Ministerio Público. A Eduardo Torres le sucede ya Consuelo Madrigal, de quien se saben bastantes cosas: que apoyó al gobierno en su batalla por la querella contra Artur Mas, en la que hubo titubeos e indecisiones en la fiscalía, que es exp4rta en la defensa de los menores, y que en particular, es activa militante contra el aborto. Es decir, que aunque no tengas militancia en el PP, coincide básicamente con muchos supuestos del partido que gobierna, y probablemente pondrá menos dificultades que su antecesor para coincidir con sus tesis. Eso lo oremos viendo, claro está: los fiscales son un cuerpo poderoso, pero, aunque puedan discrepar, se atienen al mando jerárquico. También está por ver si en materia de realización de las instrucciones judiciales, esta nueva fiscal se inclina por la tesis de que deben realizarlas los jueces o los fiscales, y si el tiempote las instrucciones debe acotarse, tal y como recientemente determinaron los proyectos del Gobierno de Santamaría-Catalán. En todo caso, lo que parece evidente es que la designación de Madrigal para la fiscalía suprema estaba bastante prevista en los designios de Santamaría, tal vez porque la vicepresidente estaba más al tanto que nadie de las intenciones de Torres Dulce de no soportar más presiones y de irse lo antes posible. Santamaría iba preparando ya su sucesión cuando aparecieron los más recientes roces, o choques, entre el fiscal y el Gobierno de la Nación. Confían Santamaría y Rajoy en que todo irá en adelante con menores tensiones y encontronazos. Por ejemplo, el caso del pequeño Nicolás, que ya está cruzando los azarosos caminos de la jurisprudencia, después de haber caminado largamente por la ruta más divertida de la prensa y las tertulias. El pequeño Nicolás, o Nicolasete, cruzó ayer la primera puerta de los juzgados, y parece probable que tendrá que volver a ellos, después de su primera negativa a declarar. Para muchos, ya era hora de que se terminara con la frivolidad del caso y se le encauzara por su terreno natural, la administración de Justicia, ante la que el chaval tendrá que aclarar unos cuantos puntos de una biografía sorprendente y, por muchas causas, sospechosa. Hoy se revela que los agentes del CNI que acudieron al juzgado con ocasión del comienzo de la vista, fueron grabados por cámaras de no se sabe qué institución. Con lo cual, se riza el rizo de las sospechas y secretos que vienen rodeando al muchacho “nacido” y echado al agua en las aguas de Faes. Es probable que muchos de los enumerados por Nicolás se vean en la necesidad de acudir ante el juez para aclarar lo que saben, lo que hicieron y la parte de protagonismo que han tenido en esta rocambolesca historia. Y luego, la encuesta del gobierno catalán, que revela que, ahora mismo, y después de un tiempo, los partidarios de la independencia son menos que los partidarios de romper lazos con España. Por el contrario, asciende el número de quienes se muestran partidarios de alguna clase de entendimiento, por ejemplo, con la fórmula federalista por la que abogan varios partidos, que no el PP. Pero ya se sabe que Rajoy es escasamente partidario de esos procedimientos, y que prefiere atenerse a la aplicación estricta de la norma, antes que a su modificación. Por ello, seguirá teniendo la mayor fe en el Tribunal Constitucional, los jueces, magistrados yu fiscales, en los que se ha apoyado de manera decisiva en los últimos tiempos de esta batalla interminable y arriesgada… JOSÉ CAVERO

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